Al final, quiero mostrarme como soy.

Durante las ultimas horas he estado pensando, recordando el pasado y en cierta forma analizando si debería de contar las anécdotas e historias que jamás compartí con nadie.

No es pena el motivo por el que nunca hable de mi vida, mucho menos miedo o remordimiento, simplemente jamás me gusto ser conocido en mi interior, siempre quise mantener mis sentimientos en privado sólo para mí, sé que en ocasiones parecía estar loco cuando mis silenciosos labios esbozaban una pequeña sonrisa con un toque de complicidad y malicia, –era algo inevitable.

Los años han pasado y han dejado huella en mi ser, mi cuerpo ya no es el mismo y por momentos creo que mi memoria me traiciona también, es por eso que me encuentro casi decidido a escribir esos fragmentos que aún destellan en mi mente, llenando de luz y de alegría los más oscuros días de éste anciano al final de su decrépita vida.

Pero para ser sincero, por cada momento feliz en el que me recuerdo sonriente y lleno de vida, siempre hay un recuerdo donde lo arruino todo, tan fácil, de una forma tan natural, inundando de tristeza todo el lugar, llanto, odio, lujuria, traición, obscenidad, que bellas palabras con las que herí a tantas personas, personas que ya no existen en mi vida, se alejaron como era de esperarse y no los culpo por eso.

Cuando conocí el amor, me sentí tan seguro de ti que no me importo engañarte, pensé que siempre estarías a mi lado y que jamás te irías –mal por mí–, según yo tenía demasiado amor para dar, así que de manera precoz iba por el mundo observando la oportunidad de enredarme en nuevos brazos que echaran a andar el motor de la lujuria, pasión, morbo, y todo lo que desata una espiral de satisfacción personal despertando los más bajos instintos en cada ser, aún recuerdo lo delicioso que me sabía la inmoralidad, y mientras más prohibido… Más me excitaba el momento.

Odie cuando te fuiste y me dejaste sólo, te odie por avanzar y dejarme atrás, recuerdo que dijiste que jamás cambiaría y que a pesar del amor no querías estar atada a alguien y a una relación que jamás tendría un futuro que despertara el deseo de vivir juntos.

Hoy entiendo que la seguridad que sentía sobre ti, era el deseo de perderte porque en mi interior siempre supe que no te merecía; hoy entiendo que el amor que esparcí debió ser reservado sólo para ti, y quizás así, te hubiera merecido; hoy entiendo que cuando te odie, debí de odiarme a mí mismo por ser lo que fui, un patán, un cretino, un egoísta y desconsiderado.

Lo peor de todo es que si tuviera la oportunidad de regresar al pasado… probablemente haría todo de la misma manera, la oscuridad y el deseo de autodestruirme no ha mermado con los años, sigue latente en mi interior, sigue acechando todo lo que hago y pienso, y para colmo, somos cómplices eternos sin deseos de separarnos.

Perdón por lo que digo y lo que represento, sólo soy tan claro como puedo ser... Al final, quiero mostrarme como soy.