Ya es Navidad
Ya llegó la Navidad, pero hace mucho tiempo que está aquí, desde finales de octubre ya empiezan los vendedores de quimeras a soltar el tufillo a compra y oropel, que, como un perfume invisible, se te va metiendo por los poros.
Y con la Navidad viene el tren de las buenas acciones y de las bienaventuranzas. Un tren con los vagones de la felicidad, la salud, la solidaridad, el amor, la fraternidad, la caridad, los buenos deseos, y no sé qué cosas más. Un tren que parece que solo pasa por estas fechas, porque el resto del año, este tren está durmiendo el sueño de los justos en las cocheras del olvido.
Hay alguno que me dice: «hay que ser positivo, por lo menos somos buenos en Navidad» y es casi verdad, porque casi todos sacamos nuestros mejores deseos, e incluso le hacemos un lavado de cara a nuestros más profundos temores, a nuestros más profundos odios e intentamos redimirnos; pero qué difícil es arrancarnos el odio, porque el odio es como un puto cáncer que o lo extirpas, o te acaba comiendo el alma.
Pero la Navidad también es ilusión, ilusión para los más pequeños, que tienen el alma limpia como el agua cristalina y creen a pie juntillas que Papá Noel vendrá el 25 de diciembre y que los Reyes Magos vendrán del lejano oriente en sus viejos camellos para dejarles muchos regalos. Y qué rabia me da que, poco a poco, cuando van creciendo, y su alma se va enturbiando de los conocimientos de la cruda realidad, los niños van perdiendo esa ilusión que tanto les hacía felices. A mi me gusta pensar, (lo hago para no entristecerme) que los que regalamos somos los herederos de los Reyes Magos, que llevamos muy dentro ese mandato celestial que los llevó a un pesebre o a una carpintería de Belén hace ya más de 2000 años.
Por otra parte, están los que dicen que estas fiestas son una merienda de energúmenos, alentados por el nuevo Dios de nuestros tiempos, nuestro adorado Consumismo, que tanto nos seduce, que tanto nos quiere. Ese gran hermano, que siempre está vigilante, siempre está ahí, en todos sitios, en nuestras redes sociales, en nuestros televisores, en nuestros ordenadores, en nuestros smartphones, en las todas la calles, en los montes e incluso en nuestros buzones.
No les falta razón, hay que decirlo, porque en estas fechas estamos atrapados, no podemos escapar a las redes del aparato consumista, y entra en tu vida como un tsunami al que no puedes responder, porque si lo haces te destroza como un barco de chapa raída; tienes que dejarte llevar por sus efluvios envolventes, por su música celestial, por sus chutes de falsa ilusión que te dejan en el nirvana por unos días.
En fin, esta es la Navidad y hay que sobrellevarla, sobre todo, con buen ánimo, y sacarle punta a su mejor cara, que no es otra que la de las buenas intenciones y del amor, y sin olvidarnos de no perder el agua cristalina de la ilusión de los más pequeños.
Fuente de la imagen: http://www.elzurrondelospostres.com
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Se dice que la Navidad es la época mas hermosa del año porque trae alegría, felicidad, esperanzas y buenos deseos. A la humanidad hay que hacerle entender que esto no solo debe suceder en Navidad, sino todo el año. Si todas las personas actuaramos de la misma manera en la que lo hacemos cuando llega diciembre y la navidad, este mundo fuera un lugar mejor. ¡Saludos Moises!
¡Ojala, fueramos solidarios todo el año, @unatalpaola! Dicen que en ONU encargaron un informe a distintos expertos para saber cuál sería una respuesta efectiva para acabar con los problemas de la humanidad y todos llegaron a la misma conclusión: SOLIDARIDAD.
Yo también coincido con ese informe. A la humanidad le hace falta solidaridad. Siempre andamos en un mundo de egoísmo donde solo importa el yo, donde la otra persona no importa, y debemos entender que cada ser humano, cada ser vivo en este planeta es importante.
Mi preferido mes!!! Donde uno agradece por todo lo sucedido en el año, donde uno se conecta con lo mágico, lo esencial, la inocencia de los niños... La Navidad lo hacemos nosotros con nuestra actitud 😀😊 feliz Navidad 🎉🍻🌠🎄
Sí, a mí me agobia un poco, la verdad, porque donde quiera que vayas o mires te están bombardeando con el compra aquí y o compra allá. Lo más que me gusta es la ilusión de los más pequeños; por eso, quizás, valga todo este jaleo.
Hola, en Venezuela la realidad es otra. Consumismo ... no , con su mismo , si. Con su mismo traje del año pasado, con su mismo adorno del año pasado. Pero he aprendido que puedo regalar cosas hechas por mi misma. Paseate por mi blog. Mejor, te pongo el link de lo que estoy haciendo porque quiero regalarle cosas a mis seres queridos: https://steemit.com/tips/@emily61/regalos-para-navidad-de-bajo-presupuesto. Saludos
Sí, me imagino, @emily61, yo llevo mucho años intentando vivir con lo mínimo, aunque tengo dinero suficiente para poder gastar más de lo que gasto, pero prefiero tener menos. en Navidad o Reyes casi no consumo, solo lo que necesito y cada vez necesito menos. Por ejemplo, mi portátil, del que escribo ahora mismo, un ACer Apire 5735z, tiene más de ocho años y sigue funcionando bastante bien. Creo que es cuestión de adaptarse a las circunstancias como bien estás haciendo tu manofacturándote tus propios regalos.
La Sra Lola (de la Gomera) con quien viví mientras hice el pregrado, me enseño que nada se bota. Ella vivió la escasez que atravesaron las Canarias y que hizo que muchos vinieran a Venezuela. Ella fue una gran maestra en mi vida.
Sí, aquí en Canarias se pasó muy mal después de la Guerra Civil 1936-1939, muchos optaron por emigrar a Cuba y Venezuela. Ahora Venezuela no está pasando por sus mejores momentos, pero confío en que la situación se revierta.
Que la Virgen Morena te oiga. Amen