El olvido
Llegó a casa temprano, estaba cansado, una siesta no le vendría mal. Se desvistió, se duchó y se puso el pijama. Iba meterse en la cama, cerrar las persianas y dormir hasta que llegara su mujer. Se sentó en su lado de la cama, se acostó y se dispuso a leer un rato. Buscó el libro que estaba leyendo, pero no lo encontró. En su lugar había unas gafas que no reconocía, con una montura azul eléctrico rematada por tonos amarillos en sus extremos. Las cogió y se las puso, entonces comprendió que su mujer le debía una explicación.
Fuente de la imagen: propia.
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Esta historia parece que no va a acabar del todo bien...
Un abrazo amigo!
Sí, en esos casos no suele acabar bien, pero quien sabe, el mundo de la ficción está casi todo permitido.
Alguien esta en problemas...
Los olvidos suelen tener ese tipo de consecuencias.
jajajajajajajaja rebueno ;D
Ya sabes eso que dicen que lo breve, dos veces bueno, rebueno. Saludos.
Jajaja muy buen relato como siempre. Corto y preciso.
Sí, @poesiaempirica, son mis juegos narrativos con 100 palabras. Estoy pensando en comenzar a hacer relatos denominados: Improvisación narrativa a ver qué sale. Elegir una palabra y comenzar a escribir.
Creo que quizás me animo y uno ;) Lo importante es crear