Lejos de casa | Historia propia (Parte III)

in #spanish7 years ago

Hola, Steemians.

Esta es la tercera parte de una historia que iré publicando poco a poco y que realmente espero sea del agrado de todo aquél que la lea.

Les dejo la primera y la segunda parte para que se familiaricen:

I. https://steemit.com/spanish/@medinowski/lejos-de-casa-parte-i-or-historia-propia

II. https://steemit.com/spanish/@medinowski/lejos-de-casa-parte-ii-or-historia-propia


Parte III:

MCMLXXXVII.

Abrí otra bebida energética y se la di.

— Mantén la calma, nada malo nos va a pasar —dije.

— No entiendo cómo es que estás tan tranquilo cuando el suelo está por romperse —dijo temblando.

— Y si de repente la tierra se rompe y queda un enorme agujero, ¿no sería increíble?

— ¿Qué rayos quieres decir con eso? —dio un gran sorbo a su bebida.

Miré por un momento hacia las montañas. Hacía un poco de frío, así que me serví otro poquito de café. Ese exceso de cafeína quizá no era lo mejor en ese momento, pero qué bien me sentía. Me tomé un instante para pensar lo que iba a decir y respondí a su pregunta.

— Quiero decir que, siendo tan jóvenes y llenos de vida, sería genial que algo increíble sucediera.

— ¿Algo increíble como qué?

— No lo sé, quizá que un monstruo azul aparezca detrás de esas montañas y nos ataque jajaja.

— Sí que estás loco, chico —dijo acabándose su bebida.

— Sí, quizás estoy un poco loco.

— Yo me largo de aquí —se puso de pie.

— Espera, espera… ¿qué haces?

— Me estoy yendo. No deja de temblar y siento mucha ansiedad.

— Antes respóndeme una pregunta.

— Vale, y luego me largo.

— Está bien. ¿Confías en mí?

— Por supuesto que no, lunático, ni siquiera te conozco —dijo mientras tomaba su bolso del suelo.

— Creo que no me expliqué bien —sonreí—. Quiero decir, ¿crees que puedes confiar en mí como para quedarte?

— No lo sé, todo esto es demasiado extraño.

De repente dejó de temblar.

— ¿Ya ves? Te dije que no sucedería nad…

No terminé de decir la frase cuando comenzó a llover granizo. Yo no me lo creía; era algo ilógico, pues no había ninguna nube gris en el cielo como para justificarlo. Matilda sacó un paraguas de su bolso y se acercó a mí para que no me mojase. Admito que ese fue un gesto muy lindo viniendo de alguien con tan mal humor.

La escena era algo terrorífica, pues el día estaba muy colorido y estaba lloviendo granizo. ¡Lluvia de granizo en un día soleado! Todo era muy extraño. Decidimos irnos de ese lugar. Caminamos hacia los árboles para protegernos al menos un poco, y de hecho sí nos sirvió.

En aquél lugar no se escuchaban muchos ruidos, sólo el del granizo golpeando el suelo, la brisa contra los árboles y los dientes de Matilda golpeándose entre ellos por el frío que estaba haciendo. Me acerqué a ella y ella se alejó de mí.

— Sólo quiero abrazarte para darte un poco de calor —dije volviendo a acercarme.

— No debí haber venido a este lugar —dijo casi llorando.

— Oye, debes mantener la calma. Vamos a estar bien.

— ¿Cómo vamos a estar bien si estamos en medio de la nada?

— No estamos perdidos —solté una pequeña risa—, sólo está medio extraño el clima.

— El clima hace lo que quiere, y yo también, así que en cuanto deje de llover me iré de aquí.

— Está bien, me iré contigo.

— No, ni creas —me dio la espalda—, no volveré a estar contigo. Todo está muy extraño desde que apareciste.

— Eso no es justo. Yo sólo quería tener un buen fin de semana sin los problemas cotidianos de la ciudad.

Ella se volvió hacia mí y me miró con la mirada triste.

— Dime que nada malo me sucederá —me abrazó.

— Nada malo te sucederá, Matilda, yo te cuidaré —le correspondí el abrazo.

En el fondo ella era una chica muy tierna y asustadiza, por eso sentí la necesidad de cuidarla ante cualquier adversidad. Estábamos bajo en árbol gigante que nos protegía lo suficiente como para que el granizo no nos alcanzara y no nos golpeara, además que de que el paraguas también nos ayudaba un poco.

Dejé de abrazarla y nos sentamos bajo aquél árbol.

— Matilda, ¿de dónde vienes? —dije rodeándola con mis brazos nuevamente.

— Pues, la verdad no lo sé. No tengo ningún recuerdo sobre mi niñez y tampoco conozco a mis padres. Sólo tengo esta marca en mi muñeca.

Se descubrió la muñeca y tenía una marca que parecía un tatuaje, pero estaba hecha de cicatrices: se la habían hecho con un metal caliente. Aquella marca tenía una fecha en números romanos: MCMLXXXVII.

Gif extraído de Tumblr.


Soy @medinowski

Gracias por leerme 🐼

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Este articulo fue votado por @provenezuela

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Gracias por el apoyo, chicos. Un abrazo.

Me encanta que cada vez haya más gente publicando historias por capítulos. Ahora mismo voy a leer el primer capítulo a ver qué tal.

Un saludo y muchos éxitos.

Muchas gracias por leerme, @trenz. Lo aprecio mucho.

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