En el último post de "CATANDO EL SOMONTANO" os hablé de los pasos para la elaboración del vino tinto. Hoy, me gustaría hablaros de las fases de la cata del vino tinto, que aunque los pasos son los mismos para cualquier tipo de vino (blanco, rosado, tinto, espumoso, reserva, joven...) lo que en ellas encontramos puede variar mucho de un vino a otro.

Os recuerdo que, este post está escrito desde el punto de vista de una persona a la que le gustan los vinos. Como amante de los vinos, he asistido a bastantes catas y lo que a continuación explico, es lo que yo personalmente he aprendido en ellas. No es la opinión de un enólogo experto, es simplemente mi visión personal sobre el arte de la cata.

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Generalmente, dividimos la cata de un vino en 3 pasos.

FASE VISUAL

En esta primera toma de contacto con el vino, lo que encontramos nos hará hacernos a la idea de como este vino puede oler y saber, aunque a veces, las aparencias engañan. Observamos en el vino su color, limpidez y brillo. Para hacerlo, lo recomendable es alejar la copa del rostro y, sobre un fondo blanco en la mesa y en una posición prácticamente horizontal de la copa, examinamos el ribete.

La copa siempre se coge por la base, para evitar que con el calor de la mano calentemos el vino. En los vinos jóvenes el ribete tendrá tonalidades más violáceas mientras que en los vinos más viejos, estas tonalidades son de un color teja, lo que indica maduración en barrica.

El vino tiene que ser brillante y límpido, generalmente, la turbidez en un vino significa defecto, aunque en algunas ocasiones, los posos de vinos de gran calidad también dan lugar a esa turbidez.

En esta fase visual también se analiza la lágrima, para examinarla, agitamos la copa desde la base en pequeños círculos. Las lágrimas son producidas por los alcoholes del vino, tanto el etanol como el glicerol. A mayor grado alcohólico, más lágrima.

FASE OLFATIVA

Esta fase es fundamental en la cata, ya que a través del olfato podemos apreciar las cualidades del vino así como sus defectos. Para empezar con la fase olfativa, olemos la copa en reposo. Los aromas que aparecen pueden ser los primarios, procedentes de la uva, los aromas secundarios, procedentes de la fermentación y los aromas terciarios, adquiridos en el proceso de envejecimiento del vino, tanto en barrica como en botella.

Después de oler el vino en reposo, agitamos la copa en pequeños círculos y volvemos a oler. En el vino podemos encontrar muchos aromas, a frutas, a flores, a especias, a maderas, a vegetales e incluso aromas animales. En un vino tinto joven solemos encontrar los aromas frutales y especiados que proceden de la uva. En un vino más elaborado podemos encontrar aromas a maderas, torrefactos, frutas pasificadas, etc.. procedentes del envejecimiento del vino.

FASE GUSTATIVA

Personalmente es mi parte favorita de la cata. En esta fase gustativa, también hay una parte olfativa, la retronasal, son los aromas que nos llegan a través de la nariz cuando tragamos el vino.

Para la fase gustativa beberemos de la copa y al sorber repartiremos el vino por toda la boca de manera que el vino entre en contacto con todas las partes de la lengua. Cuando tragamos el vino, los aromas ascienden por la zona retronasal y de esta manera es como olemos los sabores.

Nuestras papilas gustativas solo diferencian entre 4 sabores básicos: dulce, salado, ácido o amargo, de manera que los demás "sabores" del vino nos llegan por la nariz. Primero usamos los 4 sabores básicos para definir un vino, diferenciaremos si tiene un sabor dulce, salado, ácido, etc.

También examinamos el cuerpo del vino, que es la sensación de consistencia en boca, la intensidad del vino. Para esto, pasearemos el vino por la boca durante unos 10 segundos para valorar si es ligero o con mucho cuerpo. Cuanto más cuerpo tiene un vino, mejor se valora, pero a su vez tiene que ser un vino equilibrado. Se valora mejor un vino "redondo" que no un vino astringente. El equilibrio es un factor importante ya que un vino equilibrado es más fácil de beber.

También tendremos en cuenta después de tragarlo, lo que llamamos el retrogusto, que es cuánto tiempo permanecen las sensaciones en la boca. Cuanto más tiempo notemos en boca las sensaciones que teníamos antes de tragar el vino, más persistencia en boca tendrá éste.

Hablamos de vinos tánicos cuando la sensación final en boca no es agradable. A mi, personalmente, me gusta recordar todos los aromas que en la fase olfativa le he sacado al vino e intentar reconocerlos también durante la fase gustativa.

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Hasta aquí este post de la cata de vino, os animo a que cojáis una copa de vino e intentéis seguir los pasos de la cata

¡¡¡Seguro que pasáis un buen rato!!!

@mdcomes

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