Sobreviviendo a las tinieblas/ Capítulo 3: esparcidos

in #spanish6 years ago (edited)

zombies_pesadilla_011.jpg


“Sobreviviendo a las tinieblas” es una historia de mi autoría contada dentro de la literatura-fantástica en el subgénero de terror. En esta narrativa se centra al lector en el año 2025, donde sus personajes principales Rafael y Augusto se encuentran en el campamento de Curimagua que protege al grupo sobreviviente de Punto Fijo de un ataque de personas infectadas, y cuyo origen del virus nadie conoce nada.

Los protagonistas prontamente iniciarán la búsqueda de Lorena una ex vecina y amor de Augusto con la esperanza de hallarla viva en el apartamento donde reside, el peligro está en regresar a la ciudad donde se originó todo el caos, pero luego de encontrarla la historia va más allá: todo el campamento necesita escapar de una multitud de infectados que se avecina.

La historia se centra principalmente en el estado Falcón en donde se les da vida a sus protagonistas, en algunas partes se menciona el estado Zulia, y de último se toma a la capital venezolana como parte del desenlace del texto contado para otorgarle un final inesperado al interpretador.

Dentro de cada capítulo se desarrollan los acontecimientos sobre un supuesto “ataque zombi” que acontece en Venezuela, y además se le explica al lector a medida que este va leyendo todo lo que está ocurrieron. Este cuento dentro de lo fantástico, cuenta con cinco capítulos con un subtítulo cada uno, para darle al lector una idea y mayor visibilidad sobre lo que va a leer en los próximos párrafos.

Capítulos anteriores:

Capítulo 1: Infectados
Capítulo 2: El campamento

Capítulo 3

Esparcidos


9b1628f5730d039384fa4611ea4fee3f.jpg

-Ya llegamos despiértate sin vergüenza- le dijo riéndose Rafael a Augusto.

-Te has quedado dormido todo el viaje- comentó Rafael.

-Lo siento amigo creo que no dormí pensando en Lorena- comentó Augusto

-Por cierto, ¿por qué no me levantaste hombre testarudo?- replicó.

-No hizo falta, agarre la ruta de Adicora y entré por el camino de Judibana a la ciudad, no estaba tan colapsado como pensaba, no te das cuenta que apenas nos tardamos como dos horas, me salió buena esta ¿eh? – respondió con risa irónica Rafael.

-Si eso creo- comunicó Augusto.

Ambos habían llegado a la plaza central de la ciudad, y como era de esperarse los infectados estaban esparcidos por todo el lugar. Lo único que podían hacer para llegar al apartamento donde vivía Lorena, era caminar.

-Ni loco, vas a ir tú solo ¿sí?, yo te espero aquí- le dijo Rafael al amigo.

-No me mires extraño, no es porque no te quiero acompañar-

-Bueno, realmente no quiero acompañarte, pero te lo digo en buen sentido amigo, no podemos dejar el auto solo, si pasa algo ¿Quién va a ayudarnos? Yo me quedaré detrás de esta demolición, cuando estés listo para irte haces alguna señal y pasó por ti en esta esquina- expresó Rafael.

En medio de la multitud y con Rafael a unos cuantos metros, Augusto emprendió la caminata hacia el apartamento de Lorena. El chico es muy ágil, y aquellas infectados son lentos al andar aunque en multitud hacen destrozos, tomó unas trabas para impedirlos pasó por arboles, se escondió detrás de unas bancas hasta llegar al sitio.

Augusto se encontró con todo desalojado por suerte, no había un solo infectado dentro de las instalaciones, fue con cuidado en compañía de un arma blanca y su propia dicha. Subió hasta el tercer piso donde habitaba Lorena y la familia y tocó la puerta.

Sonó el gruñir de la puerta y esta se abrió, entonces se escuchó una voz:

-¡Dios mío! Mama ven a ver es Augusto-

Entonces Lourdes saltó de emoción, y dijo:

-Hijo mío pensábamos que ya estabas muerto, desde que tú y tu familia decidieron irse no sabes lo angustiada que estábamos, ¿Qué ha pasado, has venido solo?-

-Vine con un amigo se llama Rafael-

-¿Es el mismo Rafael de tu infancia?- preguntó Lorena

-Sí es el mismo- respondió Augusto

-Me ha acompañado hasta la plaza no quiso bajarse del auto, ¿ustedes están bien aquí? ¿Y Néstor dónde está? ¿Duerme o busca provisiones?- prosiguió.

En ese instante Lourdes tomó de la mano a Augusto le hizo señas para que mirara por la ventana hacia el estacionamiento y contestó llorando:

-Hijo, Néstor está allá afuera, míralo mi pobre negro. Hace dos semanas forma parte del montón, salió a tomar el auto para conseguir alimentos y medicinas para mí, y cuando cruzó el portón no se percató y se quedó sin gasolina, los infectados lo rodearon, estaba solo y nosotras aquí indefensas, no pudimos hacer nada por él- ¡Esto es imposible! -exclamó fuertemente Augusto- ¿Y los demás vecinos fueron incapaces de ayudarlo cuando ustedes han sido la fortaleza de ellos?

-Los demás vecinos se espumaron del edificio hace un mes. Desde que tú y tu familia decidieron marcharse todos se fueron, primero los Parra, luego los Guevara, seguidos de los López, los Inciarte y los González, solo quedamos nosotras dos ahora- respondió Lourdes.

-Si están solas, entonces vengan con mi grupo y conmigo ellos las recibirán bien, no duden de eso- expresó Augusto.

-¿Estás seguro? La verdad es que si te vamos a ocasionar problemas mejor déjanos aquí hijo- susurró Lourdes

-Mamá no tenemos comida, ni armas y tampoco tus medicinas, ¿cómo puedes decir eso?- dijo molesta Lorena.

-No será ninguna molestia, pero necesitamos salir de aquí, ¿Aún tienes los explosivos que tenía a la venta Néstor? Los vamos a necesitar- dijo consternado Augusto.

Augusto tomó los explosivos y unos fósforos y le dijo a Lorena que los metiera en su mochila, se quedó con uno solo en la mano, bajaron las escaleras, abrieron la puerta principal, y en el momento lanzó el explosivo del lado contrario a donde se dirigían para ahuyentar a los infectados con el sonido.

Funcionó los contaminados se fueron en busca del ruido, y Rafael acató la señal, se montaron todos en el auto y se marcharon.

-Ahora que estamos aquí deberíamos aprovechar e ir a la farmacia y al supermercado a buscar alimentos para todo el grupo- comentó Augusto.

-Yo no tengo problema en ir, si a las damas no les molesta- respondió Rafael.

-Creo que no tienen problema, pueden quedarse en el auto mientras nosotros encontramos lo necesario- dijo Augusto mientras miraba sonriente a Lorena.

En el camino antes de llegar a la salida de la ciudad por Judibana, vieron una farmacia, parecía todo tranquilo, así que no desaprovecharon la oportunidad.

Estacionaron el auto cerca de la entrada, miraron alrededor por prevención, accedieron por la puerta principal, y observaron todo alrededor. Pisaron la farmacia, y con ayuda de las bolsas de compras llevaron una cantidad exagerada de medicamentos de todo tipo; también tomaron las latas de alimentos, las golosinas y los refrescos que se vendían en el sitio.

Salieron y se fijaron que cerca de la farmacia también había un supermercado, así que ingresaron de una vez, miraron no había nadie por fuera, pero por dentro, estaba repleto de infectados, Augusto y Rafael se separaron, empezaron a matar a los infectados con cuchillos y una lanza para no producir ruidos.

Rafael al mirar a sus espaldas que daba con la puerta del cuarto de almacenamiento del mercado, se fijó que unos ojos aun humanos, lo miraron, al acercarse escuchó una voz que murmuraba: allí viene ese hombre, Rubén. Buscó a su amigo Augusto, y ambos empujaron la puerta y entraron. Para su sorpresa había dos adolescentes de 15 y 17 años resguardándose.

-¿Qué hacen aquí dos muchachos solos?- preguntó Augusto.

-Protegiendo el lugar señor- respondió Dimitri, el chico mayor.

-Desde la invasión estamos aquí señor, no hemos salido a ningún lado, estábamos de compra con nuestra madre cuando pasó todo esto, los trabajadores y clientes se contagiaron, ocho personas incluyéndonos, intentamos guardar la calma y nos escondimos aquí- respondió Dimitri.

-Por favor no vaya a hacer nada en contra de nosotros, solo queremos sobrevivir- prosiguió Rubén.

-¿Y los demás dónde están?- exclamó Rafael.

-Todos los compañeros fueron mordidos por los infectados en intentos para traer comida y medicinas señor- dijo Rubén.

-¿Y su madre?- continuó preguntando Rafael.

-Ella también fue mordida- respondió Dimitri.

¡Al diablo quien es esta! – exclamó fuertemente Augusto mientras merodeaba el cuarto-.

-Ven mira esto Rafael, ¿por qué diablos tienen a este infectado aquí amarrado en este escaparate? Ustedes no saben lo peligroso que puede ser esto ¿Qué estaban pensando? - preguntó enfadado Augusto.


-Es nuestra madre, no podíamos dejarla con el resto – replicó con un tono alto Dimitri.

-Siempre será su madre, pero ya forma parte del montón y tienen que entenderlo- comentó Augusto.

-Ahora muchachos vámonos, tenemos un grupo en Curimagua, allá estarán a salvo- dijo Rafael.

-¿Cómo sabemos que no nos harán daño?- replicó Dimitri

-No tienen otra opción- balbuceo Rafael.


Rubén y Dimitri estaban nerviosos, pero no tenían otra opción que marcharse, tenían semanas atrapados en el lugar, y era hora de ver al nuevo mundo que antes no habían tenido oportunidad de mirar: los infectados esparcidos por toda la ciudad.


Sobreviviendo a las tinieblas


Fuentes:

1,2,3,4,

Sort:  

Se ve que tiene mucho trabajo encima, durante la semana lo leeré más detenidamente, parece muy interesante. El equipo Cervantes apoyando a la comunidad.

Gracias sanchito!

Interesante, mi hijo también escribe sobre zombies, mutantes y apocalipsis. Estaré leyéndote. Saludos!

Hola! que genial que a tu hijo le guste escribir sobre estos temas, espero leerlos, saludos!

Coin Marketplace

STEEM 0.20
TRX 0.14
JST 0.030
BTC 68148.22
ETH 3249.65
USDT 1.00
SBD 2.67