Sobreviviendo a las tinieblas/ capítulo 1: infectados

in #spanish6 years ago (edited)


Capítulo 1

“Sobreviviendo a las tinieblas” es una historia de mi autoría contada dentro de la literatura-fantástica en el subgénero de terror. En esta narrativa se centra al lector en el año 2025, donde sus personajes principales Rafael y Augusto se encuentran en el campamento de Curimagua que protege al grupo sobreviviente de Punto Fijo de un ataque de personas infectadas, y cuyo origen del virus nadie conoce nada.

Los protagonistas prontamente iniciarán la búsqueda de Lorena una ex vecina y amor de Augusto con la esperanza de hallarla viva en el apartamento donde reside, el peligro está en regresar a la ciudad donde se originó todo el caos, pero luego de encontrarla la historia va más allá: todo el campamento necesita escapar de una multitud de infectados que se avecina.

La historia se centra principalmente en el estado Falcón en donde se les da vida a sus protagonistas, en algunas partes se menciona el estado Zulia, y de último se toma a la capital venezolana como parte del desenlace del texto contado para otorgarle un final inesperado al interpretador.

Dentro de cada capítulo se desarrollan los acontecimientos sobre un supuesto “ataque zombi” que acontece en Venezuela, y además se le explica al lector a medida que este va leyendo todo lo que está ocurrieron. Este cuento dentro de lo fantástico, cuenta con cinco capítulos con un subtítulo cada uno, para darle al lector una idea y mayor visibilidad sobre lo que va a leer en los próximos párrafos.



Capítulo 1:

Infectados

Infectados

La última vez que vi a Lorena, fue hace dos meses antes de venir a este poblado. Ya no sé si está viva o si se convirtió en esos monstros, la verdad es que quiero ir a buscarla, pero solo no podré.

-Mauricio por dios, necesito llegar hasta la plaza central de la ciudad, ayúdame te necesito, la señora Lourdes estaba muy enferma, yo solo quiero ver cómo está Lorena y su familia -dijo Augusto llorando de la impotencia.

-Déjame pensar cómo haré para decirle esto a papá -contestó Rafael.

Bueno mejor no –continuó Rafael- si le digo a papá la barbaridad que me estás diciendo no habrá duda que me quitará las llaves del auto, tú sabes lo grave que es esto Augusto.

Yo lo sé- replicó Augusto- pero…

-Ya cállate- interrumpió Rafael- que más me queda a mí que acompañarte a buscar a Lorena, te entiendo.

Sabes amigo –aseveró Rafael- tú has sido el único que ha estado conmigo estos dos meses de angustia, papá, mamá, Maricela, y las otras 50 personas que no tengo idea de dónde vinieron, solo me han tomado por un guardián, pero en todos estos días nadie me ha preguntado cómo me siento, no sabía que papá odiara tanto a Giselle, cómo para no importarle de que murió, bueno mejor dicho de que está infectada.

Giselle era mi mundo, no sabes los felices que estábamos de que íbamos a tener un bebé después de siete años de espera, pero así es la vida, uno nunca sabe que es lo que depara el futuro –comentó Rafael.

-Lo siento mucho amigo mío –respondió Augusto.

-Ya no importa vamos a la carpa a dormir, mañana será un día largo –concluyó Rafael.

Eran las 11:00pm, cuando ambos fueron a dormirse en la carpa A-05. Rafael por su parte pensaba en la tormenta que estaba llevando en su vida, pero no tenía otra opción que sobrellevar la situación.

-Por mamá lo hago por mamá, y solo por ella –dijo en voz baja.

-Maricela y papá no se merecen mi esfuerzo – siguió murmurando Rafael.

Rafael siempre había sido un ejemplo a seguir, se graduó de médico veterinario en la Universidad del Zulia, para aquel entonces Rómulo su padre, estaba contratado por la empresa Sur del Lago como ingeniero en sistema, hasta que se vio involucrado en un robo al establecimiento, y lo despojaron de todas sus pertenencias quedando en la banca rota . La familia Marín se vio obligada a regresar a su ciudad natal Punto Fijo y rehacer su vida.

Al llegar a la ciudad, Rafael consiguió empleo como asistente de medicina veterinaria en un centro quirúrgico de intervención a animales exóticos, una de las socias del lugar era Giselle Ortega.

Giselle Ortega, era una mujer diez años mayor que Rafael, pero ella era encantadora tenía cabello rubio, ojos azules, piel clara y unas caderas que se movían al compas de su caminar.

En el transcurso de los meses Giselle y Rafael se enamoraron, y en poco tiempo se casaron, pero Rómulo nunca aceptó esa relación, la veía como un impedimento para su hijo quien tenía 27 años.

Pasaron siete años, desde que ambos contrajeron matrimonio, Giselle estaba embarazada por primera vez, cuando fue trasladada a otro centro quirúrgico para hacer un nuevo contrato, este lugar quedaba a 3Km del trabajo de Rafael, así que todo el tiempo en hora de almuerzo se veían en el restaurant Positano, ambos pedían cada día el mismo plato de entrada: espaguetis.

Pero el 8 de agosto de 2025, Giselle nunca llegó al lugar; Rafael intentaba una y otra vez comunicarse pero las líneas de los teléfonos estaban caídas, una hora después un apagón eléctrico colapsó el lugar, las personas que estaban dentro intentaron mantener la calma, hasta que una multitud de personas “infectadas”, comenzaron a darle golpes a la ventana principal del restaurant, nadie entendía que estaba sucediendo, todos se asustaron y empezaron a gritar montándose encima de las mesas, esto solo ocasionaba que aquella multitud intentara romper el vidrio.

Las personas infectadas eran muchas, más de lo que se podría calcular, así que en pocos minutos el vidrio gigante de aquella ventana que alumbraba naturalmente todo el lugar cayó al piso, dejando destrozos por todo el lugar. La multitud logró entrar y daban miedo, pero más que eso, quién cayera en los dientes de estas bestias también formaban parte del montón.

Rafael estaba asustado, no dejaba de pensar en Giselle, así que comenzó a correr siguiendo la dirección de los carteles de salida de emergencia, por suerte esa puerta no estaba colapsada, corrió lo más que pude hasta llegar a su auto, lo encendió y fue a buscar a su esposa en el trabajo.

Al llegar, el lugar estaba desolado aparentemente, pero una vez intentó entrar se dio cuenta que alguien estaba dando vueltas en círculos en la sala de espera, esto le pareció extraño, así que se quedó mirando unos segundos a través del vidrió de la puerta, y de pronto este ser giró la cabeza con vista fija hacia Rafael, en ese instante se dio cuenta que era Giselle, ahora con una apariencia poco agraciada, pálida y putrefacta, formaba parte de la multitud.

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Giselle

Rafael, entró en pánico y no dejaba de llorar, tomó su auto y se dirigió a casa de sus padres que estaban a uno minutos, mientras iba en camino, no dejaba de mirar la cantidad de infectados que se encontraban en las calles de la ciudad, ya casi no había espacio para pasar en carro, las personas estaban a la puerta de la ciudad intentando escapar de aquellas tinieblas, pero la gran fila de autos impedían el paso.

Rafael solo quería encontrar al resto de su familia para decidir el destino de todos. Así que cuando llego a la calle, otro montón de infectados rodeaban las residencias, tuvo que bajarse del auto y caminar con prevención, estaba asustado, todo su cuerpo temblaba, y el sudor corría por su rostro, se metió por la parte de atrás de la casa de sus padres, pero no terminó de entrar cuando alguien lo tomó por la espalda y le apuntó en la cabeza con un arma.

-Eres tú hijo, gracias al cielo- dijo asustado Rómulo.

-Tu mamá, Maricela y yo estábamos muy asustados por ti-

-¿Qué está ocurriendo allá afuera?, explícame tu viejo ya no entiende nada, yo solo venía del trabajo a almorzar cuando los Espinoza salieron en camada queriendo comernos a todos- continuó sollozando Rómulo.

-No lo sé papá, yo esperaba a Giselle en Positano como cualquier día pero nunca llegó, luego un centenal de infectados rompieron el vidrio, corrí en busca de ella, pero cuando llegué al centro quirúrgico ya estaba contaminada, así que vine hasta aquí- gritaba Rafael con gran angustia.

-En camino vi que muchas personas intentaban salir de la ciudad, pero no sé más nada, a lo mejor es solo aquí en Punto Fijo papá, ya no sé nada- decía confundido Rafael.

Al escuchar tales palabras Rómulo le dijo a su familia:

-Guarden ropa, dinero, comida, medicinas, y tú Elena mi amor guarda el radio pequeño y las baterías, y lleva la maleta de carpas, yo guardaré todas las armas que tengo, nos vamos de aquí ahora mismo-

Rómulo tomando el autobús familiar, guardó todas las pertenencias, y sin dudarlo, puso en marcha al vehículo.

-¿A dónde vamos papá?- preguntó Maricela.

-Lejos de la ciudad hija- contestó Rómulo.

Cuando llegaron a la salida de la ciudad, se encontraron con la misma fila de carros que antes había visto Rafael. Pero esta vez, una cuarta parte de las patrullas policiales de la región, estaban aguardando el sitio, con un megáfono comunicaban a los sobrevivientes:

-Mantengan la calma, vayan a sus hogares y no salgan hasta que el gobierno lo comunique, una vez el presidente dicte la orden de desalojo cada patrulla tiene el deber de informales, obedezcan a las autoridades-

-Guarden la calma, váyanse a sus hogares, es por su bienestar-

-¡Váyanse al demonio!- Gritó Rómulo dándole golpes a la corneta del autobús

-Nunca sirven para nada, y ahora me dicen que hacer en este infierno- continuó exhausto Rómulo.

-Cálmate amor, decide tú que es lo mejor para todos- aseveró Elena.

-Irnos de aquí- contestó Rafael.

-Claro que nos vamos- puntualizó enojado Rómulo.

Rómulo tomó un atajo que solo él sabía para salir de la ciudad, pasando por varios pueblos se dio cuenta que habían sobrevivientes, por lo cual brindó su ayuda, dejándolos montar en el autobús.

-¿No están contaminados verdad?- Preguntó Rómulo.

No señor, no estamos contaminados, le agradecemos nos dé un empujón hasta otro lugar lejos de aquí, al igual que ustedes estamos asustados- contestó Oscar, papá de cuatro jóvenes y quién ya había perdido a sus padres y esposa.

El autobús sirvió de viaje para muchos pueblerinos, hasta que se llenó con más de 20 personas.

Pasaron unas horas de viaje, ahora todos estaban sin rumbo, intentando sobrevivir, y a esas alturas nadie sabía a dónde ir, ni siquiera don Rómulo, como le decían los pasajeros.

--- Continuará ---


¿Te ha gustado el fragmento de esta historia? Proximamente el resto de los capítulos.

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bueno, el primer capítulo es entretenido, te seguiré para esperar los demás y poder leerlos * w *

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