Amatista jamás imaginó que aquel niño, a quien llevó a su casa en calidad de adoptado, le iba a causar tan malos momentos a medida que iba creciendo. Y no se sabe qué explicación tendrá más fuerza para el caso.

Cuando el niño tenía 8 años, ella le dio un duro castigo por actuar mal, pero de repente se detuvo cuando oyó de la voz "adulta" de ese niño, una sentencia acompañada de un gesto terrorífico en el rostro:

.- ¡Uuuuuuuuuuuh!. Infeliz mujer, esto lo pagarás caro.

Desde entonces Amatista trató de deshacerse del chico, y lo consiguió cuando él tenía 11 años.

Pasaron otros 10 años, sin que ella supiera del muchacho, pero una noche escuchó un estentóreo ruido sobre el techo de su casa mientras ella dormía, y un grito desgarrador:

.- ¡Llegó tu hora, Amatista!

Ella despertó, y encendió la luz, y notó cómo se operaban cambios en el hombre que había irrumpido bien abrigado: volvió a ser el niño tierno, luego se esponjó como una pelota, se volvió hombre, y al final un rostro espeluznante se hallaba ante ella.

Petrificada, vio como el hombre agarraba un puñal y lo incrustaba en su corazón mientras reía:

.- ¡Ja, ja, ja, ja, ja, ja!. Desgraciada. Te dije que algún día me la ibas a pagar.

Y así cobró venganza el niño terrible.

Autor: Landis Rafael Álvarez Lecumberre
@lecumberre
¡Qué bonito es ser poeta en este hermoso universo
para decir todo en verso desde la a hasta la zeta!

Muchas gracias por leerme, te invito a leer otros de mis escritos.

Te estás enamorando - Poema original por @lecumberre

Balada de la nostalgia

Gracias, querido Señor - Poema original por @Lecumberre