Gracias, querido Señor,
por el sol de cada día
que brilla con alegría
y me transmite tu amor.


Gracias por la bella flor
brotada al amanecer
cuyas luces puedo ver
con su suave resplandor.


Es muy radiante el color
de las aves mañaneras
que parecen primaveras
con sus trajes de fulgor.


La rosa riega su olor
como viva llamarada
que recubre la mirada
de entusiasmo y de vigor.


Señor, querido Señor,
en silencios de cristal,
tu presencia angelical
nos llena de fe y valor.


Gracias por el cundeamor
de la preciosa llanura
y gracias por la ternura
del niño de tierno albor.


Allá vuela el picaflor
de conformación menuda
y mi garganta se anuda
por tu grandeza mayor.


Eres la fuerza y valor
que en el alma está presente
y te adoro con la mente
y un corazón latidor.


Tú hiciste el madrugador
candil para la existencia
y eres única creencia
en la luz de mi candor.


Gracias por el ruiseñor
de maravilloso canto
y por el bonito encanto
de la lluvia con su acción.


Gracias por el corazón
que me pusiste en el pecho
que a pesar de ser estrecho
es amplio por su expansión.


Yo vivo con la pasión
de amar cada día a la gente
siendo un poco complaciente
en medio de cada acción.


¡Qué lindura es la canción
que pusiste en mi guitarra
de la que firme se agarra
mi sincera inspiración!


Bella es la conformación
del hombre y de la mujer
que hiciste para querer
y brindarse una ilusión.


Es sublime la emoción
de poder agradecerte
el sentir algo tan fuerte
en la grata sensación.


Tú diste coloración
a este impresionante mundo
de felicidad fecundo
para fiel adoración.


Gracias por tu compasión
a nosotros los humanos
que exhibimos unas manos
de pecado en floración.


Eres supremo bastión
en esta estupenda vida
que nos mitigas la herida
con mágica curación.


Gracias por la sensación
de estar siempre en nuestras almas
y por las danzantes palmas
que plantaste en la región.


Gracias por esta nación
rica en recurso y paisaje
y por el criollo pasaje
sencillo en combinación.


Hoy tengo la devoción
de cantarte en el momento
con mi bello sentimiento
de regia dedicación.


Tú diste coloración
a ese mar azul e inmenso
y si en estas cosas pienso
suprema es mi admiración.


Gracias por la permisión
de familiares y amigos
que son muy fieles testigos
de tu grandiosa creación.


Quiero que la salvación
me des, mi Señor amado,
pues tú siempre has prodigado
al pecador el perdón.


Vuela mi imaginación
cuando con mucho cariño
gracias te doy por el niño
de inocencia en su esplendor.


Y llenándome de amor
ante ti me postro hoy
y con el alma te doy
gracias, querido Señor.