Luego de realizar la pequeña investigación me encontré con que, para variar, no había estudio psicológico, sociológico o de alguna otra índole que explicara a fondo cómo han cambiado los hábitos de consumo de los venezolanos con respecto a este tema. Encontré artículos y otras reseñas que indicaban que el consumo se reducía, como es lógico, y se dirigía a la compra de productos de necesidad básica, pero nada que hiciera referencia a por qué el consumidor se apegaba a pesar de todo a estos gastos que son de necesidades adquiridas. Por lo que decidí guiarme por documentos y artículos de otros países que también habían atravesado crisis económicas y que quizá pudieran reflejar un patrón similar.

Lo que encontré fue muy interesante:

De acuerdo a un artículo publicado por la Universidad de Valencia (España) titulado "Crisis Económicas y Motivaciones de los Consumidores":

"Los consumidores en general no renuncian al capricho: compran barato o a bajo precio para ahorrar y, ocasionalmente, darse "un pequeño lujo" a la medida de sus posibilidades. Se trata de la bipolarización del consumo, fenomenología que se viene observando desde hace ya algunos años y que se expresa mediante conductas de consumo en apariencia contrapuestas, pero que puede ejercer, por igual, un mismo consumidor según sus circunstancias o apetencias (...) También se constata un incremento de la frecuencia de compra: más visitas a las tiendas pero comprando menos, en menor cantidad o gastando menos dinero."

Además de lo anterior, encontré un estudio del Euromonitor International reseñado por el portal de noticias "AméricaEconomía" donde los investigadores indicaban que en tiempos de crisis las personas tendían a gastar en productos que de algún modo les permitieran "interrumpir el presente y fingir que están en un contexto distinto a aquel que les causa tantas dificultades". Es lo que ellos denominan "compras indulgentes": cuando se adquiere algo para que te proporcione placer pero es poco saludable o malo, asociandose principalmente al consumo de alimentos con mucha azúcar, grasas y carbohidratos como los dulces o alguna bebida alcohólica.

"Además de cuidar el bolsillo, los contextos de crisis llevan a las personas a buscar experiencias de consumo inmersivas y emocionales que les brinden pequeños momentos de placer, catarsis y felicidad, es decir no solo la calidad importa."

Fuente: Universidad de Palermo

Todo esto había sucedido en la mayoría de las economías que atravesaron una crisis. En Brasil, por ejemplo, se comprobó que en el año 2014 hubo una relación entre el aumento del consumo de galletas rellenas y el anuncio del incremento de las cifras de desempleo unos días antes. Según la Asociación Brasileña de Galletas, Pasta, Pan y Torta Industrializada (Abimapi, por sus siglas en portugués) estos productos ofrecían placer al consumidor y eran una forma de compensar el estrés que se sentía con respecto a la situación económica de su país.

Por si me quedaban dudas con respecto a las conclusiones de los estudios anteriormente mencionados, me tope con un artículo del Foro Económico Mundial que mostraba cuáles son los 10 negocios más fuertes en crisis económicas. Adivinen cuáles se encontraban en la lista...Alcohol, cosméticos, dulces y postres, salas de cine, etc. Los cuáles tienen una cosa en común que ya se ha mencionado: el placer.

A pesar de que no logré encontrar estudios como los anteriores en el caso venezolano, sí pude dar con artículos que indicaban que, al menos los caraqueños, conservan las meriendas a pesar de la crisis. Algunos de los encuestados decían: "trabajamos mucho y hace falta salir a comprar algún aperitivo para alegrarse la vida un poco. Es indispensable, en esta crisis severa, comerse un dulce pequeño, conversar sobre hechos agradables y reinventarse para cubrir gustos finos, como era en mejores tiempos". En adición a esto encontré que la crisis económica en nuestro caso es tan severa que muchas veces los venezolanos no compran para darse un gusto sino para integrarlo a su alimentación y no pasar hambre, algo así como para "engañar al estómago". Por supuesto que estas situaciones varían de acuerdo a cada clase social y al estado donde vivas, pero la tendencia evidentemente existe.

Ahora la pregunta que me queda es ¿qué tan sostenible podrá ser esto de darse un pequeño gusto? la situación económica empeora cada vez más y recientemente en un artículo de El Nacional empleados de supermercados indicaban que los precios de las chucherías han aumentado hasta 3 veces en los últimos 2 meses ¿podrá el venezolano seguir compensando el estrés en una situación así?

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¡Gracias por leerme!

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Referencias utilizadas para esta publicación

• Crisis Económicas y Motivaciones de los Consumidores
• ¿Por qué en tiempos de crisis los consumidores compran productos y experiencias para interrumpir el presente?
• ¿Qué hay en la mente del consumidor en una crisis?
• In times of economic crisis, stuffed cookie consumption increases
• 10 negocios fuertes en crisis económicas
• Caraqueños preservan la merienda en medio de la crisis
• “Ahora comer chuchería es un lujo, si acaso puedo comprar cuando cobro”

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