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RE: Historia de una columna infame
En ocasiones, el ser humano es tan celosamente gregario que acaba rápidamente con cualquier oveja negra que se escape del redil. Aunque sea para levantarle, más tarde, una estatua ecuestre, como en la fábula de Monterroso, que quedase muy bien en el parque: "Así, en lo sucesivo, cada vez que aparecían ovejas negras eran rápidamente pasadas por las armas para que las futuras generaciones de ovejas comunes y corrientes pudieran ejercitarse también en la escultura".