Tercer trago de la noche y apenas eran las 8:30. Escuchaba salsa de la clásica y el cantinero sirvió otro trago más mientras yo me hundía en mi pensamiento destructivo, deseando odiar pero amando en cambio, sintiéndome miserable y culpándome por perderla; mientras tarareaba una de Lavoe y Colón, a mi lado se sentó un hombre joven, un poco menor que yo a mi parecer, cantaba la letra de la canción: "todo tiene su final..." y claro, guiado por mi despecho no pude evitar seguir la letra, inicié un poco suave:

"Tenemos que recordar
Que no existe eternidad
Como el campeón mundial
Dio su vida por llegar
Y perder lo más querido"

Canté con más fuerza y aquel joven me miró directamente, señalaba al aire moviendo sus dedos con la cara arrugada, yo lo señalé con igual o similar gesto.

"En las masas otro más
Todo tiene su final." Canté yo, él respondió:

"(Todo tiene su final)"

"Si no me quieres dímelo ahora," Dije, él respondió:

"(Todo tiene su final)"

Me levanté del banquillo, empecé a bailar y él hizo lo mismo, entones desde una mesa un hombre solitario empezó a gritar con gran fuerza la letra, ambos lo señalamos emocionados, él se levantó y se unió a nosotros, continuamos él canto:

"¡A mi velorio no venga a llorar no no,
(todo tiene su final)
Hay mamita rica,
(todo tiene su final)!"

Nos sentamos en la mesa del caballero, tenía una botella de wiskey y nos sirvió un trago a cada uno, se presentó entonces: Me llamo Guillermo, que buen tema ese señores, a lo que yo respondí: Uff, temazo, yo me llamo Daniel. Pues yo soy Jesús, dijo el otro. De forma amena continuamos hablando, la verdad es que aquel momento divertido me cambió el animo, resultó que tras algunos minutos de conversación descubrimos que el despecho no era lo único que teníamos en común, nos contamos nuestros problemas y en mi caso les contaba que ese mismo día descubrí que la mujer que tanto había amado ahora está con otro hombre, mientras Gillermo señaló que se estaba divorciando, y aunque realmente ya no toleraba a su mujer era incomodo y lo acababa de botar de su propia casa, tras eso Jesús señaló que su novia acababa de terminarle.

Ya estoy cansado, dije, di todo por esa mujer y me dejó sin dar explicación, debí suponer que no iba a ser nada para ella. Ya la botella se inclinaba bastante a la hora de servir, continué: Y ese tipo, ¡ese tipo es un pendejo! te aseguro que no le tiene el más mínimo respeto y ya le ha sido infiel, pero como es musculoso ella se babea al verlo, me da nauseas realmente. ¡Te Apoyo! dijo Guille, luego replicó Jesús: pues yo también te apoyo amigo, hay mujeres muy mal agradecidas, pero que se le vas a hacer. Yo creo que debemos tener una noche para olvidaras dijo Gillermo, hoy debemos salir a celebrar. Estoy de acuerdo, respondí, vamos a hacerlo, eso suena chevere.

Servimos la última ronda de tragos y con la botella vacía empezamos a debatir a donde ir, dije: Yo conozco un club musical muy bueno, ponen bandas en vivo y hay chicas muy lindas. Go! es una buena idea, señaló Guillermo, vamos entonces. Claro que sí, ¡vamos!, respondió Jesús.

Usamos el auto de Guillermo, la noche apenas iniciaba, eran cerca de las 10:15 cuando llegamos al lugar indicado, batiendo la cabeza al ritmo de la música entramos al club y no tardamos en buscar más licor, yo ordené una cerveza y los chicos unos cócteles, bailamos un poco por nuestra cuenta observando otras chicas bailar solas, en algún momento una Invitó a Jesús, luego otro par nos invitó a Guillermo y a mi. Yo empezaba a disfrutar la chica, realmente era linda y ella cada vez se acercaba más a mi cuerpo, miré al Jesus bailando acelerado mientras Guillermo parecía conectar también con su pareja, todo iba muy bien pero en una mirada fugaz una silueta conocida me llamó la atención; que mala suerte, se trataba de mi ex y estaba allí con su nueva pareja... ¡seré estúpido!, ella y yo solíamos ir allí, y ahora lo hace con ese imbécil. Terminada la canción le señalé a los chicos que me acompañaran a tomar un trago: Está aquí, les dije, allí está mi ex, Carla. Conchale, ¿Donde?, preguntó Jesús. Está allí con ese tipo, dije señalando con la boca. ¡Uy! que desagradable, dijo Guillermo, ¿Que vas a hacer?, ¿nos vamos?. No, ya vas a ver, le respondí.

Caminé a buscar a mi chica y bailamos de nuevo, entonces mi ex me notó, sacudí mi cuerpo tanto como pude al ritmo de la música para llamar su atención, ella no tardó en disimular pero notaba como giraba la vista, decidí intentar besar a la chica con la que bailaba pero me quitó el rostro, entonces mi ex hizo un gesto de risa y yo me sentí apenado, los chicos me miraban asombrados y me hacían gestos, enojado dejé a la chica y decidí ir hacia donde estaba mi ex; Jesús miró asombrado y Guillermo se sonrió, llegue hacia donde estaba ella: Eres una mal agradecida, le dije. El hombre que la acompañaba me empujó, yo le respondí con el mismo gesto: Tu eres un imbécil y no te la mereces ¡pendejo!. Le asesté un golpe el el rostro y el se cayó al suelo, entonces los que le acompañaban salieron de nada y uno me golpeó el rostro, yo le respondí y Guillermo lo empujó, otro me agarró por detrás así que Jesús le asestó una patada y se desato la pelea. Los de seguridad no tardaron en llegar y nos separaron a todos. ¡TE AMO CARLAA!, grité mientras su novio me insultaba y los de seguridad nos sacaban del club.

Ya pasaba de la 01:05, ya afuera los chicos y yo nos reímos: Que bueno jajaja le dejaste el ojo morado, dijo Guille. Te pasate, dijo Jesús pero que bien que te descargaste. Tranquilos que la noche es joven y clubs sobran en esta ciudad, dije yo, respondió Jesus: Pues yo conozco uno muy bueno cerca, de música electrónica . Si va, le dije. ¡Vamos pues!, dijo Guillermo.