Relato: La noche de los lunáticos (En colaboración con @huesos e @ilazramusic) Segunda parte.

(01:26 AM) Nos dirigimos al club de música electrónica, de verdad se podía sentir un buen ambiente. Entre tragos y buena música estábamos alerta a cualquier chica disponible, para bailar, olvidar y disfrutar. Se visualizaba tres señoritas a la distancia muy lindas, bailoteaban en una esquina del club no muy bien precisamente, pero para el momento eran perfectas, coquétamente nos observaban y rápidamente nos percatamos de sus intenciones, fuimos como relámpagos en descenso con nuestra mejor cara de conquista, dimos una vuelta a su alrededor coreográficamente, solo podíamos observar su cuerpo hermoso y forma horrible de bailar. No nos importaba nada, en lo que dije:

Que chicas tan lindas tenemos aquí. Guillermo continuo: Su hermoso baile nos atrajo. Daniel replicó: ¡Suerte somos buenos bailarines! Ella intentaron decir algo, pero sin escuchar les dimos una vuelta y la pista baile. Al principio mostraban un poco de resistencia pero entre tanta diversión se dejaron llevar. Baile tras baile, cada uno con su chica, cada vez que nos acercábamos chocábamos los puños y decíamos: ¡Bien hermano! Estábamos logrando el objetivo olvidar… Pensábamos que no habría inconveniente, que sería nuestra noche, después de tanto despecho íbamos a pasarla bien.

Repentinamente notamos preocupación es su semblante y pude percibir un olor a tabaco y un brazo en mi hombro, me di la vuelva con molestia había mucha diversión y la estaba siendo arruinando por esa persona sea quien sea, me había hecho enfadar, si hacía falta tocaba pelear. Aclaré mi garganta y eleve el pecho para como hombre decir: ¿Qué pasa algún problema? Al girar solo abrí la boca y pude percatarme de la presencia de un hombre con esteroides hasta en el cabello, con su cuerpo tatuado, con cicatrices y acompañado de sus dos amigos igual de rudos con apariencia de ex convictos muy peligrosos.

Se paró justo frente a mí aquel sujeto. me doblaba el tamaño tanto como de altura y músculos, solo pude tragar grueso y decir muy bajo y levemente: ¿si… dígame?, En lo que respondieron con voz ruda y molesta: ¿Nuestras chicas le parecen buena compañía? La impresión me dejo sin palabras solo pude tocar a mi compañero Daniel que estaba a mi lado que no se había percatado de la situación he hizo lo mismo con Guillermo. Nos apartamos de las nenas y los tres nos reunimos en círculo intentado hacer un plan, Daniel exclamo; ¿Y si peleamos de nuevo? Los tres lo consideramos vimos a los hombres y creo que todos vimos la gran paliza que nos esperaba si seguíamos ese plan, nos volvimos a mirar y simultáneamente dijimos: ¡NOOOO! En ese momento ellos gritaron: ¡O SE VAN O HABRÁ SANGRE! Las personas a nuestro alrededor comenzaron a notar que algo pasaba, y su forma de ayudar fue el gritar ¡PELEA, PELEA, PELEA! Buscando la manera de no empeorar las cosas más de lo que ya estaba muy decentes decíamos: calma, no fue para tanto, no exageren.

Ellos procedieron a acercándose lentamente a nosotros, no podíamos huir, ¿Dónde quedaría nuestro orgullo? No dábamos paso atrás, nos pusimos en posición de pelea cada quien con su mejor faceta ruda, cuando ellos se estaban acercando llega seguridad y pregunta ¿Qué está pasando aquí señores? Los hombres exclamaron: Estos tipos nos están buscando problemas se metieron con nuestras chicas, a lo que respondieron los de seguridad: ¿Eso es verdad caballeros?, Dijimos: Claro que no, solo bailábamos muy pegaditos, bueno… ¡Ellas comenzaron! Obviamente los de seguridad nos toma a cada uno cargados y nos dirigen a la salida pero cada quien grito su despedida: Guillermo: ¡Con la que yo estaba tiene mal aliento! Daniel siguió: Ninguna baila bien, y yo riendo dije: Hasta la vista baby.