La Magia del Cine

Cada vez que voy al cine me siento como si tuviera seis años. Siento la misma emoción que sentía cuando empecé a ir al cine y el mismo nerviosismo cuando, una vez dentro, esperaba al mejor momento para darle la mano a la chica que en ese momento me gustaba.

Creo que todo el mundo se acuerda de alguna de sus primeras películas en el cine y de momentos o escenas concretas que se han quedado grabadas en nuestra memoria como destellos de un pasado de butacas de madera reclinables.

El primer día que viste el mar. El primer beso. La primera película que te conmovió.

Estos son eventos importantes en toda niñez que no se olvidan. Estos momentos ocurrieron al mismo tiempo que tu personalidad se forjaba y por eso de igual manera que recordamos el nombre y apellido de la primera chica a la que besamos, nos acordamos de la primera película que nos impactó.

Aún recuerdo que aunque fui a ver la película Titanic con muchos amigos del instituto no puede aguantar las lágrimas cuando nuestro protagonista Jack Dawson se sacrificó para salvar a su amada Rose.

---

Y es que algunas películas son capaces de cambiar la manera en la que miramos al mundo o la manera en la que nos sentimos respecto a determinados temas. También recuerdo cuando vi La lista de Schindler. Como me sentí después de ver la película cambió totalmente mi sensibilidad cuando mi personalidad pre-adolescente aún se estaba formando y la realidad cruel del mundo se hizo patente en mi mente.

Las películas han estado con nosotros desde prácticamente nuestros primeros recuerdos. Nos han acompañado en los buenos y en los malos momentos, nos han ayudado a recuperarnos de algún desamor y a veces nos han ayudado a empezar alguna relación. Hemos compartido lágrimas con algunos personajes y también hemos reído histéricamente con otros.

Durante dos horas no hay nada que te importe o te preocupe. Si pudiéramos salirnos de nuestros cuerpos y vernos desde arriba, nos veríamos ahí sentados mirando a un mundo que se siente como nuestro. Un mundo lleno de aventuras, un mundo lleno de historias de amor, un mundo de drama dónde la tragedia nos golpea desde dentro.

---

Personalmente, uno de los recuerdos que tengo y que guardo con más cariño en mi memoria es cuando vi por primera vez la película Braveheart. Fui con mi amigo Jose, en Málaga. No sabíamos mucho de qué iba a tratar la película y recuerdo que era un sábado por la mañana. Las sesiones matinales durante los fines de semana eran siempre mucho más baratas que por la tarde noche y siendo estudiante, despertarse temprano después de haber salido la noche anterior, no era algo que te costara demasiado trabajo.

Este era el cine:
Localización

Me acuerdo como si fuera hoy, cuando al salir del cine y aún deslumbrados por la claridad del día, nos miramos el uno al otro y repetimos con cara de emocionados:

-¡LIBERTAD!

Fuente de imágenes 1PixabayPixabay