Mi ex, la reina de las Erinias: un par de tragedias. | Relato.

(Esta es la tercera parte del relato Mi ex, la reina de las Erinias, si no lo has leído, pásate por allá y luego puedes volver acá ;D)

"Que si me besas mientras duermo, no me salvas la vida.
Me la violas."
Alejandra Martínez de Miguel

Adelantaré un poco el cassette para confesarles algo: no toda mariposa realmente es tan frágil.

El torbellino resultaría ser una persona completamente sensible, insegura y realmente alocada. Esa clase de personas que se escapaba de clases, de conciertos, o de su propia casa (sin importar la hora que fuese), para llegar allí a donde fuera que tu estuvieses.

De metro '50, era un poco difícil imaginarse a esa niña punk que intento describirles. Pero no siempre fue punk.

Cuando le conocí, era la clásica niña gótica, que cubría sus cortadas, y optaba por lacerar sus piernas antes de querer llamar la atención con sus antebrazos.

La primera vez que noté que empezaba a quererla, fue aquel día en que descubrí poco más de 50 cortadas. E hice lo mejor que se me ocurrió: prometí no volver a hablarle hasta que sanaran esas cicatrices, y alejarme para siempre si volvía a ver otra herida.

Fueron dos semanas de rehabilitación en donde creí haber logrado algo en ella. En serio la extrañaba, pero desaparecí de su radar el tiempo necesario.

Todo eso era nuevo para mí, y me daba curiosidad entender por qué tanto torbellino, y dolor. No sería sino hasta un año y algunos meses más adelante que me abriría su corazón para contarme un par de sus tragedias.

Fui violada, Jose. Fui violada cuando solo tenía 11 años.

¿Cómo debía yo asumir aquello?

Solo era una niña que iba camino a sus clases de danza. ¿Era esa niña danzora, este oscuro torbellino que veía delante de mi?

¿Cuántas veces no gritarían sus antebrazos y piernas aquella trastornadora historia, en que fue arrebatada su inocencia por aquel nombre que aún recuerdo?

Sus ojos se nublaban al confesarme aquella historia. Sus manos temblaban del frío en el pleno calor de la tarde, y lloraba mientras evitaba mi mirada. Se sentía realmente avergonzada, humillada, vejada...

Me hizo prometerle no contarle a nadie. Me abrazó y rogó llorando que la apoyara en todo, hasta poder superar aquella traumática vivencia. Solo tenía 15 años, y nunca había visto tanto temor en los ojos de alguien. Y se veía tan frágil, que me prometí protegerle con mi vida, y en más de una ocasión demostré esa determinación.

¿Cómo ensamblas las piezas de un alma rota víctima de una violación? Entonces veía aquel grito en el festival como su manera de rogar un poco de atención. Entonces cobraba sentido su orquestado plan para conocerme en el instante preciso. Entonces entendí que mi lugar en el mundo era allí con ella, y no permitiría que nunca más volviese a lastimarle.

Un año después de haber terminado, la última vez que oí su voz. No supe qué pensar al escucharle en aquella última llamada, confesándome que nunca nada de esto sucedió. Sus tragedias solo eran disfraces.

Que así como sus heridas, sus historias no eran más que métodos para decirme: Oye, y si soy frágil ¿hasta donde estarías dispuesto a cuidarme?

Y estaba tan dispuesto, que aun hoy día vivo efectos de sus mentiras.

Detesto las mentiras.

Y al oír aquello, solo pude tragar fuerte y callar. Pues, no era su único gran engaño, sino que lo segundo que me diría tras esa confesión me dolería un poco más.

Una segunda tragedia que determinaría el resto de mi vida.

Fuente

Muchas gracias a la familia de los @Mosqueteros, por todo su apoyo. Con especial mención a @Avellana, @Sophiegeek y @Unatalpaola por sus esfuerzos y constancia en sus blogs. Agradecimientos especiales a @cervantes por su trabajo fundamental para el desarrollo de la comunidad hispana. Un fuerte abrazo a todos aquellos que han permanecido acá, quienes brindan desde el inicio su apoyo.

Aquí mi continuación del relato, y prometí brindar la historia completa a modo de bocados si así lo piden en los comentarios ;)

Se que tu también tienes historias de las que solo queda crear arte de ellas o simplemente dejarlas morir. Agradezco la existencia de SteemIt por la oportunidad de plasmar estas historias.

Seamos prosa, seamos sueños.