Tu amor no te pertenece, es para que lo entregues todo entero y que luego vuelva a ti, podrás negarte, refutarlo, pero por más que luches, lo entregarás, a esa persona que hace detener tu corazón, a la primera persona en la que piensas al levantarte y la ultima antes de cerrar los ojos. Puedes rechazarlo, oponerte a la idea de que tu amor es para los demás, pero es una lucha que tarde o temprano perderás arrolladoramente, como si un tren te pasara por encima y no podrás hacer otra cosa que sucumbir ante lo que piensas es una gran derrota, siendo todo lo contrario, porque te habrás liberado de la opresión de sentimientos que ahora te harán más feliz que nunca, liviano como una nube, dulce sensación de gratitud que vas a experimentar en los infinitos alcances del amor.