Conociendo las dificultades por la que está pasando nuestra Venezuela, no podemos seguir permitiendo que el sistema actual continuamente destruya a nuestra familia. Hemos comprendido que esta sociedad que estamos viviendo fue motivada por la falta de formación de ciudadanos que no tuvieron las mismas oportunidades… ¿Cuáles oportunidades? Una alternativa de educación primordialmente, y una familia que sembrara valores…

A diario los venezolanos estamos afrontando situaciones donde debemos elegir entre el lucro personal y la justicia, entre el beneficio propio y la honestidad. No es suficiente con ser bueno durante un solo día.

En un post leí este comentario: “Muchos estamos luchando cada día buscando alternativas aquí mismo en Venezuela. Nos tocará vencer la ignorancia siendo multiplicadores de información y de los valores que tanta falta nos hacen” @inspiracion.

Sé que preservar los valores puede ser una tarea difícil, y más ahora que muchos padres deben laborar durante todo el día, el dinero no rinde y al llegar a sus hogares están muy cansados, lo cual reduce el tiempo de calidad con sus hijos. Sin embargo; nuestra sociedad exige un cambio, y ese cambio no puede esperar. Debemos desde ya trabajar en la formación de nuestros niños dentro del núcleo familiar con la firme convicción de siempre hacer el bien. Y si nos equivocamos, volver y rectificar. Es un requisito imprescindible para formar buenos ciudadanos.

Llegó la hora de ser mejores familias venezolanas.. El autor de los best sellers de literatura latinoamericana, Carlos Cuauhtémoc, conocido por sus libros sobre superación familiar, menciona:

5 leyes universales que deben existir en una familia:

• Ley de Ejemplaridad: Los hijos cargarán en el subconsciente, durante muchos años, los patrones de conducta que observaron en sus padres.

Debemos utilizar patrones de conducta positivos, recordando que el beneficio empieza por nosotros mismos. Los hechos valen más que las palabras. Al esforzarnos en nuestro crecimiento personal como individuos tendremos un mejor modelo a seguir para brindar a nuestros hijos.

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• Ley del amor incondicional: La única energía que fortalece verdaderamente al hogar y a cada uno de sus miembros es el amor sin condiciones. Esta fuerza vivificante debe emanar de la entidad conyugal. A los hijos les hace mayor bien ver que sus padres se abracen a que los abracen a ellos. El mejor regalo que podrían darles jamás será la contemplación y vivencia de su mutuo amor incondicional.

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• Ley de las normas de disciplina: Las normas de disciplina delimitan la única área confiable sobre la que puede edificarse la torre del éxito familiar y personal. Los cuatro vértices de esa área son: Respeto, unión, prosperidad y autonomía.

Estos vértices de la disciplina que menciona el autor se pueden resumir en: 1. Nunca cruzar esa fina línea llamada Respeto, ante cualquier diferencia: respirar profundo, apartarse hasta calmarse, y una vez en tranquilidad conversar sobre lo sucedido. 2. La Unión de la familia radica en cultivar los momentos juntos y disfrutarlos, esto ayuda a superar mejor los tiempos de crisis. 3. Así mismo, estimular la mejora y preparación continua en los hijos promueve Prosperidad. 4. Es necesario que cada miembro pueda tener su Autonomía en el hogar siendo libres, amados, y aceptados.

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• Ley de comunicación profunda: Un parámetro fiel para determinar la calidad de una familia está dado por el número y frecuencia de conversaciones serias entre sus miembros. Existen tres formas de conversar: Superficial, Social, Profundo.

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• Ley del desarrollo espiritual: En la familia debe llevarse bien una religión de amor. Sólo manteniendo una estrecha y continua relación con Dios puede lograrse la paz interior.