Uno de los mayores atractivos que tiene la capital chilena son sus numerosos espacios verdes: parques, plazas, cerros, todos cubiertos de vegetación y que permiten a las personas alejarse del smog de la ciudad, el ruido y las multitudes. Pero lo mejor de los cerros es que están dentro de la ciudad; literalmente. No hacia un extremo, ni en las afueras, sino justo en medio de la ciudad y para mostrarlo escogí la imagen de presentación de este post (única foto de la publicación que no fue tomada por mí). En la fotografía se puede observar el cerro blanco (el pequeño) y detrás, el inmenso Cerro San Cristóbal.

Uno de los accesos al Cerro

El lugar forma parte de PARQUEMET, la red de parques de la región metropolitana y su acceso es completamente gratuito. Se trata del cuarto parque más grande del mundo y tiene más de 700 hectáreas. Eso lo convierte en un verdadero oasis de naturaleza en medio del paisaje urbano. Dentro del Cerro San Cristóbal hay senderos, ciclovías, terrazas, jardines, un zoológico, un funicular, restaurantes, una iglesia, piscinas y hasta un teleférico; es decir, se puede hacer de todo: conducir bicicleta, patinar, trotar, correr, hacer trekking, meditar, practicar yoga, leer, hacer un picnic, nadar, comer, ir a misa y todo lo que esté permitido en lugares como este.

La vista de la ciudad desde el teleférico

Estatua de la Virgen María, cerca de la iglesia

Puente en el jardín japonés

Recorrerlo todo o aprovechar todos sus espacios en un solo día, es imposible; lo que lejos de ser un punto negativo, es un punto a favor, porque se puede ir un día al Jardín Mapulemu, por ejemplo, y pasar horas en él; y otro día se puede ir al zoológico; y otro día a hacer trekking; y la semana siguiente al Jardín Japonés (uno de los espacios más bellos del parque) y de esa manera vivir plenamente cada una de las actividades. A ello sumen que el paisaje y la experiencia (así como las actividades disponibles) cambian de una estación a otra. Tenemos entonces un espacio que nos brinda la posibilidad de disfrutar múltiples experiencias gratuitas en contacto directo con la naturaleza (para usar el teleférico y acceder a las piscinas sí hay que pagar) sin salir de a ciudad. Es un lugar como para ir cualquier día, en especial los fines de semana, a recargarse de buenas vibras, de conexión con la naturaleza y reconexión con nosotros mismos. Si resides en Santiago de Chile o algún día tienes la posibilidad de visitarla, no dejes de darte un paseo por el Cerro San Cristóbal, un pulmón vegetal de gran belleza.

Reseñado por @cristiancaicedo

Excepto en donde está indicado, las demás fotografías fueron tomadas por mí con mi teléfono móvil

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