Mis dos películas favoritas del cine Argentino son Relatos Salvajes y ésta El secreto de sus ojos, un thriller con matices políticos, románticos, nostálgicos, judiciales, criminales y sobre todo, muy argentinos.

Poster Oficial

El protagonista es Benjamín Espósito (Ricardo Darín), un oficial de Juzgado argentino que recién se ha retirado de su cargo y decide escribir una novela. Al inicio, quiere narrar una historia teñida de nostalgia, de melancolía por una oportunidad perdida con su colega Irene (Soledad Villamil), pero al excavar en los recuerdos de aquellos años en que conoció a Irene, evoca un brutal asesinato de veinticinco años antes; el crimen, los motivos y el destino de víctima y victimario se convierten primero en una obsesión literaria de Espósito y luego en una cruzada personal. Se trata del único caso que no pudo cerrar completamente en toda su carrera y al decidir escribir una novela sobre el caso, revive además de su pasado profesional, todo lo que significó Irene en su vida, una vida que ahora podrían compartir, les habría encantado, pero que no ocurrió de esa manera.
La película no está contada de manera lineal, va y viene en el tiempo y en algunos casos pasa de la ficción a la realidad, completando los diferentes entresijos del caso, del que se nos van revelando algunos datos, poco a poco, en la dosis necesaria para mantenerte enganchado a la pantalla. La película está basada en la novela La pregunta de sus ojos de Eduardo Sacheri, y ese origen literario se nota en la pantalla.

Benjamín e Irene

Sumemos a eso el amor frustrado de los protagonistas, las irreverencias y ocurrencias del asistente de Espósito, Pablo Sandoval (Guillermo Francella) quien además de aficionado al juego y la bebida, contesta el teléfono de la oficina de una manera diferente (Aló, banco de esperma, sección de donaciones), el ritmo de un thriller, una excelente dirección, las actuaciones de Villamil y Darín y tenemos para una película redonda que atrapa, que se puede disfrutar y que es un orgullo latinoamericano porque fue la segunda película argentina en obtener el premio a la mejor película de habla no inglesa de la Academia, después de que lo hiciera La historia oficial en 1985.
El final de la historia sorprende un poco debido a lo inesperado y lo que parecía un caso sin resolver acabó resuelto mucho antes de las pesquisas retrospectivas de Espósito. Dejo ese comentario para invitarles a que vean El secreto de sus ojos, una cinta que para mí es de un 8/10 y una muestra de que el cine de este lado del charco también puede ser de calidad y de merecido reconocimiento a nivel mundial.