Patricia Highsmith escribió decenas de relatos y novelas que fueron llevadas exitosamente a la gran pantalla, obteniendo premios y nominaciones importantes, al igual que sus libros. Y sin embargo, ésta es la primera novela que leo de esta maestra del suspense.

Crímenes imaginarios trata sobre un joven matrimonio, Sydney y Alicia Bartleby, que están casados desde hace casi dos años, pero no se llevan bien. Sus temperamentos chocan constantemente: Sydney es un escritor americano, frustrado, irritable, rechazado por diversas editoriales y Alicia es una pintora, inglesa, más relajada que su marido, pero algo olvidadiza. Ella dice estar enamorada de Sydney, pero no está segura de su matrimonio, o de querer tener un hijo él. Sydney, a su vez, “…creía estar enamorado de Alicia y por lo menos lo estaba a medias”. De allí que la situación en su matrimonio se haya venido abajo poco a poco y que la imparable imaginación de escritor de Sydney (constantemente pensaba cosas que no hacía, como el día que conoció a Alicia, ideó un plan para abordarla, pero no lo ejecutó) haya concebido cosas como esta:

“Alex había muerto por lo menos cinco veces en la imaginación de Sydney. Alicia veinte veces. Había muerto en un coche incendiado, en un coche estrellado, en el bosque, estrangulada por una persona o personas desconocidas […] la mejor manera era que muriese al golpearla él en casa; luego se la llevaría en el coche, la enterraría en alguna parte y después diría a todo el mundo que su mujer se había ido a pasar unos días fuera.”

Sydney había imaginado la muerte de Alicia, como en una película, varias veces, incluso escogiendo la más apropiada y había tomado notas para futuras novelas o series que podría escribir. Alicia es consciente de ello, aunque él nunca se lo haya confesado. Ella sabe que “A veces desearías quitarme de en medio, quizás para siempre, justamente como si fuera uno de tus personajes y pudieras eliminarme” así que le da la oportunidad de que lo sienta: decide irse, como otras veces, a pasar un tiempo fuera. Pero esta vez será un tiempo indefinido y no le dirá a dónde va.

En su soledad, Sydney se siente más libre, su creatividad fluye mejor y consigue terminar una novela y varios capítulos de una serie para TV. Sin embargo, su trabajo se estanca a causa de las noticias y de la investigación que se inicia: ante la desaparición de su esposa, los padres de ésta han contactado a la policía. Lo consideran sospechoso y colocan avisos en la prensa para que Alicia aparezca, pero ella decide mantenerse oculta.
Alex y Hittie, amigos de la pareja, solían preguntar mucho por Alicia, bromeando con que él la mató y Sydney fantasea con su idea, pero no lo hizo ¿o sí? al leer la prensa, ir a la estación de policía a contestar interrogatorios y todo lo relacionado con la investigación sobre la desaparición de su esposa, Sydney comienza a cruzar la línea de ficción a realidad:

“Pensó que diría las mismas cosas si Alicia estuviera muerta”
“…si la hubiese matado, tendría que hacer lo mismo. La gente que salía en sus historias siempre tenía que hacerlo…”
“De pronto, aquella ficción que había pretendido que fuese cómica o divertida, sólo para él mismo, se había hecho real”

Revelar más de la novela sería estropear la experiencia para futuros lectores y arruinarles las sorpresas, pero la esencia de la historia se puede resumir en cuatro sentencias:

• No todo es lo que parece
• Ten cuidado con lo que deseas
• Nunca se conoce realmente a una persona
• La línea entre la realidad y la ficción (la imaginación) puede ser muy delgada

Sé que existe una adaptación cinematográfica de la novela, hecha en Alemania en el año 1989 por el director Rainer Boldt y con el título de Der Geschichtenerzähler pero no he conseguido verla aún. Sin embargo, esta historia me reveló lo increíblemente buena que era Highsmith en su oficio: ya en el año de 1965, décadas antes de que aparecieran Gone girl, The girl on the train y esas otras historias recientemente catalogadas como Domestic thrillers, ella había creado esta magistral novela negra. Recomendable para todos los lectores, especialmente para los amantes del suspenso. Ha sido mi primer contacto con la obra de Highsmith, pero no será el último.