Patricia Highsmith fue conocida como una escritora de suspenso. Sus múltiples libros y adaptaciones cinematográficas, entre las que se cuenta Strangers on a train dirigida por Alfred Hitchcock, le valieron el título de maestra del suspenso. Highsmith contó que a finales de 1949 se encontraba sin dinero, su primera novela ya estaba escrita pero no se había publicado aún, así que se empleó durante una temporada en la sección de juguetes de una gran tienda. Un día entró una elegante mujer rubia envuelta en un abrigo, quería comprar una muñeca. La mujer dio un nombre y una dirección para que se la enviaran y se marchó. Al verla, Patricia se sintió "como si hubiera tenido una visión" así que al llegar a casa escribió de un tirón unas ocho páginas que contenían todo el argumento de una nueva novela.

Un par de años más tarde, la novela estaba completa pero su editor la rechazó porque ella era una escritora de suspenso. ¡Apenas había escrito un libro y ya la etiquetaban! Así que, muy a su pesar, Highsmith fue a otra editorial donde aceptó publicar el libro con un seudónimo ¿por qué? recordemos que se trataba de los años cuarenta y cincuenta, la homosexualidad no era sólo tabú, era condenada moralmente e incluso en algunos estados de Estados Unidos ciertos actos entre homosexuales eran aún ilegales. Así que para no ser etiquetada, esta vez como escritora lesbiana publicó el libro con el título The price of salt bajo el nombre de Claire Morgan. Tuvieron que pasar casi cuatro décadas para que en 1989 por fin fuese editada con su verdadero nombre y bajo el título de Carol. La novela cuenta una historia de amor, la única historia de amor que escribió Highsmith: Therese, una joven de 19 años trabaja algunos días como vendedora en el departamento de juguetes de una tienda y Carol, una elegante y sofisticada mujer en sus treinta y pocos años, recientemente divorciada, entra allí a comprar una muñeca para su hija. Therese es ansiosa, inconforme, desconfiada, tímida. Lleva 10 meses saliendo con Richard pero no lo ama y es el primer hombre con el que ha estado relacionada sexualmente. Al conocer a Carol se enamora a primera vista, aunque sigue saliendo con Richard un tiempo, antes de decidir irse con Carol en un viaje al que ella la invita. Carol, por su parte, es confiada, abierta, franca, fuerte, glamorosa, y tiene una personalidad dominante, aunque a medida que se relaciona con Therese, comienza a mostrarse más frágil y dulce, llegando a llamar a Therese “mi ángel caído del cielo”.

Highsmith escribió una hermosa historia de amor entre dos mujeres, en una época en que la homosexualidad, en palabras de Carol “a ojos del mundo es algo abominable”. La desarrolló magistralmente, con los elementos románticos de las mejores historias de amor, sin tildarla de sucia como hacían algunos escritores de la época al tratar la homosexualidad. “Una vez, sus manos se rozaron por el dorso en la mesa y Therese sintió que aquella parte de su piel revivía y casi ardía” escribió Highsmith y Therese dice de Carol “Siento que estoy en un desierto con las manos extendidas y tú estás lloviendo sobre mí”. Cuando se besan por primera vez, Therese quiere grabar cada detalle de la habitación. Sin embargo, la realidad golpea a su puerta y Herge, quien se está divorciando de Carol, las hace seguir en secreto y reúne pruebas para quedarse con la custodia de su hija Rindy. Para no perder completamente a su hija, Carol decide alejar de Therese y ésta se siente dolida. A ello se suman los celos que siente de Abby, la mejor amiga y primera amante de Carol, la condena de Richard, como representación de la sociedad, ante la relación que Therese inicia con Carol y sobre todo, cosa notable, el conflicto psicológico y emocional que representa para Therese descubrir su homosexualidad.

“Lo que ella sentía por Carol era casi amor, pero Carol era una mujer.”

“Había oído hablar de chicas que se enamoraban las unas de las otras y sabía qué tipo de gente eran y el aspecto que tenían. Ni Carol ni ella eran así. Pero sus sentimientos hacia Carol coincidían con todas las descripciones.”

Therese fue abandonada por su madre, terminó de crecer en un orfanato donde "La hermana Alicia [...], con aquellos ojillos azules que la encontraban siempre a ella entre todas las demás chicas y la miraban de un modo distinto”. Así que, al conocer a Carol, sencillamente emergió eso que ella ya llevaba dentro, pero que había rechazado, inconscientemente, debido a las normas sociales. La separación afecta más a Therese. Es más aferrada, más joven que Carol, quien había llegado a llenar el vacío de su vida que había quedado tras la partida de su madre, de la hermana Alicia, y que Richard no había podido ocupar. Entiende las razones del alejamiento de su amada, pero se siente frágil, insegura, y tiene miedo de la actitud tranquila de Carol, llegando a pensar que quizás no la amaba tanto. La escena final es perfecta para redondear una gran historia, llevada al cine con Cate Blanchet como Carol y Rooney Mara como Therese, en una de esas raras pero apreciables buenas adaptaciones del papel a la gran pantalla. Sin duda alguna Carol es uno de eso libros (y películas) que vale la pena leer y cuyas cualidades son afianzadas por el tiempo y confirmadas por los lectores de cada nueva generación.