Muchos son los roles que debe ejercer una mujer durante toda su vida: Hija, madre, hermana, amiga, esposa, trabajadora, emprendedora, y pare de contar. Debemos mantener el equilibrio perfecto entre lo que somos, lo que queremos ser y lo que la sociedad espera de nosotras y aunque no es una tarea fácil, la mayoría de las veces, salimos invictas ante cualquier situación que nos presente la vida, por muy difícil que parezca. Por tal razón mis queridos steemians quiero compartir con ustedes este homenaje que le dedico a las maravillosas mujeres que forman parte de mi vida.

Mi señora madre

A la que no solamente le debo la vía, sino todo lo que soy y no soy gracias a ella. Ha sido para mí el mejor ejemplo de lucha y de fortaleza que he conocido. De ella aprendí que por muy difícil que sea cualquier situación hay que mantener la frente en alto y los pies muy pegados a la tierra y que la única manera de ganar una batalla es dando la pelea. Sin ella, no sé dónde estaría yo en estos momentos, ya que ha sido mi timón y mi ancla, siempre ha estado allí dispuesta escuchar, a hablar, aconsejar, regañar, aplaudir, sonreír y llorar… para lo que necesite y cuando lo necesito ella estará allí hasta que la vida se lo permita. Madre de tres hijos, esposa incondicional, fiel, atenta, cariñosa y muy paciente. No existe para mi un mejor ejemplo de mujer maravillosa que mi apreciada madre.

Mi extraordinaria hermana

Es once años menor que yo, y siempre ha sido la consentida de todos y en todo. En la familia, en la escuela, en la universidad, en el trabajo, siempre ha sido signo de admiración para los que la conocen. Ser la menor y la consentida no le ha impedido alcanzar una madurez realmente admirable, y no es porque sea mi hermana, pero es muy madura y centrada en la vida. Licenciada en Comunicación Social y bailarina por emoción y convicción, ha tenido que darle la cara a la vida en situaciones bastante difíciles que no todo el mundo es capaz de superar, sin embargo nunca ha perdido su contagiosa alegría, siempre está para sonreír, para divertir, para acompañar, aconsejar y si es necesario emborrachar también, si es el caso. Es mi gran motivo de orgullo y admiración, tuvo que aprender a crecer muy rápido y no ha fracasado en el intento. Si pudiera volver a vivir y tener la oportunidad de elegir a una hermana, la elegiría a ella sin dudarlo.

Mis otras madres

Estas mujeres han sido parte de mi vida de una manera muy especial, aunque realmente no han reemplazado el cariño de mi madre biológica, si han estado conmigo en las buenas, en las malas y en las peores, sin dudar, sin preguntar, sin señalar, simplemente están y no me han fallado ni un solo momento de mi vida. Pudiera vendarme los ojos y caminar de la mano de cada una de ellas y estoy absolutamente segura de que no voy a tropezar. Ha sido mi guía, mi apoyo, mis consejeras, y hasta compañeras de rumba, no piensen que todo es seriedad en la vida. Definitivamente, aunque no me dieron la vida, me han dado mucho en la vida. Las quiero, las respeto y las valoro con todo mi corazón y espero poder tenerlas por mucho muchísimo tiempo más conmigo.

Las hermanas que me dio la vida

Dicen por ahí que los amigos son la familia que uno escoge, y si es así, entonces me permito escoger a mis dos hermanas, que han llegado a mi vida para darme grandes lecciones no solo de superación sino también de lucha y amor, la historia que se esconde detrás de cada una de estas mujeres es simplemente admirable, no se rinden y no le dan el gusto a nadie de verlas… flaquear, porque el termino derrota no existe en su vocabulario. Cada una de ellas, en situaciones totalmente diferentes, me ha enseñado que la única persona que puede vencerte, eres tu misma y que todo siempre está bien al final, si no está bien es porque no es el final. Ese sería el mejor lema para sus vidas. Son mi ejemplo y mi espejo por eso somos más que amigas, somos hermanas.

Grandes compañeras de vida

No solo la universidad y el trabajo nos unión, también las bellas experiencias que hemos compartido, que nos han dejado aprendizajes extraordinarios y nos han ayudado a ser mejores personas cada día. Estas mujeres son para mí, compañeras de lucha, aunque suene revolucionario, pero es así nos ha tocado librar batallas juntas y que nos han unido aún más como amigas. Hemos aprendido el verdadero significado de la amistad y a valorar una mano amiga, un hombro para llorar y un buen café para compartir y un delicioso chocolate para llorar y para reír. Son esas personas que llegan para quedarse y de las cuales uno nunca se cansa de ellas, bueno, así son mis amigas, huéspedes infinitos en mi vida.

Me educaron para la profesión de: Ser mujer

Mis profesoras favoritas, aunque al principio las odie, lo confieso, pero finalmente se convirtieron en mis grandes maestras de vida. No solo me inculcaron el conocimiento académico, sino que además me ofrecieron sus consejos, sus palabras de aliento, sus regaños incluso, y sobre todo me enseñaron a convertirme en una mujer profesional, inteligente, segura de mi misma, luchadora, dispuesta a ver la vida con dignidad y sin sentir vergüenza de nada porque siempre seremos el resultado neto de todas y cada una de las decisiones que hemos tomado en nuestras vidas, para bien o para mal y que nunca debemos arrepentirnos de nada de los hacemos en nuestras vidas porque en su momento fueron lo que queríamos hacer. Así que más que idiomas, teorías de la administración y herramientas audiovisuales, me enseñaron a como ser mujer.

Y finalmente no podía despedirme sin antes compartir una frase de una mujer que también admiro mucho y que ha sido motivo de inspiración en momentos importantes de mi existencia.

Fuente

**Y de esta manera concluyo este pequeño homenaje que les hago a las mujeres más importantes de mi vida.

Espero haya sido de su agrado y si es así no olvides comentar**