Un Oporto Ferreira Tawny para acompañar otra triste historia...

Este sábado visitamos a unos amigos que acaban de regresar de un viaje a su tierra natal en Portugal. Tenían mucho de que hablar ya que vienen de dejar a sus dos hijas mayores en Portugal, donde sin lugar a dudas tendrán mejores oportunidades de avanzar en sus carreras y vida en general. Nos invitaron para desahogarse un poco de la tragedia que están viviendo la gran cantidad de familias venezolanas, que se ven obligadas a separarse y dejar atrás todos los sueños que se tenían, a causa de una ideología socialista retrógrada, esclavista que ha sumido al país en la peor crisis existencial de su historia.

Como ellos saben que estamos dedicados a probar buenos licores, quisieron contribuir a nuestra causa trayéndonos un vino Oporto Tawny de denominación Ferreira. Los oportos son vinos que me gustan mucho para degustar a media tarde con unos buenos “snacks”, sobre todo con manís. Los oportos son vinos muy dulces y con sabores intensos a frutas y almendras. Además desde el punto de vista alcohólico son bastante fuertes, ya que se mezclan con licores de alto grado alcohólico durante su fermentación, dándoles carácter y como ocurrió en mi caso, regañar hasta el más acostumbrado a toma de licores fuertes.

En este caso se trata de un Oporto Tawny, que según entiendo se añeja durante varios años en barricas dándoles un sabor más suave y un color más transparente que los otros oportos. Este en particular, según me comentaron mis anfitriones tenía un añejamiento de unos 15 años, y por tanto, resulta un vino bastante costoso. Al cambio, el precio puede estar por el orden de los 300 mil bolívares, o lo que es lo mismo, un poco más de un sueldo mínimo en Venezuela.

El oporte lo tomamos bien frío, acompañando la conversación que duró unas tres horas, lo mismo que la botella para unas tres personas. Su sabor dulce puede que no guste a todo el mundo, sobre todo a los diabéticos, pero luego de varios tragos la gente termina por acostumbrarse y a tomarle el gusto al vino.

Al final de la tarde, a pesar de lo triste que se encontraba nuestro anfitrión por la dura decisión que había tenido que tomar con respecto al futuro de sus hijas, todo fue más llevadero y más agradable contando su historia entre amigos y una buena botella de vino oporto.

Lo importante de los buenos licores es saberlos disfrutar en los momentos especiales que cada uno de nosotros vive en esta vida tan agitada. Esta botella de oporto, sin lugar a dudas cumplió con su razón de ser, luego de muchos años de espera en barricas de madera...