Tentaciones Prohibidas (Parte 3)

in #spanish6 years ago



Y ahí estaba yo dos semanas después de nuestro encuentro en el estacionamiento de mi edificio, dando una clase más en la que él me ignoraba rotundamente, solo levantaba la mirada para prestar atención a la clase pero jamás a mí, en realidad no me veía de verdad, simplemente se enfrascaba en mis palabras y nada más, mientras entablaba una conversación con la siempre presente señorita Sthepannie, era realmente irritante verla tan cerca de él pero yo no podía hacer nada más que mirarlos y hacer como si no ocurriera nada.

Sé que esto fue lo que le pedí, sé que es lo correcto pero quiero ser yo quien este a su lado y quien aclare todas sus dudas y preguntas no ella. Mi irritación crecía cada vez al ver el coqueteo de aquellos dos y no pude resistirme más.

-Señor Francesco, Señorita Stephannie les agradezco poner atención a la clase del día o tendré que pedirles que abandonen el aula de clases –Dije de forma brusca, lo que hizo a la señorita coqueta dar un respingo en su asiento mientras Francesco me miraba por primera vez en dos semanas y escrutaba mi cara con atención.

Seguí con la clase y al terminar tome mis cosas y me dirijo a mi despacho aun de mal humor, tomo mis cosas y mientras voy camino a mi auto llamo a Marie, esta noche necesito despejar mi mente, beber y bailar hasta que no pueda más.

-Hola, ¿qué hay nena? –dice al contestar.

-Unas ganas enormes de salir a divertirme esta noche –digo.

-Wow!!, eso sí que es una novedad Profesora Mitchell, ¿a qué se debe eso? –pregunta.

-Bueno hay que darle al cuerpo lo que pide de vez en cuando ¿no?.

-Uhmmm, está bien nena, esta noche a las 11 en Gold Club.

-Perfecto, hasta la noche.

-Hasta la noche. – Ella cuelga y yo me dirijo a mi departamento para relajarme unas horas, ducharme, y arreglarme para la noche que me espera.

Luego de una larga ducha y una deliciosa cena me preparo para mi noche de copas y baile, elijo un vestido color cereza que llega un poco más arriba de mis rodillas, unos tacones de aguja Louboutin del mismo color y lencería negra, dejo mi larga y oscura melena suelta en hondas irreverentes que me dan un aspecto salvaje y sexy, mis ojos delineados y mis labios color escarlata complementan mi atuendo.

Al llegar al club me consigo con Marie y Josh quien nos consigue un apartado VIP, el club esta concurrido, las paredes son negras y el mobiliario de un rojo intenso, en el centro hay una larga barra blanca con luces que la hacen resplandecer al ritmo de la música. Una chica con unos shorts de satén negro y una camisa blanca nos conduce a nuestros asientos en una mesa acordonada, se encuentra cerca de la barra y de la pista de baile.

-Daniel tomará sus pedidos –dice la chica presentándonos a un rubio muy guapo con un cuerpo impresionante.

-¿Que desean esta noche señoritas, caballero? –Dice el rubio sexy.

Marie se decide por un mojito, Josh por un whisky y yo por un sex onthecity un coctel apropiado para esta noche. Cuando voy por mi cuarto coctel decido que es hora de irme a la pista de baile, necesito drenar toda esta frustración que me produce estar tan cerca de aquello que no puedo tener.
Marie y yo nos dirigimos a la pista y comenzamos a bailar al ritmo de la música, que está vibrando con un estilo tecno cierro mis ojos y me rindo al ritmo pulsante que recorre mi cuerpo, a medida que la música se hace uno con el vaivén de mi cuerpo comienzo a moverme un poco más… audazmente olvidándome de mis problemas y del mundo en general.

De repente siento unas manos masculinas en mis caderas, el desconocido tiene un perfume realmente delicioso y por el movimiento de sus caderas baila exquisitamente, me dejo llevar y toco sus brazos, desde mi posición puedo notar que son realmente fuertes y musculosos, al darme la vuelta y abrir mis ojos me consigo con unos ojos color ámbar, esos que me quitan el sueño, miran fijamente mis ojos verdes mientras él me sonríe, me guiña un ojo y yo me quedo petrificada, no sé qué hacer ni que decir, pero esta noche la universidad y sus políticas se pueden ir a la mierda.

No sé si es por el alcohol el vibrante ritmo de la música o simplemente la electricidad que emana de él pero no estoy dispuesta a apartarme ni un segundo, lo atraigo hacia mí, tomo su sedoso cabello entre mis dedos y sello su boca con un beso apasionado, carente de restricciones, él me toma entre sus brazos y profundiza aún más el beso, sin dejar de bailar.

-¿Por qué no nos vamos de aquí Francesco? –pregunto sin una gota de remordimiento ni vergüenza.

-¿Estas segura? –pregunta él mientras me atrae hacia sí.

-Sí, no preguntes más, solo sácame de aquí. –Digo sin apartar mis ojos de esa mirada que se está convirtiendo en mi perdición.

Me acerco a Marie y le digo al oído que me voy a ir del club con Francesco, ella lo mira y al darse cuenta que es el mismo chico de la otra vez me da una mirada inquisidora pero me hago un gesto que luego le explico.

-Vale nena, tu sabes lo que haces solo cuídate. –dice protectoramente.

-Tranquila nena, te quiero. –digo y me voy con Francesco.

Le doy las llaves de mi auto y le digo que podemos ir a mi departamento. Mientras vamos en el auto el coloca su mano sobre mi pierna y la masajea rítmicamente, lo que provoca un cosquilleo único y delicioso que recorre todo mi cuerpo y se instala en mi entrepierna. Lo deseo tanto, esta electricidad que hay ente nosotros es única e inexplicable. Subimos a mi departamento, lo conduzco a mi habitación, apago las luces y cierro la puerta.

Lo tiro a la cama, coloco el ipod y comienzo a bailarle al ritmo de crazy in love de Beyonce, al compás de la música voy desprendiéndome de mi ropa hasta quedar solo con mi lencería, Francesco me mira fascinado con unos ojos que parece que arden de lujuria. Me acerco a él, lo desvisto al tiempo que el comienza a mover sus manos por encima de mis bragas de encaje y a masajear lentamente mi sexo. Desliza su dedo por el interior de mi ropa interior y me acaricia, es una sensación enloquecedora y comienzo a moverme al ritmo de sus caricias. Desliza un dedo en mi interior y el efecto es alucinante, toda mi atención se concentra en esa parte de mi cuerpo.

-te deseo Kate, no sabes cuánto. –dice y comienza a besarme mientras me despoja de mi ropa interior y yo termino de quitarle toda su ropa, estamos completamente desnudos, jadeantes y llenos de ansias el uno por el otro.

-También te deseo Francesco, al punto de la locura. –digo jadeante.

Lo tumbo sobre las sabanas y me coloco sobre él, deslizo su miembro en mi interior despacio, muy despacio, hasta el fondo. se extiende y me invade por dentro implacablemente. Gimo con fuerza. Esta vez lo siento más profundo, exquisito. Vuelvo a gemir, y a un ritmo muy lento trazo círculos con las caderas y retrocedo y vuelve a penetrarme. Repito el movimiento una y otra vez. Sus provocadoras embestidas, deliberadamente lentas, y la intermitente sensación de plenitud son irresistibles. Aumentamos el ritmo y las embestidas se vuelven más salvajes y apasionadas, siento que voy a llegar al climas y grito su nombre con un gemido, él embiste hasta el fondo dos veces más y se queda paralizado, se deja ir y se derrama dentro de mí. Se desploma sobre mi cuerpo, con la cara hundida en mi pelo.

-Eres exquisita Bella –dice con la boca pegada a mi cuello.

-Y tú eres increíble.

-Debemos hablar Kate –dice el luego de un rato.

-Lo sé pero dejémoslo para la mañana, por lo menos sabes que de aquí no puedo escapar.

-Me parece un buen trato. –dice y permanecemos así, abrazados el uno al otro.


Un Romance Prohibido Siempre Se Vuelve Tentador

Espero que se enganchen y enamoren con esta sensual historia tanto como yo.

Tentaciones Prohibidas (parte 1)
TentacionesProhibidas (parte 2)


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