Tentaciones Prohibidas

in #spanish6 years ago (edited)

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Por fin ha terminado otro largo día en la universidad, estamos en la semana previa al inicio de clases y todos los profesores debemos asistir y presentar nuestra planificación de clases para el próximo semestre. Salgo del campus universitario y me dirijo a mi departamento con la intensión de tomar un largo baño, cenar, leer un buen libro e irme a la cama, en eso suena mi teléfono, es Marie mi mejor amiga.

-Hola nena, ¿Cómo estás? –Pregunto al contestar.
-Genial, Josh nos invita a tomar algo esta noche, ¿Te animas?, por favor, por favor.
-¡Ay! Es que… ¿Que haría yo ahí?, sería un mal tercio, mejor vayan ustedes y diviértanse.
-Oh por Dios, ¿Cómo que un mal tercio?, sabes que Josh adora salir contigo, además puede que hoy consigas al galán de tus sueños si te animas a venir.
-Bueno, está bien, ¿a las 10 pm está bien? –Digo resignándome a mi destino, Marie es un amor pero se ha dado la tarea de conseguirme pareja, ella dice que me falta un poco de amor en la vida, yo no estoy de acuerdo.
-Si, perfecto. –Responde ella, y así mis planes para esta noche se van al caño.

Al llegar a casa me doy una ducha rápida, me preparo una deliciosa pasta para cenar y al terminar me dirijo al vestidor para elegir mi ropa de esta noche, me decido por un vestido negro con cuello de pico, sencillo pero elegante, llega un poco más arriba de mis rodillas y mis zapatos negros de diseñador con tacón de aguja, recojo mi cabello en un moño alto con algunos risos sueltos, me maquille un poco para resaltar mis ojos verdes y un lápiz labial color rosa.

Son las 10:30 pm cuando llegamos a Led, según Marie es el club más exclusivo de la ciudad, Josh se apresura a conseguirnos un lugar en los VIP, su socio Nathan es gerente del club.

-Bienvenidas Señoritas, Caballero, permítanme sus abrigos, Sophie los atenderá –Dice un atractivo pelirrojo, en jeans, camisa blanca una americana negra. Sophie es una rubia atractiva que viste unos shorts muy atrevidos, camiseta blanca, chaqueta sin mangas y una pequeña corbata roja.
-Déjenme mostrarles su mesa. –Dice Sophie.

La luz esta baja, las paredes oscuras y los muebles de color rojo intenso y negro están por todo el lugar, hay mesas con bancos a los lados de las paredes y una larga barra en forma de U, ahí sentado en la barra hay un guapo moreno con el cabello casi del color exacto de la tinta negra, que me mira fijamente. Nos sentamos en nuestro apartado, Marie y yo pedimos unos daiquiris de fresa, mientras Josh pide whisky on the rocks.

Ha pasado aproximadamente una hora desde que llegamos y el chico de la barra sigue observándome, es realmente guapo y su mirada me hace sentir inquieta y admirada al mismo tiempo. Josh y Marie deciden que es hora de ir a la pista de baile, yo me quedo sentada observándolos mientras tomo mi tercer daiquiri.

El chico de la barra le da un último sorbo a su trago y se levanta lentamente mientras camina en mi dirección. Tiene el cuerpo atlético de alguien que se ejercita constantemente, hombros anchos y cintura estrecha, sería la envidia del David de Miguel Ángel, es increíblemente alto y se mueve de una forma que da a entender que se siente muy a gusto con su cuerpo, de solo mirarlo me roba el aliento.

-Ciao, bella. Mi nombre es Francesco. –Me dice. Su forma de presentarse me impresiona bastante, quizá porque soy profesora de Italiano o porque no me esperaba a un chico guapo que me hablase en italiano en un club de Dublín.
-Hola Francesco, me llamo Katherine. –Respondo mientras observo atentamente esos increíbles ojos color miel, me recuerda a un león.
-Es un gusto Kate, ¿puedo llamarte así verdad?. –Pregunta el.
-Si, así suelen llamarme.
-¿Te gustaría tomar un par de copas conmigo mientras conversamos?
-En realidad no vengo sola, estoy con unos amigos.
-Estoy seguro de que tus amigos no se van a molestar si tomas un par de copas conmigo, ¿vienes?. –Insiste mientras me tiende una mano para ayudarme a levantarme del sillón.
-Está bien, vamos. –Accedo con timidez.

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Una hora después, Francesco y yo ya nos hemos cogido más confianza. Es muy raro que eso me pase con alguien que acabo de conocer, pero el es agradable y me hace sentir cómoda, Marie y Josh deciden irse, yo decido quedarme y seguir mi conversación con Francesco. No me pone un dedo encima, pero su mirada de deseo habla por sí sola y eso me calienta como nunca habría llegado a imaginar. Cada segundo que paso con él me siento más y más receptiva a su seducción.

-¿Quieres ir a otro lado?, ya sabes algo más íntimo donde podamos estar solos tu y yo. –Dice él.
-Es claro que entre nosotros existe una poderosa atracción sexual, pero ninguno de los dos quiere comprometerse. –Digo antes de si quiera pensar lo que estoy diciendo realmente.
-Tranquila, bellissima, sólo llegaremos hasta donde tú quieras. Hasta donde tú desees. -inclinó la cabeza y me selló la boca con la suya. Era tan suave y sus besos tan seguros a la vez, acaricio mis labios con su lengua y luego la deslizó dentro de mi boca, acariciando la mía, saboreándome sin prisas tenía el punto justo de agresividad para excitarme hasta enloquecer. Notaba el acelerado latido de mi corazón contra mi pecho.

Ya era hora del que el club cerrara pero aun no quería apartarme de ese enigmático extraño que me hacía sentir cosas que tenía años sin sentir, esa picardía y el misterio que emanaban sus ojos me hacían querer más de él. Le propuse irnos del club a un Hotel 5 estrellas que quedaba en esa misma calle. Al llegar al hotel sacó su billetera dispuesto a pagar la habitación pero no se lo permití -yo puedo cubrir mis gastos guapo –Pensé.

Es un bombón, tiene unos labios fantásticos, unos ojos encantadores, y yo estoy dispuesta a pasarlo bien y a disfrutar de lo que mi cuerpo me exige.

Conecte mi ipod al reproductor de la habitación y puse una canción lenta y sensual, comencé a quitarme el vestido lentamente mientras él me observaba y se deshacía de su ropa, subí una pierna a la cama, justo al lado de donde él se encontraba sentado, deslizó la mano por la parte trasera de mis muslos y me atrajo suavemente hacia él para quitarme completamente el vestido. Se humedeció los labios con la lengua en un gesto tan carnal y sugerente que casi pude sentir la caricia sobre mi piel. Me estremecí con el contacto de sus manos, no podía dejar de las sensaciones que me causaba aquel desconocido. Cuando lo miré a los ojos note que el brillo de sus ojos se había oscurecido pasando a ser ámbar.

Sus manos se deslizaron por mi piel, tomé la parte posterior de su cabeza enredando mis dedos en su cabello. Él abrió los labios y acarició el interior de mi boca con su lengua. Ambos estábamos estremeciéndonos y jadeando, su respiración se mezclaba con la suya.

Cuando las manos de él se deslizaron por debajo del sujetador, me quedé sin aliento, cuando finalmente no había nada entre nosotros, más que piel, sus manos se quedaron inmóviles, yo pensaba que nunca había sentido nada así antes, esta electricidad que recorre mi cuerpo tan solo con roce de sus manos.

Sus besos eran lentos y calientes que aceleraban como los latidos de mi corazón, ya que el movimiento de nuestros cuerpos juntos crecía. Cada beso era diferente, cada vez más elevado como una chispa de fuego creciendo: besos rápidos y suaves que hacían sentir deseada. E incluso hasta el último momento, cuando me hizo estremecer, lo presioné para seguir adelante y me envolví alrededor de sus caderas para no dejarlo ir.

Mantuve los ojos abiertos mientras sentía un escalofrío en recorriendo todo mi cuerpo, con el rostro contra su cuello, mientras él decía mi nombre una y otra vez; y cuando por fin cerré los ojos, le pareció ver un incendio que nos envolvía a ambos.

Cuando desperté la vergüenza se apodero de mí, jamás había estado con un extraño pero tampoco me había sentido tan plena como anoche. Entre en pánico y decidí irme sin esperar a que el despertara. Moriría de pena al verlo a la cara después de lo atrevida que había sido anoche, después de todas las veces que lo habíamos hecho. Pase el fin de semana recordando sus manos sobre mi cuerpo y de la estremecedora sensación que había sido tenerlo dentro de mí.

El lunes me despierto y desayuno yogurt griego con cereal y frutas, me ducho y estoy lista para comenzar un nuevo semestre en la universidad, nuevos alumnos que estarán hambrientos de conocimiento me esperan. Me pongo una falda de tubo gris perla, una camisa de seda gris también y unos zapatos de tacón, agarro mi maletín y me subo a mi auto.

Al llegar al campus estaciono mi auto y voy directo a mi despacho, ahí dejo mis pertenencias, tomo lo que necesito para la clase que tengo en 5 minutos y me dirijo al salón de clases, al llegar me presento con los estudiantes sin siquiera mirarlos aun, sé que el salón está repleto.

-Buenos días, mi nombre es Katherine Mitchell y seré su profesora especialista en italiano los próximos 6 meses, saquen papel y lápiz y apunten. –Al darme la vuelta y escanear el aula de clases me quedo petrificada, en la tercera fila hay unos intensos ojos leonados color miel que me observan atentamente con una mirada inquisidora.


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Un Romance Prohibido Siempre Se Vuelve Tentador

Espero que queden enganchados de esta historia tanto como yo. ¿Creen que Francesco enfrentará a Kate y le pedira una explicación?.

Lo sabremos en el proximo post.


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Hola @andrealbm, estoy aprendiendo espanol y disfrute leyendo tu blog.

Graciaaaaaas!!

Muy buena la historia, llena de lujos y sensualidad. Me ha gustado mucho, te felicito.

Puede ser que Francesco espere a que toquen el timbre de salida, para quedar a solas con Kate, y llevarla de nuevo a los placeres divinos.

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Que pequeño es el mundo, siempre digo esto cuando pasa este tipo de cosas como en tu relato... Me gustó! 👌 Saludos!

Es totalmente cierto, el mundo es muy pequeño y da demasiadas vueltas.

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