No pensaba contestar comentarios aquí, pero voy a contestar el tuyo porque sé que eres una persona de genuina buena voluntad.

El tema no sólo es álgido sino que suele estar lleno de malos entendidos. No ha sido mi intención atacar a nadie, sólo quise echar un cuento que es verdadero, no inventado. No puedo dejar de hablar de lo mío.

La tolerancia debe tener un límite, si no existe tal límite van a pasar cosas como ésta:

1. Los vecinos tienen una celebración, me encierro en mi cuarto porque no me gustan sus fiestas.
2. Los vecinos ponen la música a todo volumen, todo el mundo tiene que enterarse de su desorden.
3. Voy y le toco la puerta al vecino para llamarle la atención, el vecino promete bajar la música.
4. La música sigue igual, el vecino me trata como un cero a la izquierda, como a una persona que no sabe vivir.
5. Bajo nuevamente y hablo con el vecino, el vecino me aclara que no va a decepcionar a sus invitados, dice que no va a bajar la música.
6. Llamo a la policía, la policía no viene; los adornos en mi vitrina siguen saltando.

Quedo yo preguntándome dónde está la falla y qué es lo que está mal aquí. No hay respuesta...