#ANIMALES QUE NO PARECEN ANIMALES- PARTE 1: CNIDARIOS

Siguiendo dentro de la clase Anthozoa, nos encontramos a otro grupo de animales en esta categoría de “no parecen animales”, los zoántidos (orden Zoantharia), igualmente en la subclase Hexacorallia. Los miembros de este grupo pueden ser pólipos solitarios o estar formando colonias. En la imagen siguiente, se muestra una pequeña colonia de la especie Zoanthus pulchellus creciendo en una zona cercana a manglares. Sus pólipos semejan flores en un jardín.

En la próxima imagen se muestra una colonia de la especie Palythoa caribaeorum.

Un congénere de la especie que acabamos de ver es Palythoa toxica, habitante de fondos someros en las islas de Hawaii, que posee una de las toxinas no péptidas más poderosas que se conoce. La palitoxina (C₁₂₉H₂₂₃N₃O₅₄), descubierta por el investigador de la Universidad de Hawaii Paul J. Scheuer, es un neurotóxico que puede matar un humano con dosis menores a 5 microgramos. Afortunadamente, las especies del Caribe que les muestro no tienen tal toxicidad.Estos animales son muy empleados en la acuariofilia por sus coloraciones y formas muy vistosas, pudiendo alcanzar precios de compra de hasta 70 euros. A pesar de que muchas especies no producen palitoxina, se recomienda el uso de guantes y lentes protectores cuando se manipulen. En la imagen que sigue, una especie de zoántido no identificada, adopta un comportamiento de cierre parcial de sus pólipos dando la impresión de ser pequeños hongos.

Continuando con el taxón Hexacorallia, vamos a hablar ahora de un miembro del orden Scleractinia. Los escleractinos o corales pétreos, corales duros, poseen un esqueleto de carbonato de calcio que les permite a varias especies formar grandes arrecifes. Son los clásicos corales más comunes. Se les llama escleractinios porque presentan escleritos (un sinónimo de espículas), que no son más que estructuras de protección y sostén constituidas por carbonato de calcio cristalizado en forma de aragonita o calcita. Dentro de este conjunto de animales les traigo estas imágenes de la especie Tubastraea coccinea.

T. coccinea pertenece a la familia Dendrophylliidae, y se considera un coral ahermatípico, es decir, que no contiene zooxantelas simbiontes y tampoco contribuye a la formación de arrecifes. Se desarrolla en colonias constituidas por grupos de copas calcáreas, las cuales se proyectan desde una base calcárea esponjosa. La pared calcárea alrededor de un solo pólipo se denomina coralito y es cilíndrica, con un diámetro de hasta 11 mm; puede estar al ras con el esqueleto de la colonia (coenosteum) o proyectarse hasta 4 cm hacia arriba. Es frecuente en pilotes de muelles, en cuevas marinas parcialmente iluminadas o bajo rocas de gran tamaño decorándolas de una manera muy peculiar, tal como se muestra en la imagen que continua.

Para finalizar con esta serie de animales cnidarios que no parecen animales, hablaremos de los octocorales. Este grupo de corales pertenecen a la subclase Octocorallia, cuyo nombre radica en que los pólipos presentan ocho tentáculos, casi siempre pinnados, cónsonos con una cavidad gastrovascular separada en ocho cámaras. Como el resto de los anthozoos, la reproducción sexual es externa, liberándose los gametos a la columna de agua a través de la boca. Luego de la fecundación se forma una larva plánula móvil, que estará en el ambiente pelágico hasta encontrar un sustrato duro apropiado donde fijarse, sufrir la metamorfosis, y transformarse en pólipo bentónico sésil o semisésil. Su reproducción asexual es por gemación como en muchos otros cnidarios.

Quiero cerrar esta publicación haciendo mención a un octocoral de particular interés en Venezuela, aparentemente de la especie Xenia membranacea, original de Indonesia, que fue introducido en el oriente del país y que está invadiendo peligrosamente nuestros arrecifes naturales. El origen de la invasión parece apuntar a su liberación en aguas venezolanas por algún aficionado a la acuariofilia, quien pudo obtenerlo comercialmente. Este hallazgo fue publicado por Ruiz-Allais et al. (2014) como el primer informe de un coral blando invasor de la familia Xeniidae y la primera vez que experimenta expansión más allá de la región del Indo-Pacífico. En la fotografía que muestro a continuación aparece un ejemplar que observé a unos 10 kilómetro del sitio original de invasión.

Las colonias de pólipos de Xenia parecen arbolitos, son cilíndricas y pequeñas, en forma de cúpula, en ocasiones ramificadas, con pólipos exclusivamente presentes en los tallos terminales. Los pólipos pueden separarse con relativa facilidad, ser arrastrados por la corriente y fijarse en algún otro sustrato, por lo que se diseminan rápidamente. Poseen zooxantelas simbiontes como fuente primigenia de nutrientes, pero los pólipos de muchas especies del género hacen movimientos pulsantes continuos de sus tentáculos, algo que es atribuido por algunos autores a la posibilidad de que realicen capturas de materia orgánica que se encuentre en la columna de agua.

Espero les haya gustado la publicación. De ser así, les invito a darme su voto y si lo desean, seguirme. Todas las fotos publicadas fueron tomadas por mí en buceo libre, a pulmón, en fondos de costas del oriente venezolano. Algunas de ellas las he publicado en mi cuenta de Instagram: @afarina46, donde igualmente pueden seguirme, y en mi facebook: Angel R. Fariña P.