A mi ex, con mucho desprecio

A ti, querido ex, que ya pusiste un anillo en su mano izquierda y adornas tu perfil con su rostro cada día.

A ti, que ya no sabes por cuál frente atacarme suplicando “una última vez” mientras ella cree en todas tus historias bonitas.

A ti va dedicada esta entrada.

Ciertamente no lo mereces, pero has sido tan insistente en los últimos días (semanas y meses) que decidí complacerte con una entrada en mi blog.

A ti, que osas colocar una fotografía de ella en tu perfil mientras me escribes cuánto me extrañas a mi y a mis partes íntimas.

A ti, que el único recuerdo bonito de los años que te entregué es lo bien que la pasabas mientras te hacía sexo oral (porque, según tú, ella no lo hace igual).

A ti, que buscas cualquier excusa rebuscada para iniciar una conversación que sabes perfectamente bien yo no iniciaré, pues solo las termino.

Así como un día decidí ponerle fin a los dos años de castigo que me autoimpuse al querer creer en ti y en nosotros como una entidad complementada en el amor que vivía en mi cabeza.

Desde entonces, has estado allí, como una sombra que no consigue en qué forma convertirse para quedarse pegado a mi por más de unos minutos.

A esta hora yo debería estar trabajando en uno de esos oficios que me conseguí para rebuscarme la vida y distraer la mente de perturbaciones como tú, que ni aportan ni quitan. Ni entusiasman, ni me desvelan. Solamente están, como algo pasajero que ahora pretendo borrarme al darle click a “Publicar”.

Seguramente verás esta entrada, como lees todo lo que publico sorteando los bloqueos que te he puesto. Pero dicen que Internet es libre y yo escribo para mi y para todos, así que bienvenido eres.

Bienvenido a mi pasado, de donde vives aferrado recordando detalles aislados con el fin de remover alguna fibra dentro de mi. Pero esas fibras que tu intentas rescatar, yo las enterré hace un par de años.

No fue fácil, ya te lo dije una vez. Dicen que un clavo saca a otro y así pasó. Ya no soy tuya, soy solo de mi y de quién yo desee ser por el momento.

Te repito, no fue fácil, pero tampoco imposible. Cada rincón que tú descubriste fue reclamado por otro que lo trató con cariño y respeto. Es allí donde tú fallaste y te niegas a aceptarlo.

Espero que ella, la que adorna ahora tu perfil con su rostro, se lleve una mejor impresión de ti antes de salir de tu vida, como eventualmente sucederá mientras tu sigas guardando mis fotos y extrañando lo que alguna vez te di pero que ya olvidé.

Para ti, ex, con todo mi desprecio.