Jueves de TBT-STEEMIT | Venta de accesorios en primaria, un emprendimiento muy productivo | Post por @zmoreno | #club75

Cuando era pequeña, por alguna razón, se despertó en mí una sensación de que debía ahorrar y ganar dinero por mi cuenta. Tendría alrededor de siete años; me acuerdo que en aquellos tiempos, mi abuela y mi mamá vendían bisutería (collares, pulseras, zarcillos) y yo quise seguir su modelo, con la diferencia de que yo quería fabricar estos accesorios por mi cuenta. ¿Cómo fue posible esto? Mi mamá me ayudó a comprar materiales. Primero, las pulseras eran de materiales de plástico: combinaba diferentes formas y colores. Luego, llegó la moda de las famosas ligas; quizá ustedes no saben a lo que me refiero, pero eran un conjunto de pequeñas y frágiles ligas con las que se podía tejer utilizando diferentes materiales, como agujas de plástico o, lo que yo utilizaba, un tenedor. El resultado era una pulsera tejida.

_{Las pulseras de las que hablo. Foto de mi propiedad.}

Yo llevaba al colegio una lonchera extra (un pequeño bolso que guindaba de mi hombro) en la que guardaba mi mercancía. La ofrecía en el receso a los otros chicos y chicas, fueran de bachillerato o de primaria; en aquellos momentos la pena no formulaba en mi sistema. Era muy divertido; había días que lograba venderlo todo. Anotaba las ganancias en una libreta, y también tomaba en cuenta pedidos personalizados: por ejemplo, algunos pedían pulseras con las letras de su nombre o de algún amigo. Muy profesional el proceso; mi abuela me ayudaba a llevar la contabilidad.

Hice este negocio durante toda la primaria. Mi mamá y yo solíamos ir a los centros comerciales de mi pueblo a buscar más materiales bonitos. Una vez estuve cerca a inscribirme a un curso de bisutería, pero lamentablemente nunca se dio. Practicaba a través de video de Youtube y tutoriales de internet; siempre ma ha gustado aprender por mi cuenta. También vendía dibujos para colorear, pero eran un producto secundario tras las pulseras y collares.

_{Los últimos rastros de este oficio. Foto de mi propiedad.}

Continué hasta sexto grado de primaria, cuando las escuelas empezaron a prohibir este pequeño negocio y la situación con el dinero en efectivo se complicó. Sin embargo, fue una experiencia especial, que recuerdo con demasiado amor. El dinero lo utilizaba para comprar en las cantinas del colegio chucherías, politos o helado. Una inversión muy inteligente; me hizo feliz durante mucho tiempo.