Las bicis en estos últimos meses se han vuelto virales por toda Venezuela y no a capricho sino por necesidad. Tampoco porque los venezolanos somos tan amantes de tener las nuevas bicis montañeras y salir de paseo dominguero a recorrer cientos de kilómetros para mantener el cuerpo en forma. Pero para muchos de nosotros esta necesidad de movilización nos mantiene activos físicamente.

Saludos mis steemados, les cuento un cuento, chirulí. Hace un par de días atrás vino de visita una chama que estudió con mi cuñado Raul. Ellos son muy amigos y siempre contamos con su grata y alegre presencia.

Todos tenemos recuerdos de muchas primeras veces; recuerdo la primera vez que manejé furtivamente la camioneta de mi papá con su no permiso. La primera vez que la manejé con su permiso.

Tendría como 5 o 6 años. Estábamos recién mudados a una urbanización de nombre San Fernando 2.000. Un complejo que prometía ser chisimo pero siempre la avaricia y la mal utilización de los recurso dejó todo a medias.

Había una construcción gigantesca donde iba a funcionar en mall futurista para la época. Imagínense, eran los comienzos de los 80. Estaba proyectado un supermercado, farmacia, restorantes, un hotel 3 estrellas y un cine. ¡Un cine!

Esa construcción ya estaba parada y era sitio de juegos para los niños y jóvenes lugareños. Era ideal para jugar policías y ladrones. El escondido. la taima y todo lo que se ocurriese.

Una tarde estaba con mi hermano Gilbert haciendo cosas de niños y llego un amigo con una bici. Era roja, el caucho delantero era mas pequeño que el de atrás. Tenia un asiento laaaargo y alto en forma de ele acostada y un volante que parecían los cachos de una vaca. Una Chopper.

Mi hermano es mayor que yo por 5 años, recuerdo que me dijo que tenia que aprender a andar en bici porque ya no era un carajito. Me subió a aquel caballo rojo que ya no tenia ni mucho rojo ni frenos.

Agarra el volante y no lo muevas, mira al frente, no mires para atrás ni para el suelo. Dale a los pedales que yo te agarro el asiento y te sostengo. Me dijo.

Rodamos unos cuantos metros ida y vuelta. Se repitió una vez más el proceso solo que al ir de ida hubo un momento que no lo escuche, igual seguí dándole al pedaleo. Le pregunté si ya y no me respondió. Volví a preguntar si me daba la vuelta y nada. Mire atrás por miedo y vi a lo lejos que para mi era lejisimo un hermano que brincaba no se porque y el otro muchacho que se agarraba la cabeza. Perdí el equilibrio y pum, para el suelo de una. Llegaron corriendo a ver que me había pasado. Nada, ni un rasguño. Ellos sonriendo me dicen que iba solito sin ninguna ayuda, que se sorprendían cual rápido lo logre y nuestro amigo de nombre Guisseppe preguntaba si de verdad era mi primera vez.

Ahora las ciclas son distintas o mas variables. Montañeras, MTB, cross, sifrinas, personalizadas, las famosas de reparto que más de ser "de" son "para".

A mis niñas el niño Jesús les trajo sus primeras ciclas y están fascinadas, Alvaro también, tanto que se monta en la de Vivi le da a los pedales y mantiene la dirección. Por ahora tienen rueditas que las ayudan a mantener el equilibrio pero cuando miren para un lado y se me descuiden se las quito porque ya andan a dosmil por hora. Para que aprendan a andar como lo manda la ley y así salgamos a rodar por todo San Fernando.

Espero que este post los lleve a recordar alguna primera vez y les saque una sonrisa pensando en ese recuerdo. Que bonita es la vida.