Reflexiones de Montaña. Capitulo 4: La determinación te llevara lejos siempre.

...las comparaciones con el dia a dia son infinitas, yo ahí siempre veo cualquier faceta de la vida reflejada. La historia que les voy a contar hoy es una de las más conmovedoras que he presenciado y la que mas lecciones de vida me ha dejado. Continúen leyendo.

Habitualmente solía subir los domingos, son los días en que la gente prefiere ir, ya que aqui en la capital hasta los sábados es laborable, no quiero decir que los domingos no lo sea, pero hay más personas disfrutando de tiempo libre. Por el camino de entrada siempre ves personas de todo tipo, con el tiempo aprendes a reconocer a los visitantes asiduos y a los que van ocasionalmente.

Mientras iba subiendo me llamó la atención un señor que se veía bastante mayor, con una evidente condición médica en una de sus piernas. Iba apoyándose en un bastón hecho de forma artesanal con madera, botas de seguridad y un bolso que le colgaba de un lado donde cargaba unas botellas de agua.

Estas personas me dan cierto sentimiento, pues mi madre posee una condición similar. Después de haber sido atleta y una persona muy activa, ahora no puede pasar mucho tiempo de pie, porque si abusa tiene que pasar hasta un día completo en cama. Ciertamente no es una forma fácil de vivir. Mi mama me dice que después de haber pasado una vida activa, no puede simplemente echarse a morir, hay que adaptarse y continuar.

Recordé esas palabras de mi madre viendo el esfuerzo del señor mientras subía por el inicio del camino, esforzándose mucho visiblemente. Cuando entrenaba en un curso especializado siendo policía, una vez me dijeron que hay que respetar la decisión de "Los Guerreros en el Ocaso", quienes deciden continuar a pesar de verse "con el agua al cuello".

Viendo al señor esforzarse y guardando mucho respeto en silencio seguí con mi camino, pensé que llegaría hasta el guardaparques de "Los Clavelitos" que es a donde los señores mayores llegan, hacen esa subida para mantenerse activos y mantener el cuerpo ejercitándose.

Continué mi camino y hasta me olvide de haber visto al señor. Recuerdo que ese dia hice un largo recorrido pasando por Los Clavelitos, El mirador Anauco, Los Venados, el sendero de Los Pinabetes, que es muy complicado en varias partes, hasta llegar al camino de la cima de la montaña en la estación Filas del Avila. Unas cuatro horas y tanto de recorrido.

Me quedé un rato sentado en un pequeño mirador que hay frente a la estación, donde se puede ver la ciudad a 2250 metros snm, solo contemplando para comer un rato después. Pase cerca de un par de horas ahí sentado, hasta ver que ya eran cerca de las 2 pm. Estaba pensando en regresar sobre mis pasos, pues tenía tedio de llegar al Humboldt esta vez.

Regresando sobre mis pasos, en una de las partes más complicadas del sendero de Los Pinabetes, vi al anciano que horas antes había visto con respeto pero a la vez con cierta lástima. Mi emoción cambió a asombro, no pensé que llegaría tan lejos, con el mismo ritmo que llevaba al principio, apoyándose en su bastón improvisado. Solo me quede viéndolo y abriéndole el paso cuando cruzamos camino.

La vida me acababa de dar una lección, la de no menospreciar a alguien porque parece estar en desventaja. Cualquiera con la voluntad suficiente puede llegar a la cima de la montaña, si lo acompaña la determinación y la convicción de lograrlo, aunque su caminar sea lento. Sin determinación puedes tener todas las ventajas y los medios para hacer lo que quieras, pero jamas lograras nada.

Espero que les haya gustado la reflexión de hoy, una de las más importantes que he vivido. ¡Hasta la próxima anécdota!