Steemit Engagement Challenge / S12W4 – Decide, acciona y libera

  Durante el transcurso de nuestra vida vivimos situaciones en las que, es de vital importancia ejercer actitudes como la decisión, acción y liberación porque, por medio de ellas vamos a poder evolucionar en los diversos escenarios donde nos estamos desempeñando e incluso, como seres humanos también experimentamos el proceso de metamorfosis que tanto necesitamos.

  Si bien es cierto que en algunas ocasiones se nos complique ejecutarlas por miedo al cambio que ellas van a generar o en su defecto, nuestra autoestima no nos lo permite, es indispensable ver cuando debemos ponerlas en práctica porque, cuando nos recargamos de tristeza, rabia o dolor, nos acortamos la vida por lo tanto, vamos a decidir, accionar y liberarnos a dejar atrás todo lo malo.

  El perdón es cuando tomamos la decisión de dejar en el pasado un dolor, resentimiento o alguna otra emoción negativa que se desarrolló en nuestro corazón después de que una persona nos lastimó o en su defecto, nosotros mismos hemos incurrido en afectarnos internamente. Cabe destacar que, para que el perdón tenga el efecto liberador adecuado, este se debe hacer de manera voluntaria y de corazón porque, más allá de perdonar con palabras, hay que estar dispuestos a asumir la responsabilidad que dicha acción amerita.

  La vida tiene acciones complejas y, perdonar es una de ellas pero, esta acción también nos invita a amarnos al igual que amar a nuestros semejantes porque, el perdón le abre las puertas al amor y nos conduce a la reivindicación donde el odio, resentimiento, rabia o tristeza no tienen lugar en nuestros sentimientos.

  En mi infancia hice muchas travesuras; de hecho, hoy día cuando pienso en todas las cosas que hice quedo perpleja porque, era complicado que me quedara tranquila. Debido a esto, en mi infancia hice una travesura bastante subida de tono en compañía de mis primos porque, durante un paseo en el campo, tomamos la decisión de escaparnos mientras ellos hacían otras cosas y nos fuimos solos a explorar las adyacencias del lugar donde nos dijeron que no podíamos ir solos porque era peligroso sin embargo, para nosotros era tener una aventura.

  Dicha aventura ocasionó que nos perdiéramos al momento de regresar a la casa donde estábamos y, esto generó que mi papá estuviera muy molesto conmigo todo ese día e incluso, me castigó quitándome el derecho de salir al parque con mis primos y amigos al igual que, tampoco podía ver mi programación favorita. Este castigo fue de 2 meses y vi tanta molestia en mi papá hacia mi que, el día de la travesura le pedí perdón y reconocí mi falla.

  La vida se ha encargado de enseñarme que, cuando almacenamos rencor en nuestro corazón, nosotros mismos nos destruimos y, ese sentimiento lo conocí en el pasado; de hecho, durante mucho tiempo lo alimenté ocasionando así que, fuera una persona muy dura conmigo misma y todos los que estaban en mi entorno. Sin embargo, cuando finalmente comprendí que el rencor me estaba apagando el alma, me di la tarea de deshacerme de él y aunque me costó mucho expulsarlo, hoy día me siento feliz por no ser rencorosa.

  Estar libre del rencor me ha permitido ver la vida con más alegría y, mi día a día transcurre con paz absoluta siendo esto algo muy importante porque, si alguien me falla o lastima, tengo la consistencia de dejar ir todo tipo de sentimientos que quieran afectar mis emociones ya que, el rencor ni siquiera existe en mi pensamiento.

  Cuando estaba sumergida en la depresión tuve actitudes nada agradable con mi familia y, mientras ellos hacían lo necesario para estar cerca de mi, yo lo que hacía era alejarlos por lo tanto, ese desequilibrio emocional solamente no me afectó a mi sino, a ellos. Una vez estando en terapias psicológicas y psiquiátricas para superar ese problema, puede ver lo dura que fui y aunque fue de manera consciente o inconsciente, de todas maneras estuvo mal todos los desplantes que les hice cuando ellos lo único que querían era mi bienestar y estar conmigo.

  Les confieso que, pedirle perdón a mi familia ha sido una de las cosas más liberadoras que he podido hacer en mi vida. Me costó muchas lagrimas tener esta acción pero, fue el camino perfecto para seguir reconciliándome conmigo misma, con mi entorno y la vida en general por lo tanto, no me queda la menor duda de que, cuando perdonamos, se van los sentimientos que no suman energías positivas en nuestro crecimiento personal.

¡Muchas gracias por leer mi publicación!

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