Steemit Engagement Challenge / S12W4 – Decide, acciona y libera.

Queridos amigos de esta maravillosa comunidad. Es un placer para mí participar una vez más en el tema propuesto Steemit Engagement Challenge S12W4 | "Decide, acciona y libera". Considero que es un tema sumamente interesante, ya que el perdón es una parte fundamental de la experiencia humana, tanto en términos de sentirlo como de expresarlo. El título de este desafío me parece sumamente sugerente, ya que en tan solo tres palabras nos muestra cómo podemos liberarnos de ese sentimiento tan dañino que nos afecta tanto.

El perdón es un acto poderoso que nos permite sanar heridas emocionales y liberarnos del peso que llevamos en nuestro interior. A veces, puede resultar difícil perdonar, especialmente cuando hemos sido lastimados profundamente. Sin embargo, es importante recordar que el perdón no implica olvidar o justificar las acciones que nos han causado dolor, sino más bien es un proceso de liberación personal. Cuando perdonamos, nos liberamos de la carga emocional que llevamos dentro. Nos permitimos soltar el resentimiento y la ira, y abrimos espacio para la compasión y la paz interior. El perdón no solo beneficia a la persona que lo otorga, sino también a la persona que lo recibe. Es un regalo que nos damos a nosotros mismos y a los demás.

En este desafío, se nos invita a reflexionar sobre cómo manifestar el perdón en nuestra vida diaria. Podemos comenzar por reconocer y aceptar nuestras propias emociones, permitiéndonos sentir y procesar el dolor que hemos experimentado. A partir de ahí, podemos elegir perdonar, soltar y dejar ir aquello que nos ha lastimado. El perdón no es un proceso lineal ni fácil, pero es un camino hacia la sanación y la liberación. Nos brinda la oportunidad de crecer y evolucionar como seres humanos, y nos permite construir relaciones más saludables y significativas.

Imagen elaborado en Canva

¿Qué es para ti el perdón?

En mi opinión personal, considero que el perdón es la expresión más genuina de practicar la compasión. Observo el perdón desde diversas perspectivas, como un agente sanador, un símbolo de paz y armonía, y posiblemente una de las formas más saludables de liberación que existen. El perdón implica soltar ese sentimiento de impotencia que resulta perjudicial para aquellos que lo albergan y conviven con él. En general, creo que esta acción puede generar una serie de beneficios, tanto al otorgar el perdón como al recibirlo, brindándonos la oportunidad de seguir adelante y dejar atrás las cargas del pasado para convertirnos en mejores personas en el futuro.

¿En tu infancia recuerda que tus padres te perdonaron por alguna travesura? Cuéntanos.

Durante mi infancia, como es natural, mis padres me reprendieron por las travesuras típicas de un niño. Recuerdo que solía ser muy glotón y me gustaba tomar comida del refrigerador sin permiso, lo cual, obviamente, fue descubierto por mis padres. En consecuencia, recibí un regaño bastante severo, pero luego ellos suavizaron sus palabras y me hicieron comprender lo equivocado de mis acciones. Considero que ellos expresaron su perdón de la mejor manera posible. Su perdón fue manifestado a través del amor y la educación, lo cual me hizo valorar profundamente su amor hasta el día de hoy.

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¿Te considera una persona rencorosa?

Con el paso del tiempo, he madurado y he presenciado muchas experiencias que me han enseñado lecciones valiosas. En la actualidad, no alimento el rencor y tengo la capacidad de perdonar, aunque también coloco a cada persona en su lugar correspondiente. No suelo expresar mi rencor de ninguna manera, simplemente trato de no permitir que ese sentimiento me controle. Practico el estoicismo y, como tal, abordo estas situaciones desde una perspectiva que no me afecte negativamente. Considero que el perdón es una poderosa herramienta para crecer como individuo y, al mismo tiempo, es una forma de mostrar mi crecimiento ante los demás.

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Cuenta una breve historia o anécdota, dónde te correspondió pedir perdón o lo contrario, te pidieron perdón a ti.

Hace unos días, me di cuenta de que mi comportamiento en la oficina había sido irritante para una amiga. Mi forma de hablar y bromear no le agradó, por lo que ella me hizo saber de manera educada que lo que había dicho y hecho estaba mal. Al día siguiente, frente a nuestros compañeros, le ofrecí mis más sinceras disculpas y le aseguré que no volvería a repetirlo. Además, para intentar aliviar la situación y dejarlo atrás, le regalé una golosina que sé que le gusta, con la esperanza de sacarle una sonrisa.

Recuerdo una ocasión en la que alguien me pidió perdón, y fue la única vez que me costó perdonar. Fue durante una relación sentimental, cuando descubrí que aceptó regalos de otra persona. Me di cuenta de que su comportamiento no era coherente con nuestra relación, y le exigí una explicación. Aunque ella me pidió perdón, lamentablemente decidí poner fin a la relación.

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Espero que mi perspectiva sobre el tema del perdón haya sido de su agrado y les invito a compartir su criterio al respecto. Por mi parte, estoy emocionado por sumergirme en la interacción y disfrutar de la lectura de sus publicaciones. Desde la hermosa isla de Cuba, les envío un cálido abrazo.

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