ALIRIO Y SU ACÉMILA

Ésta es la historia de Alirio, un hombre anacoreta abajeño. Era un alfeñique y muy apacible.

Había abdicado y vivía a orillas de un arenal, lo que le causaba un alborozo y le permitía acendrar todo su ser. Le costó un poco aclimatarse, pero finalmente lo logró.

Le gustaba abalanzarse con mucha argucia sobre su arcaica acémila para recorrer el bosque en busca de nuevas andanzas. Pero ésta era muy adoquina. Como lo tenía bastante ahíto por tanto aplomo, le provocaba lanzarla al abisal.

Con asiduidad tenía que llenarse de aguante y apañárselas para achuchar a su acémila, que se arrojaba sobre un altozano cerca del abrevadero y del almácigo.

Un buen día su acémila le ha dado tremenda azotaina por tanto asedio, que lo dejó todo atolondrado.

Alirio tomó un andrajo de un abrojo y le dio un golpe acérrimo. Sin embargo, como su acémila era muy artera y artificiosa, lo único que hizo fue abarquillarse en el lugar.

Así que en cada alba, Alirio se colgaba una alforja y lidiaba con los achaques de su acémila.

ALIRIO Y SU MULA

Ésta es la historia de Alirio, un hombre ermitaño de las costas. Era una persona delicada y muy tranquila.

Había renunciado a su trono y vivía a orillas de una playa, lo que le causaba un extraordinario regocijo y le permitía purificar todo su ser. Le costó un poco acostumbrarse, pero finalmente lo logró.

Le gustaba arrojarse con mucha sutileza sobre su vieja mula para recorrer el bosque en busca de nuevas aventuras. Pero ésta era muy necia. Como lo tenía bastante harto por tanta serenidad, le provocaba lanzarla a las profundidades marinas.

Con frecuencia tenía que llenarse de paciencia y arreglárselas para empujar a su mula, que se lanzaba sobre un monte poco alto cerca de la pila donde beben agua los animales y del lugar donde se siembran semillas para trasplantarlas.

Un buen día su mula le ha dado tremenda paliza por tanta molestia, que lo dejó todo aturdido.

Alirio tomó un pedazo roto de una planta espinosa y le dio un golpe muy fuerte. Sin embargo, como su mula era muy astuta y habilidosa, lo único que hizo fue curvarse en el lugar.

Así que en cada luz del día antes de salir el sol, Alirio se colgaba una tela que se hecha al hombro y lidiaba con las indisposiciones habituales de su mula.

Ésta es una historia ficticia. 100% original y exclusiva para #Steemit.

Los separadores, son de mi autoría.

Las imágenes fueron tomadas del Depositphotos y editadas en PowerPoint.

Quiero agradecer a @adeljose y a la comunidad de #WorldOfXpilar, por esta iniciativa tan espectacular del Concurso Semanal, “Creando Historias Semana #23”.

Hasta la próxima historia.

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