LIM, EL VANIDOSO

Éste es Lim, un limón muy romántico que le gustaba cantar bellas melodías, bailar al ritmo de la suave brisa, escribir y recitar hermosos poemas.

Las gotas del rocío se posaban en su rostro, y los pequeños colibríes revoloteaban a su alrededor, maravillados por sus grandes dotes. Él se jactaba de eso, porque lo hacía sentir grande y muy importante.

Soy un gran cantor.
El primero en todo y un campeón.
Soy único y el mejor.
Nadie me iguala en mi canción.

Nadie dudaba de sus habilidades. Todos comentaban:

_ ¡Oh, sí… Lim tiene un gran talento!.

Pero siempre agregaban, entre dientes:

_ ¡Lástima que sea tan arrogante y vanidoso!.

Todos sus amigos lo querían y lo respetaban mucho, sobre todo los pequeños retoños, que lo admiraban y soñaban con que algún día serían como él. Pero nadie se atrevía a decirle lo que verdaderamente sentían.

Un día, luego de una fuerte lluvia, Lim se resfrió porque no pudo cubrirse con las hojas como lo hicieron sus amigos. Así que agarró una tos y pronto se había quedado sin voz.

A la mañana siguiente, Lim estaba muy triste y deprimido. Pensaba:

_ Si ya no puedo cantar, ni recitar mis bellos poemas, entonces ¿quién soy?...

Sus amigos se acercaban para darle ánimo, pero todo era en vano.

En una esquina, estaba Rosi, una pequeña flor que siempre observaba como la vanidad de Lim estaba haciendo que sus amigos se fueran alejando de él poco a poco.

Ese día Rosi se llenó de valor, y se atrevió a decirle:

_ Mi querido Lim, no tienes por qué estar triste. Eso es solo un resfriado, eso pasará. Pronto volverás a ser el Lim que todos conocemos. Aprende a sacarle provecho a las situaciones.

Lim giro su rostro triste y lleno de lágrimas, para prestarle atención a lo que le decía Rosi:

_ Fíjate a tu alrededor, detente un momento a escuchar y a observar. Cada uno de ellos tiene maravillosas destrezas.
_ Tus habilidades son extraordinarias pero tu vanidad ha hecho que solo pienses en ti. Solo tienes que ser modesto y humilde, sin presumir ni vanagloriarte de lo que eres, comparte generosamente con los demás, lo que mejor sabes hacer.

Lim, se quedó muy pensativo. Luego siguió el consejo de Rosi. Descubrió que sus amigos también tenían increíbles habilidades. Había quien podía saltar como un canguro, otro que corría tan veloz como un felino, otro que contaba los más increíbles cuentos. ¡Qué maravilla!

Días más tarde, se recuperó del resfriado y volvió a cantar y recitar bellos poemas, pero ésta vez cantaba para ser feliz y para que los demás disfrutaran, sin esperar elogios ni aplausos.

Estuve un poco deprimido,
Porque mi voz había perdido,
Pero al recitar me contento,
Porque aprendí a ser modesto.

MORALEJA:

“Ser modesto, es ser humilde y sencillo, no necesitas ser elogiado por nadie.”

Ésta es una historia ficticia. 100% original y exclusiva para #Steemit.

Las imágenes son de mi autoría, fueron tomadas con un Alcatel 1, sin edición.

Quiero agradecer a @adeljose y a la comunidad de #WorldOfXpilar, por ésta iniciativa tan espectacular del Concurso: “Creando Historias” en la semana #25.

Hasta la próxima historia.

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