Creando Historias Semana #27: Algún evento inexplicable podría suceder al fondo del pasillo. By @scarlex.

Tengo 5 años trabajando en el área administrativa de una clínica muy conocida en mi Ciudad, la verdad es que siempre me hizo feliz desempeñar la labor para la cual me contrataron en éste prestigioso lugar y ni hablar de mis compañeros de trabajo, su calidad profesional y humana sobrepasa a mi parecer todos los estándares, yo particularmente me encargo de supervisar el equipo de historias médicas, así que orgullosamente puedo decir pues que mi equipo y yo conocemos cada caso de cada paciente que ingresa a la clínica como la palma de nuestra mano, aunque debo confesar que a pesar de que los profesionales con los que trabajo son excelentes me gusta personalmente encargarme de que todo esté bajo control por lo que todos los días Junto a mi deliciosa e infaltable taza de café me siento frente a la computadora para registrar y finiquitar todo lo inherente a las estadísticas, ingresos, egresos de pacientes, sus historias, archivos de juntas médicas, reportes de fallecidos y sus causas etc.

^{Foto de mi propiedad}

La verdad puedo decir que es un trabajo extenuante y de gran responsabilidad, porque es fundamental para el correcto funcionamiento de la clínica que todos estos reportes estén bien controlados y archivados correctamente tanto en físico como en digital, por lo que siempre desde que llegué a trabajar en ésta área expresé que las horas diarias de trabajo en la oficina no eran suficientes, por lo que aunque mi trabajo era de 8 de la mañana a 5 de la tarde aproximadamente, yo siempre me quedaba un poco más que todo el equipo y a veces era tanto lo que había que hacer que en un abrir y cerrar de ojos se me hacían las nueve de la noche, a veces trataba de apresurarme para llegar a casa y compartir con mis hijos y mi esposo pero se me hacía muy complicado, porque como veía que podía adelantar muchísimo trabajo quedándome horas extras, ésta rutina de trabajar en silencio y sin interrupciones se me estaba convirtiendo en un vicio, hasta que sucedieron los hechos que relataré a continuación, cuando mi manera de pensar y actuar cambió para siempre.

Estaba una de esas noches como de costumbre en mi oficina sentada en mi escritorio y escucho claramente como si una voz masculina en el pasillo de afuera se aclara el pecho de una manera muy peculiar entrecortada como si al hacerlo le costase respirar inclusive, al escuchar este sonido decidí ignorarle y continuar con lo que hacía, aunque estaba clara que ese día sólo quedaron mujeres de guardia en la clínica y los únicos hombres eran los oficiales de seguridad, pero ellos casi siempre estaban en la entrada o a los alrededores de la clínica, pero yo asumí que alguno tal vez estaría haciendo alguna ronda en ese momento.

^{Foto de mi propiedad}

A los pocos minutos comencé a escuchar una voz masculina nuevamente pero que se quejaba entre llantos ahogados como si no pudiera inclusive hablar con claridad, extrañada levanté mi cabeza de la computadora para oir mejor y escuché claramente una silla de ruedas desplazarse en dirección a mi oficina. Extrañada decidí investigar porque aunque podía ser algún paciente de la clinica era bastante inusual que pasada las nueve de la noche alguien estuviera cerca de la administración de la clínica ya que era un lugar bastante alejado y si se quiere de difícil acceso para cualquier paciente de emergencias y menos algún hospitalizado, por lo que me armé de valor y decidí salir a investigar.

En un primer momento salí miré hacia el fondo y para mí sorpresa no había nadie la puerta hacia el pasillo donde yo me encontraba yacía cerrada de hecho, me desencajé mucho porque juraría que por la cercanía del sonido que escuché provenía del área externa de la oficina pero respiré profundamente y dije debió ser una mala pasada de mi cerebro por el cansancio, entré nuevamente a la oficina y me dispuse a terminar lo mas rápido que pudiera para retirarme a mi casa aún con el suceso extraño que acaba de vivir en mi mente pero tratando en la medida de lo posible de obviarlo.

Como a los veinte minutos cuando ya me había calmado, un poco de brisa fría me estremeció y sentí como si alguien estuviera observandome yo me encontraba de espaldas en un archivero cerca a la puerta colocando unos papeles y aunque nuevamente mis palpitaciones se aceleraron voltee hacia la puerta de la oficina cuando ví lo que parecía un señor de aproximadamente 60 años pasar hacia el fondo del pasillo en una silla de ruedas, pensé no puedo estar loca, apelando a la poca calma que tenía me pregunté cómo demonios un paciente en silla de ruedas había llegado hasta ahí sólo, inclusive teniendo que bajar 5 escalones para ingresar a ese pasillo, inmediatamente llamé a uno de los trabajadores de seguridad para que me ayudara con ésta situación, a lo que me dijo que en seguida alguno de los chicos iría para ayudarme.

Colgué el teléfono y me senté pensando en si lo correcto sería salir a ver qué le pasaba al señor y socorrerlo que seguramente estaría perdido por algun efecto de un medicamento y nadie se había percatado de ello, no sabía qué pensar y aunque estaba extrañada por la situación el punto detonante para mi acción fue escuchar esas palabras que jamas olvidaré:

"Yo, me arrepiento, me arrepiento... Me equivoqué, me arrepiento."

Cada palabra fue pronunciada con tanto dolor que me armé de valor y salí al fondo del pasillo y ahí estaba él en la silla de ruedas, era un hombre de piel morena, ojos grisáceos, robusto de unos 60 años vestido con un pijama de rayas azules, le pregunté inmediatamente si estaba bien y cómo había hecho para llegar allí y el sólo me dijo con voz áspera:

Eso no importa, lo que importa es que tú no deberías estar aquí deberías estar con tu familia.

Yo quedé estupefacta con lo que acaba de oir pero le expresé que pronto alguien vendría a ayudarlo para llevarlo a su habitación a lo que él me contestó de inmediato:

Yo no quiero ir a la habitación en ésta clínica yo quiero ir donde mi familia, por años los abandoné por estar en el trabajo y ellos son lo mas importante, son lo más importante, yo me arrepiento, quiero estar junto a mis hijos.

Yo le expresé que se calmara que ya mañana muy seguramente sus familiares vendrían a visitarle y todo mejoraría para él y que ya iba a tener tiempo para compartir con ellos cuando se mejorara y el sólo me respondió:

Yo, Yo ya no tengo tiempo...pero tú si tienes ve con tu familia.

Me quedé en silencio asmiliando lo que pasaba, estaba fría, atónita, cuando de pronto escuché la voz de uno de los chicos de seguridad y voltee hacia la puerta a verlo inmediatamente mientras ingresaba al pasillo, me expresó:

Disculpe la tardanza licenciada Ontiveros vine lo más rápido que pude dígame en qué puedo ayudarle.

Rápidamente le dije que necesitábamos llevar a ese señor de la silla de ruedas al área de hospitalización para que durmiera porque estaba algo alterado, noté la mirada fría y absorta del oficial de seguridad pero le dije que se apresurara en buscar un camillero para que le ayudara a llevarlo, a lo que me respondió:

Pero, pero licenciada Ontiveros, en esa silla de ruedas no hay nadie.

^{Foto de mi propiedad}

Voltee instantáneamente y ahí estaba la silla de ruedas completamente sola en el fondo del pasillo, mis ojos se iban a salir de sus órbitas no lo podía creer por instantes buscando una explicación lógica pensé que podía haberse ido caminando, subí con el guardia hacia el área de emergencias y hospitalización a averiguar algo aún con las manos frías y temblorosas, la doctora de guardia de ese día me expresó:

Menos mal estás aquí Silvana, por favor para gestionar administrativamente la muerte de un paciente por paro cardíaco su nombre era Humberto Palazuela, un importante empresario, murió hace 1 hora aproximadamente llegó aquí con un guardaespaldas, estaba inconsciente pero aún con vida cuando ingresó, lamentablemente no resistió ya llamamos a su familia.

Aunque estaba en shock por lo extraño de lo que había acabado de vivir le explico que ya íbamos a solventar ese caso, pero le pregunto que si no había visto a un hombre robusto, moreno de ojos grisáceos de cabello blanco con pijama a rayas azules que extrañamente andaba deambulando por el área administrativa me mira sorprendida y me dice:

Silvana, el único paciente con esas características es el señor Palazuela, pero es imposible que anduviera deambulando él llegó inconsistente hace poco mas de una hora y jamás recupero la conciencia de hecho falleció de un paro cardíaco a los pocos minutos de haber ingresado a la clínica.

Rápidamente le dije que me dejara verlo pase al cuarto y ahi estaba él, el hombre que había estado hablando conmigo hacía unos minutos atrás no entendía nada, comencé a sudar y me desmayé, cuando recuperé la conciencia estaba en un cuarto de la clínica junto a mi esposo y mis dos hijos de 16 y 14 años respectivamente, les abracé llorando y cuando pude calmarme les conté sobre mi experiencia lo que me hizo reflexionar que tal vez aquel señor sólo quería que yo no cometiera el mismo error que él de entregar mi alma al trabajo porque mi familia siempre debe ser la prioridad, por lo que después de aquella experiencia jamás me quedé hasta tarde en mi oficina y mucho menos sabiendo que un inesperado día, algún evento inexplicable podría suceder al fondo del pasillo.

Ésta ha sido mi participación para éste magnánimo concurso 😊 como siempre muy feliz de estar aquí compartiendo contigo amigo @adeljose y con toda la estupenda comunidad de creativos que hacen vida en la comunidad World of Xpilar espero fuera de su agrado. Una lluvia de bendiciones para todos ustedes. 🙏😊❤️

^{Toda la idea y el contenido observado anteriormente fue creado y redactado por mí en su totalidad las imágenes me pertenecen y fueron capturadas con mi teléfono Blu Studio X9 HD, por lo tanto todo el material es exclusivo para Steemit puesto al servicio de la comunidad World of Xpilar. By @scarlex}