¿Qué tal están todos por acá en esta linda comunidad WORLD OF XPILAR? Yo me encuentro muy bien, bastante entusiasmada ya que estoy publicando mi primera entrada por estos lados. Siento que será la primera de muchas ya que me apasiona la fotografía.

Sin más preámbulos, espero que disfruten de esta historia.

Un grupo de 5

^{Imagen del concurso "Una imágen, una historia"}

Era una mañana de 1930, cuando llegó una carta dirigida a 4 personas diferentes, a 4 direcciones diferentes.
Aquellos escritos contenían la misma frase, corta pero concisa:

"Encuéntrame en Plaza St Charles, 05/05/1930 5:00pm. Código de vestimenta: Negro"

Aquellas desconocidas personas respondían a los nombres de Adam, Robert, Augusto y Elizabeth. Quienes sin saberlo, se dirigían hacia un encuentro de viejos amigos.

Ese 05 de Junio de 1930 estuvo nublado, con lluvias tenues y poca luz del sol. La esperanza de un cielo despejado iba decayendo conforme el invierno se acercaba, por lo que involuntariamente todos escogieron largos abrigos color negro, con traje y sombrero.

La primera en llegar fue Elizabeth, desconcertada al no encontrar a nadie ni nada más que un periódico encima de la banqueta de la plaza. Ese pedazo de papel contenía otra nota con la palabra:

Obituarios.

Sin saber a qué se refería, procedió a buscar los obituarios de aquél periódico, hasta encontrar el nombre de una persona que la dejaría consternada.

Bernard Wathers

En shock y con lagrimas en los ojos procedió a leer el obituario de quien al parecer había organizado dicho encuentro.

"Queridos amigos, mi gran equipo de 5.

Entiendo que este mensaje no corresponde a un obituario, pero valdrá la pena si llega sus manos. Quiero hablarles de la amistad, del tiempo y del orgullo.

Fuimos amigos por más de 20 años y debido a pequeñeces nuestra relación se fue deteriorando. La falta de tiempo y de comunicación afectaron significativamente la linda amistad que nos caracterizaba, al punto de pasar casi 10 años sin saber del otro.

4 años después de la última vez que supe de ustedes, una extraña enfermedad comenzó a crecer dentro de mi. Se llevaba mi energía y me generaba tanto dolor que no podía soportarlo.

Siempre los recordé con cariño y me pregunté si en algún momento pensaban en mi tanto como yo en ustedes. Vivir en una cama de hospital con mis pensamientos y mi soledad dio cabida a recordar los viejos momentos en los que sólo éramos 5 personas disfrutando de la vida siendo jóvenes y sanos.

Me arrepiento de haber sido tan orgulloso como para no contactarlos, su compañía en los momentos más difíciles habrían hecho de las cosas más llevaderas.

Es por eso que los cité hoy a todos en este lugar, porque aunque sé que si están leyendo esto es porque yo ya no estaré, quiero que logren remediar la maravillosa amistad que nos unía y hacía más fuerte.

Con amor, Bernard Wathers. Un orgulloso integrante de este grupo de 5."

Temblorosa y sollozando, Elizabeth siente una mano en su hombro, para su sorpresa mientras leía la despedida de su tan preciado amigo, había llegado otro de los individuos al lugar, August.

Saltó en sus brazos en busca de consuelo. "Bernard murió" - balbuceó entre el llanto.

August sin poder creerlo la dejó en la banqueta y se dispuso a leer el texto que la había quebrado por completo. Mientras tanto, a lo lejos pudo ver a unos Adam y Robert un poco más viejos, pero con el mismo estilo de caminar. Al parecer se habían encontrado en la entrada de la plaza, así que se fueron poniendo al día antes de llegar, sin esperar la trágica noticia que les esperaba.

Esta situación dió una lección a cada uno de los protagonistas de esta historia, porque al priorizar sentimientos negativos como el orgullo no pudieron despedir a un gran amigo, que aún en su lecho de muerte deseaba saber como estaban.

La vida es demasiado corta e impredecible como para perder el tiempo cayendo en situaciones como esta, no seamos como Adam, Robert, August, Elizabeth y Bernard, no dejemos que nuestras relaciones se quiebren por problemas solucionables.

¿Qué opinan ustedes de esos "Si no me escribe, no le escribo", "Más nunca me habló, yo no le voy a hablar tampoco"? El orgullo en su máxima expresión, siempre he creído que mientras no haya habido un problema que explique el distanciamiento de una persona, nunca está demás tocar la puerta y preguntar como está todo. La cantidad de amistades y relaciones en general que se quiebran por orgullo son innumerables.

Invito a mis amigos @noeljnm10 y @constanzagr a participar de este concurso, ansío leer sus historias.