Un caluroso saludo y un fuerte abrazo para todos.

Nos encontramos a pocos días de las fiestas que caracterizan a las festividades decembrinas, y en esta ocasión, la imagen de un par de patines me remiten a mi niñez, cuando las Misas de Aguinaldo, los Parrandones Navideños y las Patinatas formaban parte de nuestras tradiciones, al igual que la Hallaca y el Pan de Jamón, dos invitados permanentes de las mesas venezolanas en esta temporada.

En esta oportunidad, mi historia contine algunos rasgos autobiográficos, a diferencia de mis participaciones previas, donde los relatos eran ficticios, sin embargo, muchos de mis recuerdos y los detalles precisos de aquel entonces, como era de esperarse, han quedado semisepultados por las arenas del tiempo...

El Parrandón

Diciembre es la temporada del año mas esperadas por todos, sin distinción de edad; por los niños, porque significa regalos, algunos de los cuales llegan en la víspera de Navidad de la mano del Niño Jesús, o en la gran bolsa que suele traer Santa Claus, o San Nicolás, como lo conocíamos anteriormente, en la parte posterior de su trineo tirado por renos.

En los adultos, estas festividades suelen significar el reencuentro con la familia y los amigos para festejar, pero también, puede significar un tiempo propicio para la reflexión serena y el establecimiento de metas y objetivos por alcanzar el próximo año.

Cuando niño, esperaba con ansias el fin de las actividades académicas y el inicio de las Misas de Aguinaldo, las cuales tenían lugar en una iglesia cercana a la urbanización donde vivía en aquel entonces. Estas comenzaban en la madrugada, por lo que era necesario levantarse muy temprano, vestirse, colgarse los patines al hombro y reunirnos en el punto de encuentro, acordado previamente, para dirigirnos todos a la iglesia, sin embargo, era frecuente que alguno se retrasara, por lo que debíamos esperar o tomar la decisión de adelantarnos nosotros, para que luego se nos uniese.

El párroco de aquella época, era un hombre de avanzada edad con un fuerte acento portugués, que no solo delataba su procedencia, sinó que dificultaba comprender lo que decía, pero en realidad, estos detalles pasaban a un segundo plano puesto que lo realmente importante, era participar con los amigos en esta actividad, en la cual, por cierto, yo no destacaba por mis cualidades de canto, situación que no ha cambiado en el transcurso del tiempo.

Al finalizar la misa, lo cual coincidía con el amanecer, nos dirigíamos patinando por las calles hasta el hogar de alguna vecina que acostumbraba servir chocolate caliente a los asistentes, y ocasionalmente galletas, antes de enfilar hacia nuestras respectivas casas para el desayuno.

También, en algún momento, los adultos solían cerrar una de las calles de la urbanización al tránsito vehicular, preferiblemente un sábado o domingo en horas de la tarde, para que los niños patinasen sin peligro, mientras sacaban mesas para colocar todo tipo de comida, las cuales eran preparadas por las amas de casa para compartir entre todos: niños, jóvenes o adultos, sirviendo las aceras como improvisadas sillas para los comensales. Normalmente, este parrandón se prolongaba hasta tempranas horas de la noche, y posteriormente, se recogía todo, para al día siguiente retomar la cotidianidad.

Con los años, esta actividad que solíamos celebrar cada Diciembre, cayó en desuso, en primer lugar, porque algunas de sus promotoras, que en aquel entonces contaban con cierta edad, abandonaban este plano de vida, como cierre del ciclo vital. En segundo lugar, los niños y jóvenes crecíamos y cada uno de nosotros escogía su propio destino, fuera del hogar familiar para formar muchos de nosotros, nuestras propias familias, y más recientemente, mas allá de las fronteras patrias,

No puedo describir las emociones y los recuerdos que despertaron en mí, esta imagen de un par de patines, una actividad deportiva y recreativa que en Venezuela estuvo ligada a la celebraciones navideñas, hace muchos años atrás. No sé a ciencia cierta si en algún rincón del país, aún se mantiene esta tradición de las patinatas y parrandones, o por el contrario, terminó por desaparecer, o sencillamente, mutaron o fueron sustituidas con el transcurrir del tiempo.

Foto de mi Autoría

Tomada con mi Samsung Galaxy A12
Sambil Barquisimeto

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Esta es mi participación para el concurso Nuevo Concurso "Una Imagen, Una Historia". Esta es una iniciativa de @franyeligonzalez. Aquí les dejo las bases del concurso Enlace.

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Invito a @sacra97 y a @lanegra2804 a participar

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¡Gracias!