Uno de mis propósitos de año nuevo, uno de los que si estoy logrando (hasta el momento), es leer de nuevo, todos los días. Me puse como meta mínima 20 libros a leer en el 2020, de los cuales ya terminé tres, y no quiero dejar ninguno a medias, a menos que de plano rebasen mi capacidad de tolerancia y mi paciencia.

Mi idea es leer de todo un poco, pero en particular me interesan mucho en este momento los libros de cuentos, ya que es un género en que he trabajando recientemente y del que me interesa conocer y aprender más.

Bueno, pues un buen día de inicios de año me topé con un libro de Tom Hanks con 17 cuentos, lo que inmediatamente despertó mi interés, ya que no sabía de esta faceta del multipremiado actor, pero hace unos momentos se encendieron las alertas porque al iniciar la lectura del 5° de estos cuentos grité hacia mis adentros: ¡Maldito Tom Hanks!, al ver que todo pintaba para ser un cuento como los anteriores, uno muy bien escrito, pero que parecía más un ejercicio de técnica que cualquier otra cosa.

Después de haber avanzado casi una tercera parte del libro debo confesar que estoy sufriendo al leerlo. ¡Maldito Tom Hanks! No entraré en detalles aquí sobre los méritos y carencias del libro, ya que la balanza se inclina dramáticamente a lo segundo, y ya hablaré de ello al hacer la reseña del mismo cuando lo termine, ya que lo haré a como dé lugar. ¡Maldito Tom Hanks!

Si hace falta pensaré que es Wilson de "Cast Away" (Naúfrago), y que es lo único que tengo en el mundo y lo acabaré. Si hace falta lo haré sin anestesia como cuando el se zafó una muela con el filo de unos patines con tal de no seguir sufriendo, pero lo haré.

Pensaré que no es un libro, sino Ryan de "Salvando al Soldado Ryan", y que si no lo acabo no tendré cara para decirle a su madre que perdí al último de sus hijos en el campo de batalla.

Pensaré que es "Forrest Gump", para ignorar su falta de encanto y sentimiento, y si hace falta hasta me pondré una playera de carita feliz cuando lo lea, pero lo acabaré.

Puede que tenga que tomarme unas pausas para pensar en sus escenas con Meg Ryan en "Sleepless in Seattle" y "You've Got Mail", o con Daryll Hannah, en "Splash", para relajarme, y si la cosas se pone fea hasta tenga que imaginarme que estoy en "Bachelor Party", una de sus primeras películas, pero lo haré.

Porque ningún doble ganador de los Oscar y Emmy. Ningún multinominado a los premios BAFTA, Emmy, Oscar y SAG. Ningún actorcillo considerado de lo mejor su generación, así tenga escrito su nombre en letras de oro en la historia del cine, va a hacerme descarrilar de mi meta. ¡He dicho!

Habiéndome desahogado, me dispongo a continuar la lectura del libro con mi playera de carita feliz y con la mejor actitud de la que soy capaz, en espera de que el resto de "Tipos Singulares" sea mejor que lo que he leído hasta ahora.

Si llegaste hasta acá muchas gracias por leer este publicación y dedicarme un momento de tu tiempo. Hasta la próxima y recuerda que se vale dejar comentarios.