Concurso: Hablemos de mi experiencia como madre

Me convertí en madre a los 30 años, y debo confesarles que, al principio, experimenté un inmenso miedo ante todo lo que estaba por venir al asumir la responsabilidad de cuidar a un bebé. No solo me preocupaban las obligaciones que conlleva ser madre, sino también la inquietud de no hacerlo bien, de no ser la mamá que mi hijo necesitaba. Sin embargo, me di cuenta de que no existe un manual que nos enseñe realmente cómo ser madres.

Fue en el instante en que vi a mi pequeño por primera vez que comprendí, de manera instintiva, que mi propósito en la vida era protegerlo con todas mis fuerzas, incluso si eso significaba arriesgarlo todo. Cada imagen que comparto son Auténticas originales del nacimiento de mi hijo.

Es probable que cada madre primeriza comparta una experiencia similar. A pesar de ello, disfruté enormemente la llegada de mi primer hijo. Cada pequeño logro suyo me llenaba de emoción; estuve presente en cada etapa de su vida y lo incluyo en cada salida con mis amigas, convirtiéndose en el consentido de todas. Se rodeó de tías y brazos dispuestos a acogerlo.

La maternidad es, sin duda, una experiencia extraordinaria y transformadora. Sin embargo, es fundamental que no dejemos que esta etapa de nuestras vidas se apodere por completo de nuestra identidad como mujeres y personas. Es crucial que continuemos alimentando nuestras pasiones, intereses y objetivos individuales, porque cada una de nosotras tiene una vida rica y multifacética que va más allá de la maternidad. Es importante que sigamos siendo mujeres plenas, con sueños y metas propias, que buscan realizarse en todos los aspectos de su existencia. Al hacerlo, no solo nos beneficiamos a nosotras mismas, sino que también ofrecemos un ejemplo inspirador a nuestros hijos, mostrándoles la importancia de seguir siendo auténticos y completos.

Mi experiencia como madre primeriza fue como un viaje sin saber cual era el destino, lleno de emociones intensas. Por un lado, tener a mi bebé en mis brazos fue una de las cosas más hermosas que he vivido; la conexión y el amor que sentí desde el primer instante fueron indescriptibles. Sin embargo, también enfrenté muchos desafíos y situaciones inesperadas que no había previsto. Había tantas cosas que no sabía y que nadie se tomó el tiempo de explicarme. Por esta razón, me vi en la necesidad de aprender a ser madre por mi propia cuenta, lo cual fue un proceso que a veces resultó abrumador.

A pesar de todas las dificultades y las lecciones que tuve que aprender en el camino Como madres primerizas, es común sentirnos sobrecargadas y fatigadas debido a las exigencias constantes que conlleva la maternidad. Este intenso día a día puede llevarnos a olvidar nuestras propias necesidades y anhelos personales. Sin embargo, es crucial tener presente que dedicar tiempo para cuidarnos a nosotras mismas no solo trae beneficios para nuestra propia salud y bienestar, sino que también puede enriquecer nuestras relaciones con nuestros hijos y nuestras parejas. Cuidarnos implica reconocer que nuestras emociones y necesidades son igualmente importantes, lo que a su vez nos permite estar más presentes y conectadas con quienes amamos.

Bueno también debo confesarle que una de las experiencias que viví fue, en primer lugar, la dificultad con los gases del bebé. Cuando le daba de comer, lo acostaba sobre mi hombro con la intención de ayudarlo a liberar esos gases que, pensaba, ya había expulsado. Sin embargo, el pequeño continuaba llorando sin parar, lo cual también me generaba frustración y angustia. Afortunadamente, la pediatra se tomó el tiempo para orientarme y me explicó la técnica adecuada para manejar la situación. Tras seguir sus consejos y practicar un poco, finalmente logré hacerlo correctamente, lo que permitió que mi bebé se sintiera más cómodo y, por fin, pudiera dormir tranquilo y feliz.

Pienso que aparte se todo lo que vivimos durante esa etapa de adaptación como madre primeriza, no podemos descuidar que cuando dedicamos tiempo a realizar actividades que realmente disfrutamos y a atender nuestras propias necesidades, estamos brindándonos la oportunidad de revitalizar nuestras energías tanto emocionales como físicas. Este proceso de autocuidado siempre me ayuda a estar más presente y atenta en nuestras interacciones con mi hijo, en lugar de vivir constantemente sintiéndome fatigada y abrumadaa por el estrés. Al priorizar siempre mi bienestar personal, logro mejorar mi capacidad para ofrecerles a ellos el amor y la atención que merecen, lo que a su vez enriquece nuestras relaciones familiares y nuestro propio bienestar emocional.

Creo que todas esas experiencias, tanto las positivas como las negativas, que vivimos al ser mamá primeriza nos brindan una gran oportunidad para adquirir experiencia. Al principio, todo es nuevo y desconocido, lo que puede resultar abrumador en ocasiones. Sin embargo, con cada situación, ya sea un logro o un desafío, vamos aprendiendo y adaptándonos.

Cuando decidimos tener más hijos, muchas de las vivencias anteriores nos preparan mejor para lo que está por venir. Aunque es cierto que cada bebé es único y presenta sus propias particularidades, las lecciones que hemos aprendido de las experiencias pasadas nos ayudan a sentirnos más seguras y confiadas en nuestra labor como madres. En resumen, aunque cada etapa trae consigo sus ventajas.

Todas enfrentamos miedos, ya que, que como no existe un manual que indique cómo abordar cada etapa del desarrollo de un hijo. Pensar eso no das un poco de miedo. Esto genera una constante incertidumbre en esta nueva experiencia de ser madre. Estoy convencida de que siempre hay ciertas cosas que se mantienen presentes. Recuerdo que me sometí a un ecosonograma mensual, un examen específico que servía para monitorizar cómo se estaba desarrollando el bebé. Tomé todas las precauciones necesarias y me empapé de información a través de varios libros. Sin embargo, mi embarazo fue bastante tranquilo y nunca interrumpió mis actividades diarias. La cesárea fue programada de antemano, e incluso tuve la oportunidad de elegir la fecha que más me convenía. Esta fue una de las preocupaciones más significativas que experimenté en mi camino como madre.

Quienes me siguen en mi perfil y leen mis diarios y reflexiones conocen bien que mi hijo es el centro de mi existencia. Cada aspecto de mi vida está enfocado en el y en cuidarlos con amor. Me esfuerzo al máximo por proporcionarle tiempo de calidad, porque estoy convencida de que nada, ni siquiera todas las posesiones materiales que se puedan acumular en este mundo, se comparan con la valiosa experiencia de compartir momentos con el. Me gusta saborear cada etapa de su crecimiento, ya que parece que en un parpadeo pasan de ser bebé a niño y después a jóven. Por eso, siempre trato de que realizar actividades juntos, tanto dentro de nuestro hogar como en el exterior, para fortalecer nuestros lazos y crear recuerdos únicos imborrables.

Tengo un solo hijo y lo admiro y Amo a mi cachorro por la maravillosa esencia que tiene, por su personalidad única y su forma de ser. Sin embargo, hay tres cualidades en él que me sorprenden profundamente, pues son poco comunes y las considero realmente especiales.

Su amor es incondicional, puro y genuino. Tienen una manera especial de ver el mundo, con una mente inocente que los lleva a aceptarte exactamente como eres, sin juicios ni condiciones. Su ternura es palpable y conmovedora, lo que lo convierte en un ser realmente entrañable y único.

Cuando se levanta todos los días, puedo admirar su rostro con calma y serenidad. Es un momento fugaz, un pequeño oasis de tranquilidad en medio de su habitual energía desbordante. Justo antes de que encienda los motores de su inagotable vitalidad 🤣🤣🤣, porque su energía es inmensa es como si tuviera turborreactores que lo impulsan, para comenzar el día lleno de actividades y emociones.

En cada instante es mi mundo, el hombre por el que siempre lucharé en mi vida, representa el mayor tesoro que podría poseer. A diario, se desarrolla y florece no solo en su aspecto físico, sino también en su capacidad mental; su mente lo considero demasiado inteligente 🧠 para su edad capta todo, está descubriendo sendero que tengo que guiarlo y instruirlo por el buen camino. Su memoria se expande, sus conocimientos se enriquecen y enfrentar el inmenso desafío de enseñarles a amarse a sí mismo se convierte en una tarea fundamental y hermosa.

Lo que más me llena de alegría ser madre y lo disfruto, es sin duda, todo lo que conlleva esta hermosa responsabilidad. Me refiero a la dedicación y el cuidado que ofrezco a ese ser tan pequeño que me brinda su amor incondicional y que cada día llena mi vida de felicidad. El simple acto de velar por su bienestar, enseñarlo y acompañarlo en su crecimiento, se convierte en una fuente inagotable de satisfacción y amor que me motiva a ser mejor cada día.

Tengo una gran responsabilidad de la cual me siento orgullosa de mi bebe, responsabilidad porque traer un hijo al mundo nos atañe responsabilidades que tenemos que cumplir por lo cuales somos responsables de nuestros actos de adultos de traerlos al mundo.

Por eso yo desde el primer dia que supe que estaba embarazada me comprometi a cuidarlo y brindarle todo mi cuidado y mi apoyo, sin importar las dificultades que puedan surgir. No deseo que nunca se sienta solo; siempre estaré dispuesta a dar lo mejor de mí para garantizar su felicidad.

Me despido por ahora mis queridos amigas damas de #steemforladies, les envio fuerte un abrazo cariñoso y muchos besos a todas. Que Dios los llene de bendiciones y espero que nos volvamos a encontrar en una próxima publicación. Hasta pronto.

Aprovecho la oportunidad para invitar a mis amigas @keycama, @miviki, @neridas. .

Todas las fotos son tomadas con mi teléfono Tecno pova 5 y exclusivamente para Steemit.