Aunque parezca mentira, los índices de sedentarismo aumentan cada vez más en nuestra sociedad. Sin importar las labores a las que nos dediquemos, la cantidad de horas en la que lo hagamos, los trabajos sedentarios se están multiplicando y de paso están deteriorando la salud de las personas.

Sé que muchos de ustedes me van a decir que trabajan más de ocho horas diarias, hoy en día con la crisis económica no reconocida por muchos gobiernos, muchos de nosotros tenemos que dedicarnos a varias actividades laborales para tener un estilo de vida aceptable. Sin embargo el sedentarismo no tiene que ver con la cantidad de horas que pases laborando, sino las condiciones en que lo haces.

Por ejemplo, los trabajos que tienen mayor oferta en mi ciudad, Caracas, son el de vendedor o vendedora, conductor y vigilantes. Estos cargos requieren de personas que pasen hasta diez horas en un solo sitio, bien sea de pie o sentado. A pesar de estar trabajando, se mantienen prácticamente en una sola posición, casi siempre de pie, con movimientos mínimos, haciendo que el cuerpo se vea afectado de muchas formas y eventualmente creando posibles condiciones degenerativas en el mismo.

Es verdad que nos cansamos igualmente, pero el cuerpo no se está ejercitando. Al permanecer de pie o sentado por más de ocho horas, fuerzas a tu cuerpo hasta su límite. ¿No has sentido la necesidad de caminar después de estar 30 minutos de pie o sentado? Ese es el "instinto físico" diciendote que tienes problemas en tu sistema circulatorio y esta posición hace que tu circulación en brazos y piernas se vea forzada en esos momentos, por lo que requiere la actividad física para normalizarse.

¿Qué pasa cuando no seguimos ese "instinto físico"? Pues al principio no sucede nada y pensamos que es la falta de costumbre. Luego de unos meses comenzamos a presentar dolor cervical y de cintura y se lo atribuimos al estrés, que no es del todo falso, pero minimizamos su importancia. Ya con el o los años, comenzamos a sufrir de dolor en las piernas, desgaste de cartílagos articulares, varices, malas posturas en la espalda, lucimos "jorobados", todo como consecuencia de un trabajo sedentario.

Y habrán quienes me digan ¡No yo no, porque yo trabajo sentado! Pues cuando acostumbras a tu cuerpo a estar en actividad por horas en una sola posición, con el tiempo puedes desarrollar síntomas similares. Mayormente los que tienen que ver con problemas de la espalda y la circulación.

El problema al que nos enfrentamos no es de fácil resolución, pues muchos de nosotros a veces tenemos que amarrarnos a horas de trabajo en estas circunstancias para por cumplir con nuestras responsabilidades familiares y personales. Sin embargo, podemos hacer cosas sencillas que nos permitan mantenernos en buen estado de salud, a fin de evitar la aparición de los síntomas que les mencione anteriormente.

Muchas veces nuestra alimentación contribuye al deterioro de nuestra salud, en lugar de contribuir a mejorarla. La ingesta excesiva entre comidas de golosinas industriales a causa de la ansiedad que nos produce nuestra jornada laboral, hace que entre a nuestro organismo una cantidad indiscriminada de azúcar refinada que va deteriorando progresivamente nuestros órganos vitales.

En lugar de ello podemos comer frutas, no tienen niveles tan elevados de sacarosa como el azúcar refinada, pero puede calmar nuestros niveles de ansiedad más sanamente, aparte de darnos una saciedad momentánea que no nos dan las golosinas. También ayudan con la digestión, haciendo que suframos menos de estreñimiento, en consecuencia desaparecen migrañas y problemas de presión arterial originados por esta anomalía.

La ingesta de agua nos ayuda a mantenernos hidratados, mantiene la elasticidad de cartílagos y músculos, previniendo la rigidez que se le atribuye al estrés. Al mantenernos hidratados prevenimos mareos, así como la posibilidad de adquirir infecciones en nuestro sistema urinario al no mantenernos correctamente hidratados.

El principal problema de las personas que trabajan todo el dia es que no tienen tiempo para nada, salvo en sus días libres. Es por esto que hay que ingeniarselas para hacer ejercicios y mantenernos en forma para que los rigores físicos de nuestros empleos no nos afecten tanto.

Una forma de hacer ejercicio es caminar al trabajo, quizás trabajas muy lejos de casa y no puedes hacerlo, pero puedes quedarte a una distancia que te permita caminar unos veinte minutos antes de comenzar tu jornada laboral. También puedes hacerlo al finalizar, la idea es que los músculos se desestresen ante la casi inmovilidad y rigidez que tuvieron durante la jornada y la sangre se active a circular más rápidamente antes o después de esta. Ambas inclusive si es tu deseo.

También puedes hacer ejercicios anaeróbicos antes de salir de casa o al llegar, como estiramientos musculares, sentadillas o flexiones. Ayudaran que tus músculos se encuentren en actividad y no acumulen tanta tensión derivada de estar mucho tiempo de pie o sentado.

Así amigos termino mi exposición. Espero que les sea de utilidad y les sirva de ayuda para sobrellevar sus actividades diarias. Hasta la próxima publicación.