...recuerdo que un amigo me recomendó a unas personas que necesitaban un investigador de campo, con tendencias lógicas y pragmáticas, es decir, que no tuviera creencias de ningún tipo salvo lo que pudiera comprobar con sus propios sentidos.

Era un grupo de corte periodístico, financiados por un medio impreso español, dedicados al contenido sobrenatural. La idea no me simpatizo mucho al principio, pero pagaban bien y costeaban todos los gastos, así que pensando en las deudas de las que saldría, me aventure a trabajar con estas personas.

Le encantaban visitar poblados rurales, semi abandonados, según eran sitios que mas posibilidades de hallar esta clase de fenómenos. En una ocasión nos quedamos en un pueblito en una de las carreteras de los llanos venezolanos, muy ricas en leyendas de este tipo por cierto.

Nos detuvimos a hablar con varios pobladores, luego de un rato comenzaban a contarnos de ciertas leyendas. En ese en especial nos hablaban de unas brujas, unas señoras que tenían sus casas en lugares desconocidos llano adentro, que se transformaban en animales por las noches y espantaban a los noctámbulos.

Los líderes de grupo pensaron que era buena idea quedarnos en el pueblito esa noche, así que nos quedamos en la única posada que había, dicho sea de paso éramos los únicos visitantes. Notamos que a las 7 de la noche las calle ya estaban completamente vacías, solo se veían las luces internas de las casas, que se iban apagando lentamente en el transcurso de la noche.

Nosotros permanecíamos en el patio interior de la posada, el silencio del pueblo ese jueves era algo muy incomodo para nosotros acostumbrados al ruido de la ciudad. Entre conversaciones comenzamos a darnos cuenta del revoloteo sobre la casa de dos aves enormes, que parecían haberse dado cuenta de nuestra presencia.

Estábamos sentados en el piso de terracota del patio y nos pusimos de pie al ver las enormes aves, eran negras, parecían aves carroñeras similares a un buitre o un zamuro, en la oscuridad se veían de color negro y unos ojos brillantes que resaltaban como si fueran ojos de gato.

Se posaron sobre el muro y se nos quedaron viendo fijamente, sin hacer otro movimiento, como si nos estudiaran o algo asi. Nos prestaban atención, cosa que nos puso muy incómodos, por lo que decidimos irnos a dormir e ignorarlas. El irnos a dormir me parece que empeoró la situación, comenzamos a escuchar cantos como silbidos que no nos dejaban conciliar el sueño.

Fue una noche larga, me despertaba a cada rato. Los silbidos fueron acompañados en la madrugada de pasos sobre el techo que no dejaron descansar a nadie. Al amanecer todos estábamos trasnochados, nadie descanso esa noche.

Al salir en la mañana rumbo al lugar a donde nos dirigíamos a realizar la investigación, la señora dueña de la posada nos dijo que no hicimos bien en quedarnos despiertos en el patio, nuestra presencia había alborotado a las brujas, según ella, que al darse cuenta que éramos extraños, nos hicieron la noche miserable para que no volviéramos más al pueblo.

Espero que les haya gustado esta anécdota. Me gustaría invitar a @vasc0, @theatrorve y @luisito01 a participar. El enlace al concurso esta aqui.