Dune, o los distintos tipos de público en el cine

La primera vez que supe sobre la saga de Frank Herbert estaba en la secundaria, por ahí del 2000. En el canal Fox pasaba la miniserie Dune, con Alec Newman como Paul Atreides y William Hurt como el duque Leto; lo había visto por pedazos las veces que podía, en las distintas ocasiones en que lo volvían a transmitir. Tres años después vería, también por pedazos, la secuela Children of Dune, con un joven James McAvoy como Leto II Atreides. A pesar de haberlas visto por fracciones, ambas miniseries me animaron a tratar de conseguir el libro de Herbert. No obstante, en aquella época el libro estaba a un precio muy poco accesible y tampoco había en ese entonces los famosos PDF.

Para el año pasado, 2021, cuando me enteré de que iba a haber una nueva adaptación (la tercera, si tenemos en cuenta que la primera fue la de David Lynch en 1984), me emocioné mucho, sobre todo por los trailers que pasaban en YouTube. Y cuando por fin lo vi, justamente para fin de año, me quedé tan fascinada por los paisajes, el manejo de la narrativa y hasta por la música de Hans Zimmer. No despegaba mi mirada de la pantalla; me mantenía a la expectativa de lo que pudiera ocurrir a los Atreides desde su llegada a Arrakis. Incluso me propuse este año conseguir en físico o digital la saga completa para leerla, aunque aún se encuentren a precios elevados.

Ahora bien, en el aspecto crítico Dune ha recibido el elogio general de los especialistas, pero el público general se encuentra un tanto dividido. No es extraño que haya gente quejándose por la duración (156 minutos, dos horas y media), el ritmo que les adormece y hasta la música. Tampoco sería extraño ver a algunos fans acérrimos señalar las fallas en la adaptación. Todo esto es un claro recordatorio de que existen distintos tipos de público dentro del cine, y que la forma en como se intente abarcar a éstos es un factor clave para tener éxito en la taquilla. O, al menos, para convertirse en un film que invite a todos a coger los libros con la intención de comprender mejor ese universo político lleno de luchas por el poder, las traiciones y el misticismo.