[El Juego del Diario 3: 25-10-21] El regreso a las aulas: La experiencia de mi hija

Querido diario, hoy lunes 25 comenzaron las clases presenciales en mi país, como te había contado, el sábado estuvimos comprando parte del uniforme que nuestra hija necesitaba, porque la última vez que fue a la escuela estaba en sexto grado, en marzo del 2020. Su 1er año de educación media lo estudió desde casa y ahora está en 2do año, ha crecido mucho y su uniforme es diferente, por lo que debíamos comprárselo todo. Gracias a Dios que es nuestro proveedor y siempre de alguna parte llega a nosotros lo que necesitamos.

El liceo donde ella está nos informó que los estudiantes deben tener su kid de seguridad: Tapabocas, gel antibacterial y preferiblemente caretas, además que no se permitirá compartir bebidas y/o alimentos. También, en la entrada, estarán tomando la temperatura corporal y haciendo desinfección de manos y calzados. Habrá desinfección de la institución una vez al mes.

La sección donde está mi hija tiene una matrícula de 39 estudiantes, los dividieron en dos grupos: uno de 20 y uno de 19. Mi hija tocó en el grupo 1, que verá clases esta semana a turno completo, desde 7 A.M. hasta la 1:20 P.M. El grupo 2 verá clases la semana siguiente, es decir que su asistencia será intersemanal. En el aula deben sentarse con un pupitre de por medio, para mantener el distanciamiento y tendrán sólo dos recesos de 10 minutos dentro del salón, nadie puede salir, a menos que sea para ir al baño.

Mi esposo y yo tenemos la confianza de que, por una parte, la institución estará muy al pendiente del cumplimientos de las medidas de bioseguridad, y por la otra, de que mi hija se cuidará muy bien, ella es muy responsable y las sigue al pie de la letra, lo que es muy importante.

Y ahora bien, así vivió mi hija su primer día de clases:

Puso la alarma a las 5 A.M., se levanta temprano para estar lista a tiempo, su papá preparó el desayuno, yo me quedé en la cama hasta las 5:45 A.M. Cuando ella estuvo vestida me ofrecí a peinarla, ella podía hacerlo, pero quería formar parte de un día tan importante para ella, se me ocurrió hacerle un moño con una dona, que hace poco le enseñaron a hacer en la academia de danzas y ella estuvo de acuerdo. Cuando estábamos relajadas esperando para que entrara a clases, le tomé una fotografía a su peinado.

_{El moño que le hice a mi hija}

Desayunamos y salimos a tiempo, después de dejarla yo tenía que ir a la oficina. Llegamos como 15 minutos antes de que sonara el timbre, al escucharlo, me pareció un sonido guardado en el baúl de mis recuerdos. Pidieron hacer dos filas, una de hembras y otra de varones, las chicas eran mucho menos, por lo que mi hija pasó muy rápido. Como estaba contemplado, en la entrada le toman la temperatura y desinfectan sus manos y calzado. Y allí dejamos a nuestro tesoro.

_{Mi hija en la entrada donde le toman la temperatura y desinfectan sus manos y calzado}

Nos fuimos contentos, pues ella estaba muy emocionada con el regreso a las aulas, a ella siempre le gustó la escuela, le gustaba ir y era muy responsable con sus tareas, sin que yo tuviera que perseguirla para que las hiciera y en sus clases durante cuarentena, siguió igual de fundamentosa.

Mi esposo me llevó a la oficina y la tuve todo el tiempo en mis pensamiento, quería que su primer día en el liceo, fuera una grata experiencia. Al mediodía me fui a casa para ir a buscarla con mi esposo, quería verla salir y que me contara cómo le fue. Mi esposo la espero en la puerta de la institución, mi hijo y yo estábamos en el auto, mis ojos no se despegaban del vidrio delantero, hasta que al fin los vi venir.

_{Mi esposo y mi hija al salir del liceo}

Cuando estuvo en el auto le pedí que me contara todo, sus palabras eran música para mis oídos, le había ido genial, congenió bien con el grupo y con las profesoras con las que estuvo y también le agradó el liceo, porque cabe destacar que ella nunca había entrado allí hasta hoy. Me dice: mami hay buena energía en ese sitio, que fue lo mismo que yo sentí cuando la inscribimos, porque es un lugar muy sencillo, pero agradable.

Gracias a Dios todo fue perfecto, el primer día es crucial, por eso de la primera impresión y por fortuna la de ella fue buena. Ahora nos toca ajustar el horario con sus clases de danza y pedirle a Dios que la proteja siempre, mientras nosotros hacemos nuestra parte.