Better life post : Honrando nuestras raices

Hace unos días que tengo a mi abuela en la cabeza, mi abuela era una mujer hermosa.

Una libriana súper coqueta y diplomática. Que cuando era niña y las abuelas de mis amigos estaban tejiendo sweaters y cuidando a sus nietos cuando los padres no estaban, mi abuela estaba manejando un negocio.

El recuerdo enorme, siempre impecablemente vestida, dejaba una estela de perfume a su paso, si bien era alta, su enormidad se debía a otra cosa.

Era una mujer fuerte, que estuvo al frente de un local de ropa por más de cuarenta años, no solo era muy buena en lo que hacía sino además era una mujer querida, el barrio de Palermo donde vivíamos y donde tenía su negocio la respetaba y sobre todo la quería mucho.

Que importante es saber de dónde venimos, nuestros orígenes, que importante es nuestro linaje, que importante es honrarlos.

Siempre me han dicho que me parezco mucho a mi abuela Sofí físicamente. Ojala ese parecido no sea solo físico.

Mi abuela fue mi ejemplo, solo que lo supe años después, cuando conocí su historia. Y empecé a identificarme con ella. Tenía alrededor de 20 años.

Todos los 24 de abril se conmemora un año más del genocidio del pueblo armenio perpetrado por los turcos.

Mi nombre es Sol Chipian y esta es la historia de mi familia, de mis antepasados.

Me encantan las fotos antiguas

La pareja guapa de arriba a la izquierda son mis abuelos, Tacuhi, Sofia Toundaian y Haroutin Arturo Chipian. Tacuhi significa "reina" en armenio.

Hace mas o menos diez años, un mediodía, mi abuela me contaba su historia. ¿nunca te la conté? Me pregunto.

Mis bisabuelos, sus padres, vivían en Armenia, su papa Vartavar Toundaian era profesor, "un tipo de avanzada" me decía siempre mi viejo. Era académico y profesor de yoga.

En Armenia las cosas no estaban bien, eran tiempos de guerra, comienzo de la primer guerra mundial, así que decidió ir a Estados Unidos en busca de una mejor vida, para él, su esposa y su única hija.

Y así, una vez que estuviese establecido, ellas viajarían para reunirse con él.

Mi bisabuelo encontró trabajo como profesor en una universidad de EEUU, pero para ese entonces la matanza de armenios por parte de los turcos había comenzado... él sin saberlo.

En una de esas caminatas a lo largo del desierto mi bisabuela pierde a su hija, el plan estratégico y siniestro fue, trasladar a las mujeres, ancianos y niños a través del desierto con la idea de reubicarlos.

Eso no era cierto, era la manera más efectiva de deshacerse de ellos. El desierto y su hostilidad iban a ser lo suyo…

Mis bisabuelos no logran reunirse como lo habían planeado, no hasta dentro de 10 años...
Mi bisabuelo y su mujer estuvieron separados por diez años, el sin saber si su familia seguía con vida y sin posibilidad de encontrarlas.

Hasta que, a través de la embajada armenia en EEUU, mi bisabuelo por fin la encuentra y es ahí que se entera de la terrible noticia, su hija ya no estaba con ella, había muerto.
Se reúnen en Argentina, para continuar lo que habían empezado hacia más de diez años, su familia.

De ese amor nacen 5 hijos más, entre ellos mi abuela.

Al haber ido a colegio armenio, siempre estuve al tanto de la historia de mis antepasados, del porqué de la matanza, del odio y la ambición y un sin fin de detalles que no vienen al caso nombrar, pero esta historia, la de mi familia, la de mi abuela, tan cercana, tan mía, la supe mucho después...

Hoy cada vez que estoy en alguna reunión con gente que no es armenia y me pregunta sobre el genocidio, también les cuento la historia de mi abuela.

Les cuento una historia de mucho dolor, como la de millones de armenios, pero siempre repito, que al menos dentro de semejante tragedia, hubo al menos una historia de reencuentro, de esperanza y de amor.
La historia de mi familia.

Mi abuela mi hermana y yo

Mi abuela Sofia, fallecio en febrero del 2020, justo antes de la pandemia.

Agradezco haberla podido despedir, recuerdo que la última vez que la vi estando internada y sabiendo que iba a ser la ultima vez que la viera, estaba contenta.

¿Que se le dice a una persona, a un familiar tan cercano tan querido cuando esta por morir? ¿Cuándo sabes que no vas a volver a verla?

Recuerdo haberla besado mucho, recuerdo haberle agradecido por haberme contado su historia, le pedí que me la contara otra vez, como una niña que pide que le cuenten una y otra vez el mismo cuento.

Como un mimo eterno.

Recuerdo que me dijo lo hermosa que estaba, siempre me lo decía.Pues leo y libra, la coquetería y la estética por sobre todas las cosas.

Recuerdo haberle dicho que todos me decían lo mucho que me parecía a ella.La despedi diciéndole que la quería mucho.

Esa fue la ultima vez que vi a la reina Sofía.

Cuando la velamos, mi papa me pidió que me despidiera de ella antes de cerrar el ataúd.

Yo obedecí, como una niña.

Después de todo, yo había perdido a mi abuela, pero mi papa a su madre, y si el necesitaba que yo despidiera a mi abuela, yo lo iba a hacer, solo por él. Mi viejo es mi debilidad, no soporto verlo triste.

Cuando me acerque, sabía que esa ya no era mi abuela. Era solo el envase que le permitió andar en este plano.
Mi abuela era la que había despedido días atrás, esa alma bella y generosa que anduvo por este mundo por 89 años, en ese momento no sentí tristeza.

Sentí un gran alivio que no entendía de donde venía, hasta que entendí…

Lejos de sentirme triste, lo que sentía era una sensación de tranquilidad porque finalmente podía encontrarse con mi abuelo.
Un armenio con mezcla de griego, pero tan porteño, como el solo.

Mis abus

Cuando mi abuelo falleció inesperadamente, yo estuve muy cerca de ella.
La veía sufrir en silencio, y a mí se me partía el corazón, pero no decía ni una palabra. No podía, ¿Qué se le puede decir a una mujer que perdió a su compañero de vida?

Intentaba facilitarle las cosas, era mi manera de hacerle saber que estaba ahí para ella.
Hoy me siente nostálgica, la luna esta en piscis y a mi me pega fuerte.

La extraño
Pero sigo sintiendo esa tranquilidad de saberlos juntos.

El fumándose su puchito en algún barcito de por allá arriba, algo que comparto hoy en día y me encanta y ella hermosa, enorme como siempre, mirándome desde arriba y diciéndome lo mucho que nos parecemos.

¿Y yo? feliz, deseando ser la mitad de mujer que ella fue.
Lo intento abu, sabé que lo intento todos los días.