Escritos del alma eterna y pasajera

Escribir es ir dejando partes de uno sobre la página o sobre el éter o los miles de byte, pero eso no es lo importante, lo que realmente importa es que nos conozcan, que puedan ver en uno, el orgullo y la responsabilidad que conlleva entregarse a las personas en alma para ayudar. No solo es un hecho que de todo aprendemos, si no que de los demás extraemos sabiduría y el placer de ayudar. Leer y conocer algo en específico nos convierte en portadores de la llama de la autoayuda, no se le niega a nadie el conocimiento, pues es de todos. Realmente el mundo camina a una individualización que abruma, somos seres tan diferentes y tan lejanos, pero se viva donde se viva, amamos a nuestros hijos, nuestras madres y padres y nos duele el dolor ajeno, cuando amamos sabemos de qué hablo.

Pero también compartimos el desamor y la sed de emprendimiento y de mejorar para la familia, pero las oportunidades están ahí a la espera, solo basta cambiar el chip, tomar la decisión, el tiempo es AHORA. Es hora de tomar las herramientas aprendidas y procurarnos buenos fracasos para aprender de ellos, el éxito es logrado por valientes. Y las experiencias vienen unidas a los fracasos, fracasar es solo para los que dejan de intentarlo. Mis intentos son legión y en cada uno de ellos viene el agua fresca para las nuevas mieles de la vida.

Cuántas veces lo has intentado en la semana, en el mes, en la vida. Cuáles son tus sueños, cuáles tus metas y cuáles tus objetivos reales, con lo que se tiene. No es necesario tener lo todo para comenzar, trabaja cada día en tus sueños y un día serán tan reales que ya lo habrás logrado. Para lograr algo nuevo tendrás que perder algo, no se logra nada sin pagar nada de vuelta, ten en cuenta que entre mayores sean los sacrificios, mayores serán las recompensas. Solo soy un grano de arena en un océano majestuoso e imponente, pero a pesar de la pequeñez sigo luchando para encontrar mi lugar, mi armonía, mi espacio.