Ese justamente fue mi caso, y fue con el baile más exquisito y elegante que he visto, el Tango. Desde lejos, lo veía como uno más, pero siempre supe de el, de Carlos Gardel, y por supuesto, la música que lo caracteriza.

¿Cómo fue que me interesó el Tango?. En un viaje que hice a la Argentina (ya he hablado antes de el), fue en el 2014, hace ya varios años, pero fue un año inolvidable. En nuestro segundo día en la ciudad de Buenos Aires, disfrutamos de las delicias de la localidad gracias a un tour que nos ofreció el hotel donde nos hospedamos.

Ir a Buenos Aires y no ver un baile de Tango, es como si no hubieras ido. Allí me deleité con algunas de esas danzas y pensé: “algún aprenderé a bailarlo” .

Durante el Tour nos tomaron una foto para darnos al final del recorrido un gran sorpresa.

Jamás esperaba esto, una foto con mi amiga usando el traje típico de este baile emblema de la Argentina.

El Tango es una danza en pareja, en mi opinión, muy sensual, que tiene sus orígenes en la fusión de danzas y ritmos afro-rioplatenses, europeos y gauchos.

Es muy característico de las regiones del Río de la Plata, en especial, de Buenos Aires (Argentina) y Montevideo (Uruguay). Con los años, se ha extendido por todo el mundo y consiste en un abrazo muy estrecho de la pareja que lo baila, una característica caminata tanguea, el quiebre, la improvisación y el corte.

El 11 de diciembre, es el día internacional del Tango y se celebra en honor al inolvidable intérprete de este género, Carlos Gardel. En la calle la Florida de la ciudad de Buenos Aires, el Tango se baila todos los días y la calle se llena de muchos turistas y transeúntes para contemplar esta danza tan sensual y única.

En el Puente de la Mujer, ubicado en Puerto Madero, una pareja con el traje característico de este sensual baile, espera que pasen los turistas para enseñarnos unos cuantos pasos, una experiencia irrepetible.