Chocolate bitter ES EN

Chocolate is sweet, candies are too, but life is bitter, full of losses and betrayals. Lies prevail over the truth, which falls to the lowest.

I ask, who isn't filled with lies? Who doesn't live a lie? How many untold secrets are kept this way, yet always present in the mind, making us feel so bad that we end up on the ground? That's how life is. If it were a true reality, everything would be cleaner, but the bitter lie comes and takes away all the sweetness of chocolate and candies. That's how we live. Who hasn't fallen for fraud, scams, or theft? It seems like we are both victims and victimizers, be it a small or large lie, and the worst part is lying to loved ones. As life progresses, many die with their lies, never taking the opportunity to speak the truth and leaving this world with so many untold lies.

From the ends of the earth to the end of time, lies reign over bitterness. But many times, lies come to light, causing us to fall, and our reputation becomes so fragile. It's so challenging to regain trust afterward, and a bitterness takes over that perhaps the sweetness can never recover. That's how we live, nourished by bitter tastes. Who can promise never to fall into it again? Who can escape from this cruel and diabolical thing so human?

We are such fragile constructions. In the end, courage is forgotten. Relationships are so fragile that just one more lie, and they fall irreversibly.

And what can be done? Nothing, just live with it. Grateful are those who do not lie; they are sweet flavors that make the liar feel so different. Purity is forgotten, and many things have reached their limit. It can be said that one can love and lie at the same time. Is it love or selfishness? Is it truly a bitter being who only takes advantage of the innocent?

Days pass and pass, and what more can I hide? We don't even know how deceitful we can be, or will be, in the future. Truth has become such an old and unfavorable thing that it's not even considered. The sweet truth is gone and won't return.

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ES

El chocolate es dulce, los caramelos también, pero la vida es amarga, llena de pérdidas y traiciones. La mentira prevalece ante la verdad, que cae por lo más bajo.

Pregunto, ¿quién no está lleno de mentiras? ¿Quién no vive una mentira? ¿Cuántos secretos no contados así se guardan, pero siempre están presentes en la mente y muchas veces nos hacen sentir tan mal que nos tiran al piso? Así la vida, si fuera una verdadera realidad, sería todo más limpio, pero viene la mentira amarga y quita todo lo dulce del chocolate y los caramelos. Así vivimos. ¿Quién no cayó en un fraude, en una estafa, en un robo? Así parece que somos víctimas como victimarios, será mentira pequeña o gigante, y lo peor, la mentira es con seres queridos. Así la vida avanza, y cuántos mueren con su mentira y nunca aprovecharon para decir la verdad y irse de este mundo sin guardar tantas mentiras.

Desde los confines de la tierra hasta el final de los tiempos, la mentira es la reina de la amargura. Pero pasa muchas veces que la mentira sale a la luz y eso nos hace caer, y nuestra reputación se vuelve muy frágil. Así está tan difícil lograr que después confíen en nosotros, se apodera una amargura que tal vez nunca se pueda recuperar la dulzura. Así vivimos nutridos de gustos amargos, y ¿quién podría prometer no caer nunca más en ella? ¿Quién puede librarse de esta cruel y diabólica cosa tan humana?

Somos una construcción tan frágil. Al final, el valor es algo olvidado. Las relaciones son tan frágiles que solo una mentira más y caen sin remedio.

Y ¿qué se puede hacer? Nada, solo convivir así. Agradecidos los que no mienten, esos son dulces sabores que hacen sentir al que miente tan distinto. La pureza es algo olvidado, y cuántas cosas llegaron hasta el límite. Se puede decir que se puede amar y mentir al mismo tiempo, ¿es amor o egoísmo? ¿Será realmente un ser amargo que solo se aprovecha del inocente?

Los días pasan y pasan, y ¿qué más podré ocultar? No sabemos ni siquiera cuán mentirosos podemos ser o seremos en el futuro. Y la verdad se convirtió en una cosa tan antigua y desfavorable que ni se piensa en ella. La verdad, que es tan dulce, se fue y no volverá.