Necrópolis Paleocristiana. Tarragona, España (p 5)

Buenas tardes amigos de steemit,
Este es nuestro recorrido histórico por Tarragona hasta ahora.
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Hoy continuamos con el relato de nuestra de nuestra visita al Museo Paleocristiano de Tarragona.

El ritual funerario:

Los cristianos adoptaron, inicialmente, las costumbres de judíos y paganos, dando, más tarde, una dimensión específicamente cristiana a formas y conceptos de etapas precedentes.

Las fuentes literarias nos muestran una serie de rituales que empezaban en el mismo momento de la muerte del difunto y se extendían hasta días después de su entierro. El culto que se daba a los difuntos obedece a la convicción, más o menos consciente, de su supervivencia más allá de la muerte y de la necesidad de darles atenciones especiales en el más allá.

En Roma, la inhumación y la incineración coexistieron desde el siglo IX a. C. mostrando, seguramente, la heterogeneidad del pueblo romano y la existencia de dos concepciones diferentes de la muerte. A partir del siglo IV a. C. la incineración se fue imponiendo convirtiéndose en el ritual predominante entre los siglos II a. C. y I d. C. A lo largo del siglo II d. C. las élites empiezan a adoptar la inhumación que, más adelante, se generalizará hasta ser el único ritual funerario a partir de la difusión del cristianismo.

No hay acuerdo sobre el porqué de este cambio: predominio de las religiones orientales, evolución del ritual, ascenso de las clases altas en el rito de inhumación… Seguramente se debe a diversas razones de cariz económico, social, político y religioso, que hicieron que el nuevo ritual se adaptara mejor a una nueva situación.

Los romanos practicaron tanto la incineración como la inhumación, esta segunda generalizada a partir del siglo II d. C. En la Necrópolis Paleocristiana predominan los enterramientos a cielo abierto, en una fosa indicada por un túmulo. Los contenedores funerarios más habituales son las ánforas y las tejas, pero también sarcófagos de piedra y plomo y ataúdes de madera.

Las costumbres funerarias de época romana evolucionaron desde un mundo complejo, donde las tradiciones roamanas e itálicas se fueron fusionando con las diversas culturas y creencias de los pueblos que se incorporaron al imperio. La sociedad romana utilizo tanto la incineración como la inhumación, aunque, a partir del siglo II d. C., esta última práctica se afianzó, hasta consolidarse en siglos posteriores.

La Necrópolis Paleocristiana ofrecía un aspecto parecido al de otras necrópolis al aire libre. Una extensión de suelo delimitado donde, de una manera más o menos ordenada, se distribuían tanto los enterramientos a cielo abierto como los edificios y pequeños recintos funerarios. La construcción, a inicios del siglo V d. C., de una basílica dedicada a Fructuoso y a sus diáconos debía modificar sensiblemente la fisionomía del lugar.

De las más de dos mil inhumaciones catalogadas, únicamente un centenar se encontraban en la veintena de edificios funerarios documentados (mausoleos), En algunos casos monumentales y dotados de criptas subterráneas. A estos mausoleos corresponderían los elaborados sarcófagos de piedra local o bien importados, recuperados en las excavaciones, la mayor parte de los cuales fueron reutilizados. El resto enterramientos se encontraban en un foso excavado en el suelo, una algún revestimiento (losas, tejas, ladrillos), un contenedor (Ataúdes de madera, o de plomo, tajas, ánforas) o una cubierta (tejas planas, en doble vertiente, losas, ladrillos), Y señalados en superficie con indicadores funerarios o túmulos (Desde simples montículos de piedras a elaboradas laudas sepulcrales).

A partir de mediados del siglo V d. C., los enterramientos-cada vez menos frecuentes- se concentran en el subsuelo y en el entorno más próximo a la basílica construida a finales del siglo IV inicios del siglo V d. C.

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Les dejo por último, estas fotografías como regalo, para que duerman súper bien esta noche.

ABRAZOS!!!!