Se trata de un thriller español del año pasado que podemos catalogar como una distopía gore, con un toque de ciencia ficción y otro de drama social. A pesar de las semejanzas con otras cintas de terror, no pertenece al género en el sentido más estricto de la palabra; es más bien suspenso con carnicería. Pero, ¿qué es El Hoyo? El nombre se refiere a una plataforma vertical, una especie de prisión con un aparentemente infinito número de niveles, con un hueco rectangular en el centro, lo que permite asomarse y ver la negrura hacia arriba y hacia abajo, pero sin ventanas ni puertas. No se puede salir. Hay dos personas por nivel y el confinamiento es de treinta días en cada nivel. Al final del mes, los condenados son anestesiados y llevados a otro nivel, al azar. Es decir, pueden despertar más cerca de la cima, o del fondo... si es que hay fondo.

El Banquete

No es exactamente una cárcel, porque hay quienes entran allí voluntariamente (la estadía de cada uno es variable y está fijada de antemano) y a cada persona se le permite que ingrese con un objeto de su preferencia. ¿Qué hacen allí? Pasar el tiempo y comer... si es que pueden. El Hoyo es un banquete vertical. Por el hueco central desciende, todos los días, una gran mesa repleta de comida que se detiene en cada nivel durante unos minutos para que las personas coman. El problema es que a medida que desciende, la comida va mermando; imaginen estar en el nivel cuarenta, por ejemplo, eso significa que por encima han comido setenta y ocho personas, con lo que no debe quedar ya mucha comida y si estás más abajo, probablemente no tengas qué comer... durante un mes. Ese confinamiento salvaje genera diversas situaciones extremas: asesinatos, canibalismo, violaciones y sangre. Mucha sangre. En esencia, se trata de sobrevivir. Pero, ¿eso es todo? ¿por qué está dando tanto de qué hablar esta película?

Asomarse al centro

Veamos. Empecemos con los nombres de los protagonistas. Goreng, Miharu, Imoguiri, Trimagasi, Baharat... todos son nombres orientales de platos o especias (y son asignados); si relacionamos eso con el banquete central, tenemos un tema gustativo, sensorial. Luego, está la estructura del edificio. Una construcción vertical descendente con penitentes en cada nivel, recuerda a primera vista al Inferno de Dante, a pesar de no ser circular. La comida es preparada por la administración, un grupo de cocineros encabezados por un chef, que ese encuentra en el nivel cero y hacen descender el banquete todos los días. Muchos han visto en ellos una representación de Dios y los recursos que pone a disposición de la humanidad todos los días (la comida) y en los condenados a la sociedad y cómo aprovechan su oportunidad para comer, con rencor hacia los que están arriba y sin pensar en los que están debajo. Esa verticalidad representa, para algunos, los estratos sociales en el mundo de hoy.

Goreng

Goreng ingresa al lugar con la obra clásica de Cervantes, El Quijote, y su parecido físico con el Hidalgo es notable. Pero además, lee pasajes de la novela que resultan claves en el mensaje central (estén atentos a ello). Para quiénes ya vieron la películas (y si has llegado hasta acá es porque ya la viste o porque no te importan los spoilers) se hacen dos preguntas centrales. La primera, ¿están muertos? La segunda, ¿qué representa la niña? Bien, la niña puede simbolizar la pureza. Dentro de un abismo de corrupción y perversidad, de salvajismo primitivo en el que los humanos han caído, la niña emerge como ese elemento sin mácula, como la última esperanza de salvación, de decirle a la administración que las cosas han cambiado, que la humanidad no está del todo perdida.

Miharu

Pero ¿es a niña el mesías? No. Ella es el mensaje. El portador del mensaje, Goreng, quien la encontró, fue por ella y se sacrificó para elevarla, es el salvador. El arquetipo mesiánico de la mitología cristiana se identifica más con él a lo largo de la cinta; de hecho incluso hay derramamiento de sangre y su carne es comida. En cuanto a lo otro, Goreng muere claramente al final cuando se reencuentra con Trimagasi, lo que tiene sentido con su sacrificio voluntario; pero hay otra lectura. El Hoyo es un edificio imposible. Cientos de niveles a seis o siete metros de altura por nivel, serían kilómetros en vertical. Sobre la superficie sería imposible y subterráneo sería titánico, ¿quién construiría un edificio así? para qué? Funciona más como metáfora, como espacio surreal. El Hoyo es un purgatorio, un espacio de paso entre esta vida y la siguiente, pero para salir de allí hay que entenderlo, hay que esforzarse, hay que estar listo.

Póster oficial

Dejé por fuera el análisis de Miharu, de la Panna cotta y otros elementos presentes en la trama, para no hacer un spoiler total. A mi parecer, la película no tiene una única explicación. Es decir, no existe una única teoría que unifique todos los elementos dispersos en la historia. Creo que más bien partieron de una idea central y dejaron otras vías muertas para confundir a las personas y obligarles a verla de nuevo. Tiene suspenso, sangre, mensajes crípticos, reminiscencias fílmicas (El Cubo, El juego del miedo) y literarias (la Commedia de Dante, Don Quijote de la Mancha) y un final abierto a interpretaciones que da para pensar y darle vueltas al asunto, lo cual se agradece. Sin embargo, aunque la considero mejor que otros thrillers españoles, considero que El Hoyo no pasa de 6/10 puntos por ciertas fallas argumentales y la falta de pericia a la hora de filmar y mostrar las escenas gore. Más que por el producto final, recomiendo verla como ejercicio analítico. Al verla, respondan, ¿qué entiendes de ella? ¿cuál es el mensaje? ¿qué notas que otros no hayan notado? Si tienen algo que agregar, los leo en los comentarios.

Reseñado por @cristiancaicedo

Todas las fotografías fueron tomadas por mí con mi teléfono móvil (Samsung A10)

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